Barriletes y estacas

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Una pareja son dos. Dos diferentes. Diferencias que a veces son oposiciones, a veces complementarias, otras contradictorias.

Es parte de nuestra naturaleza medir al mundo según nuestra propia perspectiva. Nuestro aparato perceptivo y cognitivo parte de nosotros y nos solemos tomar como patrón y medida universal. De este modo, en todo aquello que el otro difiera de nosotros o, aún peor, se oponga, vemos una falla, algo que no está bien. Suponemos que ve, oye, siente y razona igual que nosotros y ante cada situación esperamos que se conduzca como lo habríamos hecho nosotros Y resulta que no, que muchas veces hace otra cosa, nos desilusiona, nos hiere, nos excluye, nos ofende, nos ignora. Dado que suponemos que ve, oye, siente y razona igual que nosotros, la conducta que eligió como respuesta o reacción nos está dirigida a nosotros y sólo se explica por desamor, maldad o locura.

En mi búsqueda de modelos que me permitan entender estas diferencias y que permitan la continuación del diálogo sin que ninguno lo perturbe con estas acusaciones de desamor, maldad o locura, propongo hoy otra estructura que he visto muchas veces en las parejas.

Los barriletes y las estacas

En mi infancia, construir y remontar barriletes era una de las actividades preferidas. Para remontar un barrilete se sostiene firmemente el ovillo y se desenrolla el piolín mientras se corre contra el viento. Una vez en el aire y a la altura deseada, el palito del ovillo, lo que llamo la estaca, puede ser fijado en la tierra hasta el momento de recogerlo para bajar al barrilete.

Las personalidades barrilete son inquietas, móviles, aventureras, siempre buscando nuevos desafíos, desordenadas, imprevisibles, inseguras y necesitadas de probarse que pueden.

Las personalidades estaca son estables, tranquilas, ordenadas, no precisan desafíos ni probarse nada, se llevan bien con la rutina, son previsibles y están cómodas con los pies en la tierra.

Los barriletes se elevan, disfrutan de volar al desplegar sus colores y coreografías, sentir el aire libre a su alrededor, mirar desde arriba ligeros y sin presiones; son espontáneos y originales y suelen constituir el polo divertido de la pareja.

Las estacas se adhieren firmemente al suelo, aman la solidez de la tierra, disfrutan de la paz y la seguridad de una rutina previsible, son ordenadas y prolijas y no parecen necesitar de desafío alguno ni de probarse nada para sentirse bien; son sedentarias y tradicionalistas y suelen ser el polo sensato de la pareja.

Hay barriletes grandes y chicos, monocromáticos o multicolores, con flecos y adornos o simples y llanos, con formas originales o rombos tradicionales. Algunos precisan una cola que sume estabilidad (las estacas saben muy bien cómo se hacen).

Hay estacas gordas o finitas, hundidas bien hondo o a pocos centímetros de la superficie, de materiales sólidos como el acero o la madera o más frágiles como el aluminio o el cristal.

Pero lo esencial de la estructura es el piolín, el nexo entre barrilete y estaca. El vuelo del barrilete depende del piolín y de lo fuerte que esté sujeto a la estaca, de cómo se vaya desenrollando y para ser bien piloteado con el viento.

En cada pareja de barrilete-estaca el piolín será el objeto de negociación principal. ¿Estuvo bien enrollado la última vez, no quedaron nudos, se deslizará con facilidad? ¿Cuán largo? ¿Cuán tenso? ¿Cuánto control? ¿Cuánta libertad? ¿Cuánto tiempo estará desenrollado? ¿Cuál es la señal para saber cuándo la estaca debe recoger el hilo? La respuesta a estas cuestiones constituye el contrato de relación de cada pareja. Debe ser acordado, explícita o tácitamente para que no se convierta en fuente de malestar y desdicha.

El barrilete necesita volar, saber que puede hacerlo, que no será acusado de abandono o exclusión y que al final de la aventura, tendrá donde volver.

La estaca necesita mantener todo en orden y disfruta viendo el vuelo de su barrilete pero teme perderlo por eso precisa tener la seguridad de que su objeto volador identificado querrá volver.

El modelo barrilete-estaca nos permite evitar el penoso esquema acusatorio de "me lo hace a mi", vernos y entendernos como personalidades naturalmente diferentes, aprender a convivir con ello tomando lo mejor de cada uno y haciéndolo crecer en el viento de la vida.

Una Esmeralda en bruto

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No es suficiente llamarse Esmeralda para ser una piedra preciosa. 

Se puede ser brutalmente bruta, necesitar no solo pulido sino estudio, conocimiento y seriedad. 

Tal vez sea demasiado para una piedra. Aunque parezca preciosa.

Justificando los dichos de su marido Dario Lopérfido respecto al número de desaparecidos en Argentina dijo “es como pasó con el Holocausto, dijeron que eran 6 millones pero no eran tantos”.

Y en algo esta piedra en bruto tiene razón. Las últimas investigaciones estiman que el número de víctimas judías en la Shoá se acerca más y más a los 7 millones. Los nuevos archivos documentales y, en especial, los hallazgos en las fosas comunes que están siendo desenterradas y evaluadas, ponen en cuestión el sagrado número seis. 

Tal vez en unos años estemos hablando de 7 millones de víctimas judías. Como los 7 días de la semana según el cambio de fases de la Luna, como las 7 notas musicales, los 7 pecados capitales, los 7 planetas visibles, los 7 mares, las botas de 7 leguas, las 7 columnas sobre las que se edificó Roma, los 7 colores del arco iris, las 7 cuerdas de la lira, el instrumento sagrado de Apolo, los 7 años de vacas flacas y los 7 años de vacas gordas bíblico, la picazón del 7º año, no en vano para Pitágoras era el número perfecto. 

Entonces, parafraseando la respuesta de Jesús cuando Pedro le preguntó si había que perdonar 7 veces a quien ofende, le digo a Esmeralda que no será perdonada 7 veces, sino setenta veces 7. 

¿Almejas y cascabeles?

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Las categorías diagnósticas me aprietan y lastiman. Leen las conductas desde la patología, perspectiva que para pensar las relaciones en parejas queda estrecha y amarreta. Me tengo que inventar categorías que den cuenta de lo que veo pero desde el punto de vista de la salud y que permitan un abordaje despatologizado. Son metáforas para que nos veamos en nuestras diferencias y no pretendamos cambiar al otro. Hoy, almejas y cascabeles.

Hay personas que prefieren la soledad y el silencio. Pasan por hoscos, reservados, poco comunicativos. No se sienten a gusto hablando de sus emociones ni llevando adelante esas charlas banales que en inglés se llaman easy talks. Huyen de los encuentros sociales, particularmente los masivos, de las fiestas, las aglomeraciones. Cuando no tienen más remedio que ir, se ubican cerca de la puerta o en un borde, lo más lejos posible del ruido o del centro de la acción. Las llamo personalidades almeja. Son los que uno se da cuenta que están porque cada tanto se les escapa y asoma una burbujita pero que en cuanto pueden vuelven a sumergirse en la arena húmeda de su refrescante burbuja interior, no demasiado hondo, ahí nomás, cerca de la superficie pero lejos de las miradas. Son personas que saben estar solas, que no solo no se angustian sino que lo disfrutan. Definitivamente no son people persons (perdón, otra vez en inglés, quiere decir que no son sociables).

En el otro extremo están las personas que reviven junto a otras personas, que buscan el contacto, lo necesitan. Les encanta el ruido, la algarabía, comunicarse, contarse, compartir relatos, historias, emociones, argumentar, contra argumentar. Van con alegría a los encuentros sociales, tanto familiares como de amigos así como a eventos laborales, congresos, festivales o lo que sea que atraiga gente, música, alboroto y diversión. Se acercan a la gente confiados, se entregan al placer de la conversación, están atentos a varias cosas al mismo tiempo, disfrutan de vivir la vida como si fuera un circo de tres pistas porque son capaces de ver las tres. Las llamo personalidades cascabel. Frescos, ligeros se deslizan con facilidad en una sociabilidad amable y cordial, son amigueros, dicharacheros y simpáticos.

Los cascabeles son frescos, cantarines y sonoros.

Las almejas son cautos, silenciosos y reservados.

Pueden, obviamente, tener diferentes gradientes y diluciones. Los hay puros y extremos, siempre almejas o siempre cascabeles. Pero la mayoría fluctúa y es una cosa o la otra en determinados espacios y momentos. Quien viva cómodamente dentro de su caparazón dura protegiendo así ese interior tan vulnerable, o sea una almeja puede ser también una persona elocuente en determinados espacios o puede sentirse a gusto y salir al exterior cerca de determinadas personas. Igualmente, el cascabel multicolor puede precisar de momentos de ausencia y soledad para ocultarse del escrutinio de los demás y descansar de la continua exposición tan exigente.

Dos almejas podrán convivir con bastante facilidad. No invadirán espacios, no avasallarán ni exigirán que el otro abandone la protectora cápsula del silencio. No se sentirán excluidos ni abandonados ante su falta de comunicabilidad. Cada uno cómodo dentro de su territorio claramente delimitado. Habrá silencio y, para quienes no saben que así están bien, darán la sensación de ser dos paralelas que nunca se encuentran.

Dos cascabeles conviviendo deberán afinar muy bien sus instrumentos y energía para evitar disonancias, arrebatos y desconciertos. Serán, vistos de afuera, mucho más divertidos que las almejas pero más alocados e imprevisibles y tal vez les sea difícil congeniar ambas armonías y sentarse juntos en una meseta pacífica.

Veo con frecuencia parejas mixtas de almeja y cascabel, cada uno sintiéndose mal porque no cumple con las expectativas del otro, buscando una y mil maneras de que el otro cambie, que la silenciosa almeja cascabelee un poco o que el ruidoso cascabel almejee de a ratos. Pero cuando no sucede -porque suele no suceder, al menos no cuando uno quiere que suceda- se viene la catarata de reclamos y quejas. Parece ser difícil ver y entender que cada uno es como es, que esas características no se cambian, que necesitan ser satisfechas. son el contexto de comodidad requerido para que cada uno pueda ser quien es. Si se entendiera eso la resultante sería la convicción de que la necesidad del otro, aunque puede no coincidir con la propia, no es un ataque: no me lo hace a mí.

Y para que estos dos planetas convivan, se acompañen, se contengan y abracen, ninguno debe permitir que las renuncias inevitables que se deben hacer se vuelvan tóxicas y se conviertan en enojos, agresiones, intolerancias y resentimientos.

Si vivís con una almeja no le exijas ni presiones para que se exponga demasiado a ese exterior que le es amenazante, no te enojes si no habla o si prefiere no acompañarte al cumpleaños de tu prima. No es que no te quiere o que no le importás. No es así por vos o para vos o contra vos. Es así, simplemente.

Si vivís con un cascabel no le exijas ni presiones para que enmudezca o que se acuclille en un rincón oscuro, en silencio. Necesita estar con gente, necesita conversar, ser el centro de la acción y no lo hace por molestarte ni irritarte. No es así por vos o para vos o contra vos. Es así, simplemente.

Si pudiera, cada uno, tomar del otro eso que le falta, encontraría una complementación enriquecedora. Una almeja que aprenda a cascabelear y se divierta con ello y un cascabel que no se angustie de almejear y que, incluso, lo disfrute. Y sin emular ningún slogan político puedo afirmar que ¡sí, se puede!

Entrevista en Radio Sefarad - audio

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Entrevista en abril en el programa Un café ashkensfardí en Radio Sefarad. El disparador fue lo que pasó en Polonia con la ley infausta, pero siguió con otros temas: la libertad de expresión, el nunca más, el sentido del Proyecto Aprendiz, la importancia del trabajo y la educación de los testigos indiferentes que son los que pueden cambiar las cosas y otras cosas más.

Ahora resulta que QUERÍAMOS ir al gueto.

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El padre del Primer Ministro de Polonia, Kornel Morawiecki, dijo que los judíos eligieron ir a los guetos para evitar estar junto a “esos desagradables” polacos.

En una escalada de declaraciones que pretenden enarbolar bien alto la bandera del heroísmo, la dignidad y la inocencia de los polacos, tan ensombrecida por la conducta de muchos durante la Shoá, estas construcciones tergiversadas que falsean la verdad parecen no tener fin.

Mateusz Morawiecki, el Primer Ministro, dijo hace unas semanas que los judíos también habían colaborado con los nazis. Ahora su padre lo refrenda y levanta la apuesta, no solo colaboramos sino que entramos felices y contentos a los guetos, ya no como ovejas según la vieja acusación, sino como completos idiotas.

¿De dónde saca semejante idea? Morawiecki padre, ex legislador, alude a dos grupos de colaboracionistas e informantes judíos, el Grupo Trece y los Zagiew, y a los policías judíos de los guetos encargados del mantenimiento del orden interno, de los castigos y en parte de las deportaciones. Aunque la infame conducta de estos grupos es un hecho, fueron una minimísima expresión de la población judía acorralada, solo un puñado estuvo allí, los de más baja estofa, ex presidiarios, delincuentes, proxenetas; creyeron que aliándose con el enemigo aseguraban su salvación y la de sus familias. No sucedió así, fueron asesinados por los nazis, junto con sus familias, igual que todos solo que un poco más tarde.

Ningún grupo humano es homogéneo. Tampoco los judíos. La pureza, de cualquier orden que sea, existe solo como una abstracción teórica. Hay buenos y malos, leales y traidores, solidarios y ladrones, cuidadores y asesinos en todos los grupos humanos. Generalizar a todo un grupo la conducta de unos pocos es falsear la verdad, cosa a la que estamos siendo acostumbrados en este mundo en el que quiere reinar la conveniente, apaciguadora y maquillada pos verdad.

La buena noticia es que el gobierno polaco toma distancia. Según Haaretz, Bartosz Cichocki, Ministro de RREE de Polonia, afirma que los comentarios de Morawiecki “no reflejan la posición de su gobierno”.

Los polacos recularon. Esa y otras cosas para pensar.

10 de Julio de 1941. Sucedió en Jedwabne

10 de Julio de 1941. Sucedió en Jedwabne

(Para Mundo Israelita en su número especial de Pésaj)

Recularon. Unos días después de que el aluvión indignado de protestas cayera sobre ellos, la Liga Polaca contra la Difamación y el Reducto del Buen Nombre (no es invento mío, se llaman así), enviaron un mail a todos los que hemos levantado la voz. Dicen allí que su reacción adversa e indignada no fue debido a la nota publicada sobre la masacre de Jedwabne, sino a la foto que la ilustraba. En lugar de ser una foto de lo sucedido en 1941, era una de 1950 que muestra a soldados independentistas polacos asesinados por agentes soviéticos. Algunos adjetivos del autor de la nota que arrojaban sombras sobre los buenos polacos de siempre al denominarlos verdugos, asesinos o monstruos parecen no molestarles ya como decían al principio.

Cito sus propias palabras:

“El Reducto no está exigiendo cambios en el texto de Federico Pavlovsky y, por lo tanto, no niega el crimen en Jedwabne, sino que exige disculpas en relación con la manipulación de la fotografía que ilustra el texto y que ofende la memoria de los soldados que luchaban contra los comunistas”.

Expresan luego su profunda ofensa porque algunos medios argentinos los han calificado como nacionalistas, revisionistas, negacionistas, e incluso, fascistas. Esa parte me pone muy contenta porque es, en principio, una buena noticia que consideren a esas calificaciones como ofensas. Obviamente una foto mal elegida ofende al susceptible nacionalismo polaco y al señalarla como falsa deja abierta la sospecha de que alguna otra cosa de la nota también lo sea.

Página 12 inmediatamente cambió la foto en su web site y ahora ilustra la nota el monumento erigido en Jedwabne vandalizado con cruces esváticas. Una buena foto que subraya los conceptos del artículo.

En el interín, he recibido cientos de mails y mensajes de total coincidencia con mi manifiesto en el que pedía que Polonia me denunciara también a mí. Y que me crucificara, como habían hecho los romanos con aquel otro judío que decía cosas que no les gustaban. Las cartas me contaban historias de familiares, de abuelos y bisabuelos, que habían traído a la Argentina su resentimiento sobre lo vivido en tierras polacas. Muchos decían que, como en la película El último traje, la palabra misma, Polonia, había quedado como una mala palabra. Que habían renunciado a hablar el idioma, que nunca de los nuncas jamases querrían pisar ese suelo y que de ninguna manera solicitarían el pasaporte y que si lo tenían, lo quemarían en señal de protesta. Hubo mensajes más ponderados, claro está, pero los anti polacos crudos y extremos fueron los más como si aquella memoria y emoción de sus mayores siguiera palpitando con la misma fuerza del pasado.

Esta secuencia de sucesos me ha abierto varias reflexiones que comparto ahora acá.

Respecto de los defensores del “buen nombre polaco” me pregunto ¿cuál habrá sido el proceso interno de los miembros del reducto (repito: no es invento, se llama reducto), de estos reductores? ¿Qué presiones u órdenes recibieron para retroceder de esa manera?. ¿Quién y cómo los convencieron de no declararse nacionalistas o fascistas? ¿A qué propósito político beneficia este recule? Por otra parte, no veo ninguna palabra de pesar o arrepentimiento en el texto de los herederos de los perpetradores por los asesinatos cometidos.

Las reacciones en nuestro medio, fueron tan unánimes que evidentemente el tema tocó un nervio muy sensible. La parte buena fue que ante el ataque volvimos a ser un colectivo homogéneo, al menos un ratito. Me impresionó cuánto del histórico antisemitismo polaco padecido seguía vivo como hace 100 años en nuestro imaginario judío. Es como si la identidad judeo-polaca tuviera al antisemitismo como un integrante esencial tan hondamente incorporado que polaco y antisemita pasaron a ser sinónimos. El tema merece un mayor desarrollo que dejo para otro momento.

Pero si el partido gobernante actual fuera antisemita, es preciso señalar que el gobierno no son todos los polacos. Hay otros. Hay voces disidentes, periodistas, docentes e intelectuales en proceso de revisión de los lavados de cerebro soviéticos que decían que judíos y polacos habían sido víctimas de los nazis de igual manera. Hay académicos que imparten clases de Estudios Judíos en las universidades y alumnos, ninguno judío, que asisten a ellas y aprenden idish para leer los textos en idioma original. Está el Museo Polin inaugurado hace poco en terrenos donde estaba el gueto de Varsovia, un museo que muestra y cuenta los mil años de vida judía en Polonia, visita obligada de todas las escuelas del país y con importantes programas educativos. La impronta del gobierno polaco actual, más que antisemita -que los hay-, es manifiestamente nacionalista por ello sostiene y enarbola el glorioso heroísmo polaco como bandera de unión e identidad.

¿Qué quiero decir? ¿Que Polonia es un paraíso para los judíos y que nunca nos trataron mal allí? No. De ninguna manera. Todo lo que decían aquellos inmigrantes fue verdad, su dolor, sus heridas fueron fruto del antisemitismo más crudo. Me atrevo a decir, incluso, que hay un núcleo de antisemitismo en Polonia tan vivo hoy como entonces y que harán falta varias generaciones de personas como estos jóvenes que se atreven a revisar el pasado, a aceptar sus culpas y responsabilidades, para que vuelva a ser un lugar en el que aquel judío que desee vivir allí pueda hacerlo en paz.

Pero nosotros, los judíos, no podemos hacer lo mismo que nos hicieron a nosotros. No podemos usar los “todos”, “nadie”, “siempre” y “nunca”. Vivimos en carne propia las consecuencia de las generalizaciones, el “todos los judíos son….” ha costado la muerte a millones. Nosotros, más que nadie, tenemos la obligación moral de ponderar, de evaluar, de ver y respetar las diferencias, de no prejuzgar, acusar y sentenciar antes de saber.

Me parece, obviamente que la reciente ley promulgada en Polonia que prohíbe decir que el gobierno polaco tuvo responsabilidad en el exterminio del pueblo judío, es un flagrante atentado contra la libertad de expresión, un retroceso inaudito en este momento del mundo en el que las redes sociales y el universo de internet hacen imposible frenar nada que se quiera decir. Es como querer parar una catarata con las manos. Además de antidemocrático, es absurdo.

Pero parte de los fundamentos de la ley son correctos. Polonia fue ocupada por Alemania en 1939, su gobierno desmantelado. Exiliado en Londres, el Gobierno Polaco en el Exilio fue profundamente anti nazi y no tuvo complicidad ni responsabilidad alguna con el exterminio del pueblo judío.

Fue diferente con los individuos, los polacos particulares que fueron cómplices, ladrones, denunciadores, sobornadores, usurpadores, en suma, culpables. Fueron personas individuales, no el gobierno. Por eso cuando dicen que están hartos de oír hablar de “campos de concentración polacos” les asiste la razón. Polonia no existía como país, la parte ocupada por Alemania fue dividida en el Warthegau - la Región del río Warthe- y el General Gouvernement -el Gobierno General-. En 1941 se extendió hacia el este con la ocupación del territorio que había estado bajo la órbita soviética. Los campos de concentración fueron instalados, creados y administrados por alemanes, ubicados en lo que había sido Polonia antes de la ocupación.

Y si pensamos en acusar a gobiernos, acusemos a los gobiernos de Francia, Austria, Italia y Hungría por mencionar unos pocos, gobiernos que se aliaron con el Eje del Mal, cómplices concretos en el exterminio de los judíos. No escuché a ningún francés, austríaco o italiano que se niegue a pisar su tierra o que renuncie a su pasaporte de la Comunidad Europea para expresar su indignación por lo que hizo el gobierno de su país durante la Shoá.

Resulta altamente preocupante esta ola nacionalista y xenófoba que parece estar inundando al mundo. Polonia no está sola. Los cientos de miles de refugiados que golpean las puertas de la civilizada y sofisticada Europa son el pretexto para que vuelva a sobrevolar aquel tufo pestilente a fascismo que parecía haber desaparecido pero que volvió a la vida de manera dolorosa y sorpresiva.

Que en este Pésaj, la fiesta de la justicia y la libertad, mantengamos abierto el alerta mientras comemos echados sobre almohadones como reyes. ¡Atención al  tronar que anuncia borrascas y tempestades! ¡Am Israel Jai! ¡Am Humanidad Jai!

Polen soll auch mich anzeigen

Polen soll auch mich anzeigen, mich anklagen, verklagen, kreuzigen

weil ich öffentlich erkläre,

dass es Polen waren,  die meinen kleinen Bruder nicht zurückgaben,

dass es Polen waren, die sich nach der Deportation der Juden

ihre Häuser aneigneten und ihren Hausrat plünderten,

dass es Polen waren, die meine Mutter vom Bürgersteig auf die Straße verwiesen, „damit sie den Weg der Tiere teile“,

dass es Polen waren, die bei der Ansicht meiner noch lebenden Eltern

ihnen fluchend und verächtlich zuriefen, „ach, ihr habt überlebt?“

dass es Polen waren, die bestochen werden wollten,

wenn sie einen Juden entdeckten,

dass es Polen waren, die sie trotz Bestechung dann doch noch anzeigten.

Polen soll auch mich anzeigen, mich anklagen, verklagen, kreuzigen,

weil es Polen waren, die in Jedwabne ihre Nachbarn verbrannten,

weil es Polen waren, die diejenigen ermordeten, die nach Kielce zurückkehrten,

weil es Polen waren, die keinen Juden in ihren aufständischen Gruppen duldeten,

weil es Polen waren, die auf den Straßen lauerten, um Juden wegen der Belohnung  zu jagen,

weil es Polen waren, die Juden gegen Geld versteckten und sie dann, war das Geld zu Ende, anzeigten,

weil es Polen waren, die Wasser zu unerschwinglichen Preisen verkauften, wenn die Züge auf ihrem Wege nach Treblinka und Auschwitz Halt machten.

Polen soll auch mich anzeigen, mich anklagen, verklagen, kreuzigen,

weil es Polen waren, die ihre jüdischen Schüler und Mitschüler in den Schulen verspotteten,

weil sie Polen waren, die Pfarrer, die unter  Anschuldigung des Gottesmords jahrhundertelang Hass predigten,

weil es Polen waren, die Beifall klatschten, wenn die Nazi-Horden die Juden aus ihren Häusern rissen,

weil es Polen waren, die angeheuert wurden, um Juden über Flüsse und Grenzen zu bringen, und sie dann an unbekannten Orten verließen,

weil es Polen waren, die sie, nachdem sie sie verlassen hatten, anzeigten,

Polen soll auch mich anzeigen, mich anklagen, verklagen, kreuzigen

obwohl ich auch erkläre,

dass die polnische Regierung im Exil kein Mittäter des Nazismus war,

und dass es auch einige Polen gab, die sich nicht unterwarfen

und den Juden halfen,

dass es auch einige Polen gab, die sie versteckten, ernährten und pflegten,

und dabei ihr eigenes Leben aufs Spiel setzten,

dass es auch einige Polen gab, die ihnen gefälschte Ausweise besorgten,

dass auch einige Polen dem Hilfsrat Żegota angehörten,

ohne diese Polen hätte kaum ein Jude überlebt,

tausende waren es, diese Polen, die im rohen Gegensatz die Millionen Mittäter, Verantwortlichen und durch Tun oder Unterlassen Schuldigen ins Licht stellen.

und deshalb sage ich,

Polen soll auch mich anzeigen, mich anklagen, verklagen, kreuzigen.

Diana Wan

Übersetzung: Susana Mayer

אני מבקשת שפולין תאשים אותי, תשפוט אותי ותצלוב אותי

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אני מבקשת שפולין תאשים אותי, תשפוט אותי ותצלוב אותי

כי אני אומרת בראשי חוצות

שהיו אלה פולנים שלא השיבו את אחי הקטן

כי היו אלה פולנים שהשאלתו על בתי היהודים ועל הרכוש שבהם אחרי שהיהודים שהוסגרו לנאצים.

כי היו אלה פולנים שלא אישרו לאימי לצעוד על המדרכות העיר  והכריחו אותה ושכמותה לצעוד ברחובות בדיוק כפי שעושות ״בהמות״.

היו אלה פולנים שכאשר צפו בהורי החוזרים מגהנום המחנות החריזו בזילזול, ״אה, נותרתם בחיים״ 

כי היו אלה פולנים שדרשו שוחד כאשר גילו יהודי מסתתר

כי היו אלה פולנים אלה שהסגירו יהודים אפילו אחרי קבלת השוחד המבוקש

אני מבקשת שפולין תאשים אותי, שתשפוט אותי , שתיצלוב אותי כי היו אלה פולנים ששרפו חיים את שכניהם בזדבבנה

כי היו כלה פולנים שרצחו את היהודים שחזרו מקיאלצה

כי היו אלה פולנים שלא אישרו ליהודים להצטרף לקבוצות מורדים פולנים

כי היו אלה פולנים שסיירו ברחובות בציפיה לצוד יהודי ולקבל את הפרס 

כי היו אלה פולנים אשר הסתירו יהודים תמורת תשלום וכאשר הכסף נגמר,הסגירו אותם לנאצים

כי היו אלה פולנים אשר עמדו בתחנות הרכבת אני בדר לאושביץ וטרבלינקה ומכרו מים במחירים מופרזים ליהודים הצמאים.

אני מבקשת שפולין תאשים אותי, תשפוט אותי ותצלוב אותי כי היו אלה פולנים אשר לאגו לתלמידיהם ולחבריהם לספסל הלימודים בבתי הספר.

כי היו אלה כמרים פולנים אשר מאה אחר מאה הנחילו למאמיניהם את השינה ליהודים  תחת האשמה של רצח ישו.

כי היו אלה פולנים אשר מחו כפיים לרוצחים הנאצים אשר תלשו את היהודים מבתיהם.

כי היו אלה פולנים אשר בתשלום הובילו יהודים , חצו הרים ונהרות ולבסוף נטשו אותם בשממה הלא מוכרת.

כי היו אלה פולנים שאחרי שעזבו את היהודים בשממה, הסגירו אותם לנאצים.

שפולין תאשים אותי, תשפוט אותי ותצלוב איתי גם כאשר אני אומרת שהממשל הפולני בגלות לא היה שוטף למעשיהם של הנאצים.

כי היו גם פולנים שלא נכנעו להמון ועזרו ליהודים.

כי היו גם פולנים שהסתירו יהודים ועזרו להם גם שבכך סיכנו את חייהם.

כי היו גם פולנים שדאגו למסמכים מזויפים ליהודים.

כי היו גם פולנים בין חברי רשת סגוטה.

כי בלי פולנים כאלה, כמעט שאף יהודי לא היה ניצל.

היו אלפים של פולנים שהאירו  באור שונה את האחוריות של מיליוני פולנים משתפי פעולה עם הנאצים, אחראיים ואשמים בפועלם או בהעדר פעולה.

בגלל כל הנאמר מבקשת אני שפולין תאשים אותי, תשפוט אותי ותצלוב אותי.

דיאנה וונג

נא שטפו 

Diana Wang - President of Generaciones de la Shoá en Argentin

Chcę, by Polska oskarżyła także mnie

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W następstwie oskarżenia wniesionego przez polską organizację przeciwko [dziennikowi] Pagina 12 w związku z opublikowanym w zeszłym roku artykułem na temat wydarzeń, które miały miejsce w Jedwabnem (kto nic o tym nie wie – nietrudno wygooglować).

Chcę, by Polska oskarżyła także mnie, by mnie pozwała, skazała i ukrzyżowała

ponieważ publicznie twierdzę, że:

to Polacy nie zwrócili mi braciszka

to Polacy przywłaszczyli sobie żydowskie domy i dobytek, kiedy ich mieszkańców wywieziono

to Polacy nie pozwalali mojej mamie spacerować po chodniku i spychali ją na drogę, bo “tamtędy chodzą zwierzęta”

to Polacy, gdy zobaczyli moich ocalałych rodziców, wyrzekli z pogardą: “O? Przeżyliście?”

to Polacy żądali okupu, gdy odkrywali, że ktoś jest Żydem

to Polacy wydawali go, nawet po otrzymaniu okupu

 Chcę, by Polska oskarżyła także mnie, by mnie pozwała, skazała i ukrzyżowała

ponieważ publicznie twierdzę, że:

to Polacy spalili swoich sąsiadów w Jedwabnem

to Polacy zabili tych, co powrócili do Kielc

to Polacy uniemożliwiali Żydom wstępowania do swojej partyzantki

to Polacy przyczajali się na ulicach i polowali na Żydów dla nagrody

to Polacy ukrywali Żydów za pieniądze, a kiedy pieniądze się kończyły, wydawali ich

to Polacy sprzedawali za horrendalne ceny wodę, gdy transporty do Treblinki i Auschwitz zatrzymywały się po drodze

 Chcę, by Polska oskarżyła także mnie, by mnie pozwała, skazała i ukrzyżowała

ponieważ publicznie twierdzę, że:

to Polacy drwili z żydowskich uczniów i kolegów w szkołach

to polscy księża od stuleci głosili nienawiść do Żydów oskarżając ich o bogobójstwo

to Polacy chwalili nazistowskie hordy wywlekające Żydów z ich domostw

to Polacy podejmowali się przerzucania Żydów przez rzeki i granice i porzucali ich w nieznanych miejscach

to Polacy, porzucając ich, później na nich donosili

 Chcę, by Polska oskarżyła także mnie, by mnie pozwała, skazała i ukrzyżowała

choćbym mówiła również, że

polski rząd na obczyźnie nie współpracował z nazistami, i że

to także Polacy nie dali się złamać i pomagali Żydom

to także Polacy ich ukrywali, żywili, opiekowali się nimi ryzykując własne życie

to także Polacy dostarczali im fałszywych dokumentów

to także Polacy stworzyli ratującą Żydów siatkę Żegoty

i bez tych Polaków prawie żaden Żyd nie przeżyłby

to tysiące Polaków, którzy rzucają wyraźne i surowe światło na miliony Polaków współuczestniczących, odpowiedzialnych i winnych czynów i zaniechań

Z wszystkich wymienionych wyżej powodów

chcę, by Polska oskarżyła także mnie, by mnie pozwała, skazała i ukrzyżowała

Diana Wang - Generaciones de la Shoá en Argentin

Tłumaczenie. Edyta Kwiatkowska-Farys

Que la Pologne me dénonce et m'accuse

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Je veux que la Pologne me dénonce, qu´elle m'accuse, me poursuive et me crucifie

parce qu´à tous vents je dis :

ce sont des Polonais qui ont caché mon petit frère et se sont niés à nous le rendre

ce sont des Polonais qui se sont approprié les maisons et tout ce qu'il y avait dedans lorsque les Juifs furent déportés

ce sont des Polonais qui empêchaient ma mère de circuler sur le trottoir et l´obligeaient à marcher «où vont les animaux», sur la chaussée

ce sont des Polonais qui, lorsqu´ils virent revenir mes parents s'exclamèrent avec mépris «Ah? vous avez survécu?»

ce sont des Polonais qu´il fallait soudoyer lorsqu´ils découvraient un Juif

Ce sont des Polonais qui le dénonçaient, ce Juif, même après avoir accepté d'être soudoyés

Que la Pologne me dénonce, m´accuse, me poursuive et me crucifie

parce que à tous vents je crie que

ce sont des Polonais qui ont brûlé vif leurs voisins à Jedwabne

ce sont des Polonais qui ont tué ceux qui revinrent à Kielce

ce sont des Polonais qui refusaient aux Juifs la possibilité de se joindre à leurs groupes de résistance

ce sont des Polonais qui dans les rues étaient à l'affût de Juifs pour obtenir la récompense promise

ce sont des Polonais qui cachèrent des Juifs pour gagner de l´argent et qui, une fois l'argent dépensé, les dénonçaient

ce sont des Polonais qui, à un prix exorbitant, vendaient un peu d´eau aux Juifs lorsque sur le chemin à Treblinka ou Auschwitz les convois faisaient un arrêt

Que la Pologne me dénonce, m´accuse, me poursuive et me crucifie

parce que´à tous vents j´affirme  

que ce sont des Polonais qui dans les écoles se moquaient de leurs élèves et de leurs camarades juifs

qu´ils étaient Polonais les curés qui, en accusant les Juifs de déicides, prédiquèrent la haine durant des siècles  

que ce sont des Polonais qui applaudissaient les hordes nazies qui arrachaient les Juifs de chez eux

que ce sont des polonais qui, payés par des Juifs pour leur faire traverser une rivière ou franchir une frontière, les abandonnaient dans des parages dangereux

que ce sont des Polonais qui, après les avoir abandonnés, les dénonçaient

Que la Pologne me dénonce, m´accuse, me poursuive et me crucifie

même si je dis aussi

que le gouvernement polonais en exil n'a pas été complice du nazisme

et qu'il y eut des Polonais qui refusèrent de se soumettre et aidèrent des Juifs

des Polonais qui les cachèrent, leur donnèrent à manger et prirent soin d´eux au risque de leur propre vie

des Polonais qui s´occupèrent de leur fournir de faux documents

des Polonais aussi qui se joignirent au réseau de sauvetage Zegota.

Sans ces Polonais-là pratiquement aucun Juif n'aurait pu survivre

Ils furent plusieurs milliers  ces Polonais dont la dignité et la bravoure brillent et se détachent du fond obscur de la responsabilité de millions d'autres Polonais, complices et coupables par action ou omission,

C'est pour toutes ces raisons que je veux que la Pologne

me dénonce, moi aussi, m'accuse, me poursuive et me crucifie.

Diana Wang - Presidente de Generaciones de la Shoá en Argentina

Traduit par Hélène Gutkowski