La infamia se repite. Como una pesadilla sin fin la creatividad del MAL se pone en práctica dirigida al adoctrinamiento de niños. No es nuevo en la historia de la Humanidad. Durante el nazismo el Ministerio de Propaganda del Reich liderado por Joseph Goebbels se ocupó de crear, producir y difundir innumerables materiales de adoctrinamiento en especial para los niños y jóvenes. Posters, folletos, periódicos, colonias de verano, escuelas especiales, grupos juveniles, libros de texto y entre tantos otros, un juego de mesa que hizo furor. Se llamaba “Juden Rauss”, judíos afuera. Como el juego de la oca, era un tablero con casillas, dados y unas figuras que debían hacer el recorrido. Eran personas coronadas con sombreros largos y puntiagudos con rasgos claramente judíos según el estereotipo antisemita. Ganaba quien conseguía expulsar a todos a Palestina. Sí, a Palestina porque Israel todavía no existía, se llamaba Palestina.
Los nazis mandaban a los judíos a Palestina. Hoy, que existe Israel, deben irse. Nunca hay lugar para los judíos. Ni acá ni allá.
Se vende y distribuye hoy un juego similar con el nombre de “Ahed Tamimi y la lucha del pueblo palestino”. También hay un tablero y un derrotero que sigue la heroína según los dados vayan indicando según en qué casillero caiga.
Ejemplos de algunos:
“los vecinos y vecinas de Nabi Saleh salen a las calles a exigir que les devuelvan su manantial. Te sumás y avanzás dos casilleros”,
“meten preso a un familiar de Ahed. Como toda la familia tiene que ir a reclamar su libertad perdés un turno”,
“soldados de Israel disparan gases lacrimógenos contra los pibes, avanzás dos casilleros del susto”,
“Ahed tiene que viajar para dar una charla sobre la lucha de su pueblo. Esperás su regreso y perdés un turno”,
“una patrulla de soldados israelíes detiene a Ahed en una calle de su barrio perdés un turno”.
Igual que en el juego nazi, al seguir las instrucciones se incorpora inadvertidamente el contenido político y se lo va naturalizando, de modo que se pueda homogeneizar a la población y anestesiar su raciocinio y su moral. Gran lección del Ministerio de Propaganda nazi.
La Editorial Sudestada produce este tendencioso panfleto como buenos alumnos del nazismo y, por las dudas, le suma este argumento de venta:
"Cuando vemos algo que no está bien, que no es justo, que es un abuso... ¿hay que gritar, hay que salir a las calles, hay que protestar, hay que pelear? ¡Claro que sí! Eso hizo Ahed Tamimi, eso hace el pueblo palestino. Es por eso que queremos contarte su historia y la de todo su pueblo. Porque Ahed es una heroína, y porque su voz se escucha en estas páginas".
Claro que si se los confronta negarán antisemitismo alguno. “Estamos en contra de la ocupación israelí” dirán. Les vamos a creer cuando también estén en contra del asesinato de cristianos en Siria, del régimen dictatorial de Corea del Norte, de la expulsión de los Rohingyas por el ejército de Myanmar (a que no tienen idea de dónde está todo eso), a la hambruna en el norte de Yemen con la intervención de Irán, a la desastrosa situación en Venezuela, al conflicto entre Rusia y Ucrania, la crisis de los refugiados en Europa y tantos otros hechos que tiñen de oprobio a la condición humana. Acerca de nada de eso se habla, se difunde, se crean materiales de concientización y reflexión.
Solo cuando se trata de judíos.
Si eso no es antisemitismo, ¿el antisemitismo dónde está?
Adoctrinamiento de niños en Argentina
La infamia se repite. Como una pesadilla sin fin la creatividad del MAL se pone en práctica dirigida al adoctrinamiento de niños. No es nuevo en la historia de la Humanidad. Durante el nazismo el Ministerio de Propaganda del Reich liderado por Joseph Goebbels se ocupó de crear, producir y difundir innumerables materiales de adoctrinamiento en especial para los niños y jóvenes. Posters, folletos, periódicos, colonias de verano, escuelas especiales, grupos juveniles, libros de texto y entre tantos otros, un juego de mesa que hizo furor. Se llamaba “Juden Rauss”, judíos afuera. Como el juego de la oca, era un tablero con casillas, dados y unas figuras que debían hacer el recorrido. Eran personas coronadas con sombreros largos y puntiagudos con rasgos claramente judíos según el estereotipo antisemita. Ganaba quien conseguía expulsar a todos a Palestina. Sí, a Palestina porque Israel todavía no existía, se llamaba Palestina.
Los nazis mandaban a los judíos a Palestina. Hoy, que existe Israel, deben irse. Nunca hay lugar para los judíos. Ni acá ni allá.
Se vende y distribuye hoy un juego similar con el nombre de “Ahed Tamimi y la lucha del pueblo palestino”. También hay un tablero y un derrotero que sigue la heroína según los dados vayan indicando según en qué casillero caiga.
Ejemplos de algunos:
“los vecinos y vecinas de Nabi Saleh salen a las calles a exigir que les devuelvan su manantial. Te sumás y avanzás dos casilleros”,
“meten preso a un familiar de Ahed. Como toda la familia tiene que ir a reclamar su libertad perdés un turno”,
“soldados de Israel disparan gases lacrimógenos contra los pibes, avanzás dos casilleros del susto”,
“Ahed tiene que viajar para dar una charla sobre la lucha de su pueblo. Esperás su regreso y perdés un turno”,
“una patrulla de soldados israelíes detiene a Ahed en una calle de su barrio perdés un turno”.
Igual que en el juego nazi, al seguir las instrucciones se incorpora inadvertidamente el contenido político y se lo va naturalizando, de modo que se pueda homogeneizar a la población y anestesiar su raciocinio y su moral. Gran lección del Ministerio de Propaganda nazi.
La Editorial Sudestada produce este tendencioso panfleto como buenos alumnos del nazismo y, por las dudas, le suma este argumento de venta:
"Cuando vemos algo que no está bien, que no es justo, que es un abuso... ¿hay que gritar, hay que salir a las calles, hay que protestar, hay que pelear? ¡Claro que sí! Eso hizo Ahed Tamimi, eso hace el pueblo palestino. Es por eso que queremos contarte su historia y la de todo su pueblo. Porque Ahed es una heroína, y porque su voz se escucha en estas páginas".
Claro que si se los confronta negarán antisemitismo alguno. “Estamos en contra de la ocupación israelí” dirán. Les vamos a creer cuando también estén en contra del asesinato de cristianos en Siria, del régimen dictatorial de Corea del Norte, de la expulsión de los Rohingyas por el ejército de Myanmar (a que no tienen idea de dónde está todo eso), a la hambruna en el norte de Yemen con la intervención de Irán, a la desastrosa situación en Venezuela, al conflicto entre Rusia y Ucrania, la crisis de los refugiados en Europa y tantos otros hechos que tiñen de oprobio a la condición humana. Acerca de nada de eso se habla, se difunde, se crean materiales de concientización y reflexión.
Solo cuando se trata de judíos.
Si eso no es antisemitismo, ¿el antisemitismo dónde está?
English translation:
INDOCTRINATION OF CHILDREN IN ARGENTINA
By Diana Wang
Infamy repeats itself. As an endless nightmare, the creativity of EVIL is applied to indoctrinate children. This is not new in the history of Humanity. During the Nazi regime, the Reich Ministry of Propaganda led by Joseph Goebbels was devoted to creating, producing and disseminating countless indoctrination materials, especially for children and young people. Posters, flyers, newspapers, summer camps, special schools, youth groups, textbooks and, among many others, a board game that was all the rage. Its name was “Juden Rauss” – Jews Out. Like the Game of the Goose, it was a game board with squares, dices and some game piece figurines that had to follow the track. They were people with large pointed hats with clearly Jewish features after the antisemitic stereotype. The winner was whoever managed to expel all the Jews to Palestine. Yes, to Palestine because the State of Israel did not exist yet, it was called Palestine.
The Nazis sent the Jews to Palestine. The State of Israel exists today and they must leave it. There is never place for the Jews. Neither here nor there.
Now a similar game is being sold and distributed under the name “Ahed Tamimi y la lucha del pueblo palestino“ (Ahed Tamimi and the struggle of the Palestinian people). There is also a game board and a track that the heroine follows according to throws of dices indicating on which square to land.
Some examples:
* Nabi Saleh‘s neighbors take to the streets to demand the return of their wellspring. You join them and move two squares,
*they send down one of Ahed‘s relatives. As every family has to go and reclaim its freedom, you miss a turn,
*Israeli soldiers shoot tear gas against the kids, you move two squares because of the fright,
*Ahed has to travel to give a talk about the struggle of its people. You wait for her return and miss a turn,
*a patrol of Israeli soldiers detains Ahed on a street in its neighborhood, you miss a turn.
As in the Nazi game, while following the instructions, the political content is inadvertently incorporated and naturalized, to homogenize the population and anaesthetize its reasoning and its morality. Great lesson from the Nazi Ministry of Propaganda.
Sudestada Editorial is producing this biased pamphlet, as good disciples of Nazism, and, just in case, his selling argument is added:
“When we see something that is not right, that is not fair, it is an abuse... Do we have to shout? Do we have to take to rally? Do we have to protest? Do we have to fight? Of course we do! That is what Ahed Tamimi did, that is what the Palestinian people do. That is why we want to tell you her story and the story of her people. Because Ahed is a heroine, and because her voice is heard in these pages.”
Of course, if they were confronted, they will deny any kind of antisemitism. “We are against the Israeli occupation,” they would say. We will believe them when they are also against the murder of Christians in Syria, against the dictatorial regime in North Korea, against the expelling of the Rohingya in Myanmar (they may not even know where it is), against the famine in northern Yemen with Iran‘s intervention, against the terrible situation in Venezuela, against the conflict between Russia and Ukraine, against the refugee crisis in Europe, and many other situations that cover human condition with opprobrium. Nobody speaks, disseminates or creates materials for awareness-raising and reflection about none of those situations.
Only when it is about the Jews.
If that is not antisemitism, what is?
Publicado por Infobae el 8 de enero de 2019