Quiero que Polonia me denuncie a mi también
que me demande, me acuse y me crucifique
porque digo públicamente que:
fueron polacos los que no devolvieron a mi hermanito
fueron polacos los que se apropiaron de las casas y de todo lo que había adentro una vez que los judíos había sido deportados
fueron polacos los que no dejaban a mi mamá caminar por las veredas y la echaban a la calle “por donde van los animales”
fueron polacos los que cuando vieron vivos a mis padres profirieron con desprecio “¿ah? ¿sobrevivieron?”
fueron polacos los que pedían sobornos cuando descubrían a un judío
fueron polacos los que lo denunciaban aún después de sobornados
Quiero que Polonia me denuncie
que me demande, me acuse y me crucifique porque
fueron polacos los que quemaron a sus vecinos en Jedwabne
fueron polacos los que mataron a los que volvían a Kielce
fueron polacos los que no dejaban que ningún judío integre sus grupos rebeldes
fueron polacos los que iban atentos por las calles esperando cazar algún judío para ganarse la recompensa
fueron polacos los que escondieron judíos a cambio de dinero y los que, cuando el dinero se terminaba los denunciaron
fueron polacos los que vendían agua a precios exorbitantes cuando los trenes se detenían en su camino a Treblinka y Auschwitz
Quiero que Polonia me denuncie
que me demande, me acuse y me crucifique porque
fueron polacos los que se burlaban de sus alumnos y compañeros judíos en las escuelas
fueron polacos los curas que predicaron siglo tras siglo el odio bajo la acusación de deicidio
fueron polacos los que aplaudían a las hordas nazis que arrancaba a los judíos de sus casas
fueron polacos los contratados para hacer cruzar ríos y fronteras a los judíos y los que los abandonaban en parajes desconocidos
fueron polacos los que después de abandonarlos los denunciaban
Que Polonia me denuncie
que me demande, me acuse y me crucifique
aunque diga también que
el gobierno polaco en el exilio no fue cómplice del nazismo y que
también fueron algunos polacos los que no se sometieron y ayudaron a los judíos
también algunos polacos los escondieron, alimentaron y cuidaron arriesgando sus vidas
también fueron algunos polacos los que les proveyeron de documentos falsos
también algunos polacos integraron la red de salvación Zegota
sin esos polacos casi ningún judío podría haber sobrevivido
fueron miles esos polacos que iluminan por contraste y con crudeza a los millones de polacos cómplices, responsables y culpables por acción u omisión
Por todo eso
Quiero que Polonia me denuncie a mi también
que me demande, me acuse y me crucifique.
Repercusiones en los medios:
Editorial de Alfredo Leuco
Nota en Pagina 12
Nota en Urgente 24
The Guardian
Noticias de Israel (2021)
Radio Pública israelí, KAN en español, a partir del minuto 38
Carta del rabino Nissenbaum:
Bs As 22 de Adar de 5778
09 de marzo de 2018
Mi muy querida Diana: Estoy en USA de vacaciones y mi secretaria me envió hace días tu texto sobre la nefasta ley del gobierno polaco respecto al Holocausto. No podía dejar de escribirte, en primer lugar porque lloré como un chico mientras lo leía. Mis bisabuelos llegaron a la Argentina entre 1870 y 1890, por lo tanto no tenemos en nuestra familia victimas o sobrevivientes conocidos de la Shoah. Mientras mi padre desde pequeño me contaba historias bíblicas, mi madre en cambio, a partir de mis 7 años empezó a contarme las atrocidades de los nazis en los campos y en los ghettos y los experimentos médicos con los niños judíos, por eso me considero un sobreviviente del texto.
Tu escrito es para mí una proclama ejemplar acerca de nuestra especie, que puede llegar a los grados más terroríficos de la deshumanización por su crueldad y violencia despiadada pero también cuenta de aquellos otros de nuestra misma especie capaces de desafiar el deterioro moral y con valentía solidaria, aún a riesgo de sus vidas pudieron convertirse en jasidei umot olam, es decir, superar la especie y construirse en la muy rara categoría llamada "ser humano" desafío al que todos somos llamados a construir con nuestras mistéricas existencias.
Aunque se ha dicho que después de Auschwitz no hay poesía, para mí tu texto es un asombroso poema, porque solo la poesía posee un metalenguaje, más allá del sentido que le damos a las palabras, porque donde ninguna de ellas alcanzaría a explicar lo inexplicable y lo imperdonable, tu texto se manifiesta como una epifanía más del misterio del mundo y del hombre. Creo que tu texto habría que incorporarlo en la liturgia de conmemoración de la Shoah. Sería maravilloso que en todas las escuelas y universidades, los maestros y alumnos judíos y no judíos pudieran recitarlo como un himno. Creo que en las inútiles Naciones Unidas cada representante de su respectivo país se sintiera moralmente obligado a recitarlo.
Inmensas gracias nuevamente mi muy querida y admirada Diana, porque lloré, porque volví a sentir una nueva experiencia mística de lo profundo religioso y de lo sagrado de la vida, y por que sentí profundamente que no lo estaba leyendo sino rezándolo, gracias por este legado que nos diste y que sin duda es tu propia escritura, pero al mismo tiempo tengo la sospecha que Dios se expresó secretamente entre tus palabras para poder perdornarse a sí mismo por su inexplicable silencio y ausencia en la terrible oscuridad de lo que nunca debió haber sucedido.
Con inmenso amor
Rabbi Reuben Nisenbom.
Presidente, Fundador y Rabino del C de E J M
Carta del embajador de Polonia en Argentina al presidente de AMIA.
Buenos Aires, 7 de marzo de 2018
Sr. Agustín Zbar, Presidente de la Asociación Mutual Israelita Argentina
Del artículo “Repudio unánime” publicado en Página12 del 7 de marzo, me enteré que AMIA publicó en su fanpage de Facebook el artículo de Federico Pavlovsky „Rostros familiares”, publicado por primera vez el 18 de diciembre de 2017 en Página 12.
¿Sería tan amable y podría explicar a quiénes se puede ver en la foto que ilustra el texto de Federico Pavlovsky? ¿Son cadáveres de judíos que habitaban Jedwabne asesinados por polacos? No, son polacos, miembros de la conspiración anticomunista, matados por funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública en 1950, 9 años después de la masacre de Jedwabne. Se conoce bien sus nombres y apellidos. No tuvieron nada en común con el cruel acto cometido por los habitantes de Jedwabne en 1941. ¿Por qué Página 12 decidió hacer semejante manipulación? No lo sé.
Escribí con relación a ese asunto al director de Página 12, Ernesto Tiffenberg, el 19 de diciembre, al día siguiente de la publicación del artículo „Rostros familiares”. Sin ninguna respuesta. Escribí nuevamente el 12 de enero. El director Tiffenberg nuevamente no consideró adecuado contestar, en mi opinión, mi cortés carta que le había dirigido.
Considero que es una cuestión importante, puesto que en realidad es esa foto utilizada para ilustrar el artículo sobre la masacre de Jedwabne, y no el artículo en sí mismo lo que provocó a Reduta Dobrego Imienia (Reducto de Buen Nombre) en Polonia acusar judicialmente a Página 12.
Todo eso sucedió varias semanas antes de que el parlamento de Polonia haya aprobado la ley sobre el Instituto de la Memoria Nacional, que actualmente se volvió objeto de crítica. Crítica que –deseo añadir– durante los trabajos sobre esta ley antes de promulgarla surgió también en mi país, y no solamente en el entorno de los judíos. Las vacilaciones ocasionadas en aquel momento llevaron al Presidente Andrzej Duda a dirigir la nueva ley al Tribunal Constitucional, para que éste decida si se viola o no el derecho constitucional a la libertad de palabra. Si la viola, la ley va a tener que ser cambiada. La sentencia del Tribunal Constitucional, ojala esté otorgada lo antes posible, la espera mucha gente en todo el mundo. No creo que antes de que se dicte la sentencia sobre la constitucionalidad, algún tribunal en Polonia entable una acción judicial sobre la violación de la nueva ley, sin importar cuantas organizaciones no gubernamentales, como Reduta Dobrego Imienia (Reducto de Buen Nombre), instruyan una causa contra alguien en cualquier lugar del mundo. No puedo escribir que „con toda la certeza no va a proceder”, puesto que Polonia -contrariamente a las opiniones manifestadas por el sobresaliente periodista argentino- es un estado de derecho que respeta la soberanía de los tribunales, y no es un país nazi.
En la carta que escribí al director Tiffenberg presenté las informaciones sobre la investigación del caso Jedwabne y las reflexiones sobre el impacto que ese asunto tuvo en la sociedad polaca. No es muy elegante citarse a uno mismo, sin embargo permítame recordarle un fragmento de mi carta:
El libro de Gross y las posteriores investigaciones de IPN generaron en Polonia la más importante discusión, y la más profunda desde 1989, sobre la historia contemporánea del país. Hubo una fuerte voz que condenaba a los perseguidores y perpetradores de los judíos que habían sido asesinados, y pedían una evaluación justa de las infames páginas del pasado polaco. No hay razón para ocultar que también han aparecido declaraciones que niegan la magnitud de la responsabilidad polaca de Jedwabne. Otro hilo de la discusión fue recordar que también muchos polacos salvaron las vidas de los judíos, a menudo pagando con sus vidas. En 2001, el entonces Presidente de la República de Polonia, Aleksander Kwaśniewski, rindió homenaje a los judíos asesinados, diciendo estas importantes palabras: “Como hombre, como ciudadano y como Presidente de la República de Polonia, pido perdón. Perdón en nombre propio como por el de esos polacos, cuya conciencia está afectada por este crimen. En el nombre de aquellos que piensan, que no se puede estar orgulloso de la grandeza de la historia polaca, sin sentir al mismo tiempo dolor y vergüenza por el mal que los polacos le hicieron a otros”. Recuerdo esto para subrayar, que el asunto de Jedwabne fue un profundo avance en la conciencia de los polacos. Nos acercó a la verdad sobre nosotros mismos. Mostró a nuestros amigos y adversarios que somos capaces de hablar sobre cosas positivas, pero también sobre las páginas oscuras de nuestra historia.
Adjunto el texto entero de la carta. Voy a estar satisfecho, si Usted gustaría tomar el conocimiento de la misma. Me parece que honradamente me referí a la responsabilidad de aquellos de mis paisanos, cuya consciencia está cargada con la masacre de Jedwabne, al igual que con otros actos infames en contra de los compatriotas judíos en otros lugares de Polonia.
No puedo terminar esas observaciones sin la reflexión de que AMIA en su justa lucha contra la censura y tergiversación de la historia decidió reproducir el artículo de Pavlovsky junto con la foto que lo ilustraba, con lo que, desgraciadamente, divulgó la ímproba manipulación de Página 12. Estaría agradecido, si en nombre de la verdad quisiera Usted tomar medidas para eliminar esa dolorosa falsificación.
Permite Usted que al asegurarme que esta carta llegó a sus manos, podré facilitarla también a otros lectores.
Marek Pernal, Embajador de Polonia
marzo 13: de Polish League Against Defamation - Reduta dobrego imienia.
Estimados Señores:
La Fundación Reducto del Buen Nombre - Liga Polaca contra la Difamación se ha establecido para corregir la información falsa sobre la historia de Polonia, especialmente la de la Segunda Guerra Mundial. Sobre todo ahora, recordamos cuando la marea de falsas acusaciones en contra de los polacos, así mismo en contra del Reducto del Buen Nombre, ha inundado directamente los medios argentinos.
Recordemos los hechos. En el texto de Federico Pavlovsky Znajome twarze (Rostros Familiares), en el que describe el crimen contra los judíos en Jedwabne (1941), había una fotografía póstuma de soldados de la resistencia independista polaca, quienes después de la Segunda Guerra Mundial luchaban contra los comunistas y el 25 de febrero de 1950 fueron asesinados por agentes de la Oficina de Seguridad. En la foto se muestra a los héroes polacos que no tenían nada que ver con el asesinato de los judíos en Jedwabne, por lo que la ilustración de los crímenes contra los judíos con estos personajes es una manipulación, una acción que falsifica la historia y viola el buen nombre de los soldados polacos. Sobre el asunto de cambiar la foto han intervenido repetidamente polacos y la misma embajada polaca. A pesar de las solicitudes, los editores todavía no la han cambiado. En esta situación, por el bien de la verdad histórica, el Reducto del Buen Nombre ha puesto una intervención legal.
El Reducto no está exigiendo cambios en el texto de Federico Pavlovsky y, por lo tanto, no niega el crimen en Jedwabne, sino que exige disculpas en relación con la manipulación de la fotografía que ilustra el texto. El artículo en el portal Página 12 sigue erróneamente ilustrado y ofende la memoria de los soldados que luchaban contra los comunistas.
Mientras tanto, tras las intervenciones anteriores sin éxito en la editorial y la intervención legal, el Reducto del Buen Nombre se ha encontrado con muchos ataques de los medios de comunicación argentinos defendiendo las mentiras. Definen nuestra organización como "nacionalista", "revisionista", como partidarios de la "negación", e incluso como una institución "fascista". En sus comentarios, incluso está la frase "Polonia nazi" con referencia a nuestro país. Estamos sorprendidos de ver la cantidad de estos epítetos, así como las acusaciones contra nosotros mismos. Las acusaciones más comunes contra nosotros están, entre otras, de modo que supuestamente golpeamos la libertad de expresión, limitamos el debate histórico y tratamos de censurar la historia de Polonia.
Estas acusaciones son completamente infundadas.
Si por el hecho de demandar la verdad y exactitud histórica el Reducto del Buen Nombre es llamada una organización "fascista", "negacionista" y "revisionista", entonces, ¿cómo llamar a los defensores de las mentiras históricas? El conocimiento de la historia de Polonia es imprecisa en el mundo, lo que se confirma en el caso descrito por nosotros del error cometido en las páginas del portal Página 12. El Reducto exige la verdad histórica, y no tiene nada que ver con la censura y un ataque a la libertad de expresión. La imagen que ilustra el artículo fue seleccionada incorrectamente e insulta la memoria de los héroes polacos. Los editores de Pagina 12 persisten en mentir.
Reducto del Buen Nombre - Liga Polaca contra la Difamación