Agnès et nous. Ministra de salud francesa, hija de sobrevivientes de la Shoá

La nueva ministra de salud de Francia es hija de sobrevivientes de la Shoá. Agnès Buzyn es la hija de Elie Buzyn, protagonista del film “Elie et nous” (Elie y nosotros) dirigido por Sophie Bredier. Elie se había quitado su tatuaje, lo había convertido en pergamino e iba con él a dar sus testimonios. Pero un día le robaron el abrigo en uno de cuyos bolsillos llevaba su tesoro.Desesperado, lo buscó en tachos de basura y en la oficina de objetos perdidos, sin suerte. Había perdido su documento más preciado. Un día se le ocurre que podría volverse a tatuar el número tomando como modelo una foto que había conservado de su pergamino. Su idea era repetir el mismo procedimiento que había hecho antes, es decir, una vez tatuado, hacérselo quitar y convertirlo en un pergamino para que su preciado documento hecho en su propia piel siguiera vivo.  Se lo comunicó a su familia y amigos sobrevivientes y las reacciones, los comentarios, las idas y vueltas, son el contenido del conmovedor documental mencionado.

Su argumento es que quiere que ese pedazo de su piel quede como testimonio después de que él haya muerto, que no sea enterrado junto con él. Finalmente, decidido a hacerlo, consulta a un cirujano que, luego de escucharlo, le dice: “... pero es falso, si yo se lo hago es por su propia voluntad, no soy un nazi que lo está tatuando a la fuerza a su ingreso al campo…”

Queda abierta la resolución.

Queda abierta la pregunta por la verdad, por el documento, por la representación.

La hija de Elie, un hombre que se asoma a planteos de tal hondura, que es tan consciente del valor de su testimonio, será la nueva Ministra de Sanidad del gobierno de Francia.

Y para más sorpresa: estuvo casada con un hijo de Simone Veil que falleció hace unos días.

El amor ¡ah! el amor

¡”No me ama! ¡yo lo amo pero él a mi no!”. Y estalla la tragedia. “Mal de amores” le llaman, “amores contrariados”, “desencuentros amorosos”, “amores en cadena” (ella lo ama pero él ama a otra que a su vez ama a otro y así sucesivamente). El amor tiene entidad propia, es algo concreto, casi un objeto que está o no está, y que no depende de uno. A uno se le instala de manera misteriosa justo acá, en el costado izquierdo del tronco, donde está el corazón. Se ubica en una diminuta cajita que a su vez contiene otras cajitas, cada una conteniendo el amor hacia cada una de las personas que amo. Pero ¿cómo llegó ese amor a la cajita?, ese sentimiento, ese intenso compromiso emocional que nos habitó sin que lo hubiéramos advertido o decidido. Es una especie de alien, un okupa que exige alimento y reciprocidad. Porque pareciera que de cada cajita emana una especie de tentáculo invisible dirigido hacia cada uno de los nombres de cada una de las cajitas que están en el corazón con el deseo de que tengan, dentro de sí, en su corazón, una cajita similar con nuestro nombre y que venga a nuestro encuentro.

Cada cajita parece tener vida propia, una vida misteriosa y cuando el tentáculo de alguna de las cajitas no se encuentra con el tentáculo del otro a mitad de camino, nos decimos que nuestro amor no es correspondido, es decir, esa persona que amamos no nos ama. Y claro, ¿dónde duele?... acá, en el pecho.

El amor tiene en nuestra cultura una existencia potente, implacable y predeterminada. “Está escrito”, “la media naranja”, “el zapato justo”, “el otro que nos completa”. El angelito ciego y travieso que imaginaron los griegos, Eros (Cupido para los romanos), con su arco y su flecha une dos corazones -no dos personas- sin importarle aparentemente quiénes son, de qué la van, si tendrán algo que ver y de ahí proviene la convicción que reina sobre todas de que “el amor es ciego”. Los griegos explicaban los misterios del mundo con escenas, personajes e historias mitológicas, es decir, inventos, metáforas. Eros les explicaba de manera poética esa atracción apasionada entre dos personas, ese deseo sexual arrollador y ese ansia de estar juntos.

Después del romanticismo literario en el siglo XIX, nos tomamos en serio la metáfora y nos creímos que Cupido era de verdad, como lo del flechazo, el amor verdadero y eterno y otras construcciones culturales afines que traduje en la analogía del comienzo, lo de las cajitas.

Esta idea del amor, que casi siempre se refiere al amor de pareja y deja de lado todos los otros amores que intervienen en nuestras vidas, es una construcción social que no tiene más que dos siglos. La influencia del romanticismo literario es tan potente que una relación amorosa es un romance y un clima amoroso es romántico. Y todo esto es una novedad en la historia de la Humanidad. Dos siglos son fracciones de segundos en la evolución humana.

Un poco atrás, la unión conyugal era una consecuencia de la necesidad de generar descendencia, guiada por conveniencias económicas o de linaje familiar; también intervenía la atracción sexual pero no venía “mejorada” con lo que hoy llamamos romance. La decisión de unirse en pareja e iniciar una familia no seguía los lineamientos actuales.

¿Y para qué toda esta disquisición? Pues para responder a tu dolor, a tu penuria cuando a quién creés que amás no te ama. (De paso, ¿cómo fue que cambiamos nuestro histórico y delicioso “te quiero” por este cursi, edulcorado y engolado “te amo” que a los más viejos nos sigue sonando a falso o a novela barata?).

Es que el amor no existe. No hay una cajita cerca del corazón, no es una pertenencia que uno posee dentro de sí y que ojalá que el otro también la tenga. El amor es una consecuencia del “entre”. Eso que llamamos amor, es un registro que hacemos de lo que sucede cuando estamos con el otro, de cuánto nos gusta vernos en su mirada, del placer y el gusto al estar juntos. ¿Y cómo es que no siempre las dos personas registran lo mismo? Es que estamos tan impregnados del pegote social romántico que muchas veces registramos mal lo que pasa, desoimos lo que nos dice la piel, disfrazamos el disgusto, la incomodidad, la molestia, lo que sea que suceda cuando estamos con el otro. Si al estar juntos nos sentimos bien, si nos gusta, si nos vemos confirmados en quienes somos y cómo nos gusta que nos vean, esas sensaciones son construcciones hechas de a dos y para el otro será igual. El amor está en el “entre”, en la interacción, en cada momento, en las miradas y en los silencios, en las esperas y en los encuentros. No solo el amor, también cualquier otro sentimiento: la alegría, el aburrimiento, el disgusto, la diversión, la ternura, la desconfianza… todo esto y mucho más, sucede en el “entre” y si los dos tienen bien calibrado el registro, “sentirán” lo mismo.

Para el amor de pareja, para el amor de cualquier orden y para cualquier otro sentimiento, está en el “entre” y es siempre recíproco.



 

 

 

Descartar la primera orina de la mañana

Foto: Pixabay

Sí, es cierto, son terribles y desgastantes esas discusiones que se disparan por una estupidez y van creciendo como una bola imparable y de pronto te ves cubierto por una furia enceguecedora y, al menos en la mirada y en la voz, asesina. 

Sí, ya sé que tu mujer te provoca, que te irrita, que no entendés qué le pasa ni qué quiere de vos y que te pone del tomate su reclamo, su exigencia, su desconsideración. O lo que ves de esa manera. No estamos para discutir si es así o no. No importa. Porque lo que tu mujer hace o deja de hacer es cuestión de ella. No es tu decisión ni responsabilidad. Y entonces te podrás preguntar: "cómo salgo de esto, ¿es que no hay nada que se pueda hacer? ¿tengo que dejar que diga lo que se le ocurra y callarme la boca? ¿tengo que seguir viviendo con ella y aguantar día a día esta catarata insoportable? Quiero tomármelas, quiero estar tranquilo y que no me rompa más la paciencia. Pero. ¡ay! no sé. los chicos, la casa, los amigos, las comidas juntos, los cumpleaños, no me quiero perder todo eso, ¿por qué dejarlo?"

La convivencia matrimonial no es elegida día a día, se da por hecho y es parte del contrato de quienes han decidido vivir juntos. Pero sostenerlo cotidianamente, no siempre es fácil. Recuerdo una escena de "El huevo de la serpiente" la película de Ingmar Bergman en la que encierran a una pareja y les hacen inhalar un gas que inhibe los frenos morales y estimula la violencia. Pasan de ser amables y educados a atacarse en una escalada de furia que parece irrefrenable. La convivencia forzada y forzosa, a veces puede tener un efecto tan tóxico como ese gas inodoro y puede transformarse en un pequeño infierno. ¿Se puede parar? Yo que vos lo intentaría y depende de cómo elijas reaccionar frente a la conducta de tu mujer.

Lo que sea que haga o diga tu mujer que vivas como ataque te dispara esa reacción. Y ¿qué hacemos los mamíferos ante un ataque? Tenemos tres respuestas posibles: contraataque, sometimiento o abandono del campo.

Elegiste contraatacar, evacuar tu ira o tu desesperación con hostilidad. El grito, la reacción verbal agresiva, es una descarga motriz que te proporciona el aparente alivio de no someterte. Pero es una descarga ineficaz puesto que te deja más cargado que antes. Además de los síntomas y las alteraciones físicas inmediatas, tu contra ataque provoca una escalada de violencia que, una vez desatada, no es fácil de frenar. Y terminan diciéndose cualquier cosa, ataques desnudos y descarnados destinados a destruir al adversario como fieras destrozándose dentro de una jaula.

Es un poco como cuando te indican un análisis de orina de 24 hs, llamás al laboratorio y te dicen: descarte la primera orina de la mañana, colecte la de todo el día y la primera del día siguiente. Y es una excelente analogía de lo que podés hacer cuando te sentís atacado y el cuerpo te dice que la violencia está por salir como un vómito imparable. Esa primera reaccción: descartala. Pegá media vuelta, abandoná el campo como haría todo buen mamífero que no quiere enroscarse en una pelea, andá al baño y cerrá la puerta o a la cocina y servite un vaso de agua o al dormitorio y cambiate las medias, salí del lugar en donde pasó lo que viviste como un ataque. Descartá la primera orina de la mañana. Es tóxica, no es buena, no sirve. Todo lo que digas y lo que tu mujer te responda si no lo hacés no tiene valor comunicacional, es puro ataque, las palabras son armas que pueden ser letales porque después no se olvidan, son corrosivas, oxidan lo que tocan y es difícil volver de ahí.

Haceme caso. Es menos difícil de lo que parece. Salís del lugar de víctima y elegís el lugar de quien decide sobre su conducta y no se deja avasallar. Cuando contraatacás te estás sometiendo al ataque, aceptás el escenario bélico y pierden los dos.

Si elegís descartar la primera orina de la mañana elegís el escenario en el que querés vivir.

Diana Wang

JUEVES 29 DE JUNIO DE 2017 •

00:42

http://www.lanacion.com.ar/2037274-no-me-sirve-de-nada-pelear-con-mi-pareja-pero-no-lo-puedo-evitar

Con la conciencia sucia: Objetos nazis encontrados en Argentina

Se ha producido esta semana el descubrimiento de una colección de objetos relativos al nazismo, ocultos por un anticuario detrás de una biblioteca. La causa fue iniciada por la Interpol hace 9 meses en prevención del tráfico de bienes del patrimonio arqueológico y palentológico (arqueología prehispánica de la cultura Condorhuasi, piezas egipcias, estatuillas chinas) y por ello se ordenaron los allanamientos. En ese contexto se encontraron los objetos nazis con toda esta repercusión mediática. Integrarán la colección que se conservará en el Museo del Holocausto. Son varios los impactos que proporciona la noticia y sus derivaciones.

La biblioteca. El que el escondite estuviera tras una biblioteca remite en mi memoria al escondite de Ana Frank y su familia. Dos mismos escenarios, una biblioteca y un secreto, guardan dos cosas tan vinculadas y fuertemente opuestas entre sí. En ambos casos los libros eran una barrera contra el MAL, solo que el MAL estaba en distintos lados. En el caso de los Frank estaba del lado de afuera, en el del anticuario del de adentro. Si no hubiera pasado de verdad merecería ser parte de alguna ficción.

La sorpresa. Todo el mundo parece haberse sorprendido, como si el nazismo hubiera desaparecido del mundo, como si toda esta simbología fuera vista igualmente por todos como ecos y herramientas del MAL. Pues parece que no es así, parece que sigue habiendo gente que ve al nazismo, a Hitler y a lo sucedido, no solo con ojos amistosos sino hasta con admiración. El ideólogo del nazismo permanece para ellos como modelo de líder y su política algo a replicar. No se reconocen necesariamente como antisemitas aunque, dado que la ideología nazi tiene una base en la supuesta “teoría racial” y en la amenaza de la existencia del pueblo judío,  estos seguidores probablemente dirían que, aunque no estén del todo de acuerdo con exterminarlos, la implementación de cualquier política siempre conlleva daños colaterales. Hay gente que piensa así. No es ninguna sorpresa. Es doloroso.

Los objetos en sí. No tanto las cruces gamadas y las caras de Hitler, lo más fuerte es ver el instrumental de medición. Guardar esos objetos, atesorarlos, es como guardar el garrote vil o cualquier otra herramienta de tortura. Son evidencias del grado de ignominia alcanzado y es escalofriante ver lo bien hechos que estaban, de manera “profesional”, con buenos materiales, diseñados por algún experto, guardados en finos estuches como si se tratara de gemas preciosas. Revelan el grado de ingenio para el MAL y hablan sin palabras de los expertos, ingenieros e intelectuales que estuvieron detrás de todo esto. No eran brutos salvajes exiliados de la cultura, eran personas educadas, con excelente nivel formativo y sofisticación intelectual y artística. Es el verdadero horror de la civilización.

La difusión internacional. Los titulares de todo el mundo y los contenidos de las notas publicadas se centran casi exclusivamente en que este hallazgo confirma a la Argentina como EL lugar de ingreso de nazis. Hay una curiosa complacencia en ello que vale la pena desmenuzar un poco. Que a la Argentina ingresaron nazis es un hecho. Pero también lo es que no ingresaron solo acá, muchos otros países los han recibido y algunos, como EEUU y la URSS, con gran beneplácito porque alimentaban la escalada armamentística y el desarrollo espacial; se quedaron con lo mejorcito y nos dejaron el resto a los países menos poderosos de América Latina. También algunos siguieron en Europa incluso ocupando cargos como si nada hubiera pasado. Aunque es verdad que algunos llegaron a la Argentina, no fueron todos ni Argentina fue el único lugar. Pero es una noticia deseada la confirmación de que el gran puerto de refugio de los perpetradores nazis fue la Argentina, como si fuera el único.

¿Noticia deseada? El concepto lo desarrolló Miguel Wiñazki y se refiere a aquellos mitos que alimenta la cultura basados en un prejuicio o en una necesidad social (Yabrán no murió, los americanos no llegaron a la luna, Disney está congelado). Todo aquello que aparezca confirmando el deseo se convierte en noticia y se autoalimenta y nutre el prejuicio. ¿Qué deseo satisface el hallazgo de estos objetos nazis y su inmediata relación con la Argentina como su receptora voluntaria? Tal vez simplemente la conciencia sucia de muchos países que se comportaron indignamente: aplaudieron la “milagrosa” reconstrucción de Alemania en la década del treinta, denunciaron a sus ciudadanos judíos, hicieron la vista gorda ante el plan de exterminio, no permitieron el ingreso a judíos ni antes ni durante ni después de la guerra. Cuando la conciencia está sucia viene muy bien encontrar un chivo expiatorio y cargarlo con toda la culpa. A la Argentina le ha tocado ese triste lugar.

Junio 2017

publicado en

Agencia Judía de Noticias: http://agenciaajn.com/opinion-la-conciencia-sucia/

Iton Gadol: http://www.itongadol.com/noticias/val/104699/opinion-con-la-conciencia-sucia-.html

Video de AFP https://www.youtube.com/watch?v=3CngQMhPIyA

Noticia difundida por AFP https://www.afp.com/es/noticias/209/hallazgo-de-piezas-nazis-en-argentina-la-fascinacion-por-el-horror-sigue-vigente

Publicada en TVN Noticias, Panamá: https://www.tvn-2.com/mundo/suramerica/Hallazgo-piezas-Argentina-fascinacion-vigente_0_4786771349.html

Caminemos... con Eva y María

Se oye “caminemos”, lo canta un hombre. Entro en el hall y me recibe un olor… ¿a qué? ¡café! ¡huele a café! café recién filtrado, pero no es para mí. “Para vos hay Toddy con leche” dice Eva. Su amiga está en la cocina… ¿cómo se llamaba? ¡María! ¡se llamaba María!

Eva se reía de mi mamá con lo que llamaba sus “krembuleunsh”, esa palabreja burlona que había inventado para mofarse de los frunces, adornos y puntillas que usaba mi mamá con coquetería.

Eva andaba de pantalones, camisa y cinturón, zapatos bajos acordonados. Tenía una pierna ortopédica. La habían ametrallado cuando se tiró del tren que la conducía a la deportación y a vaya uno a saber qué nefasto destino posterior (aunque me lo puedo imaginar). Una bala la hirió de tan mala manera que hubo que amputarle la pierna. Se cortaba el pelo a la garçon, se lo peinaba para atrás con un poco de gomina y se recogía con una hebilla negra un mechón rebelde que le caía sobre la frente. No usaba aros ni collares ni adorno alguno.

A veces pasaba varios días en casa. Mis padres la protegían. Era después de que la rescataban de alguna comisaría. “¿Por qué la metieron presa?” preguntaba yo. “Porque usa pantalones, está prohibido que una mujer use pantalones por la calle” me decían y yo lo creía. No ponía en dudas todavía lo que me decía un adulto. Intuía, olía, que había secretos, silencios sospechosos, me daba cuenta de que callaban cuando yo me acercaba. Yo hacía como que no me daba cuenta de todo ese juego, Les aseguraba que seguía sin saber, que seguía siendo inocente, que me habían cuidado para que no supiera lo que de verdad pasaba. Los tranquilizaba haciéndoles creer que no me había dado cuenta de que Eva era lesbiana, aunque esa palabra todavía no existiera para mí. No se podía hablar de eso en la década del cincuenta. Ni de eso ni de tantas cosas más.

Aún hoy cuesta hablar de la sexualidad durante la Shoá. “¿Y si te abrías de piernas te salvabas?” reflexionaba mi mamá con total naturalidad, “es barato, no entiendo por qué hacen tanto lío con eso” agregaba irritada ante la moralina hipócrita de la sociedad judeo-argentina de entonces. Mamá veía a la sexualidad como parte lógica de la vida pero sabía que hablar de la homosexualidad de Eva era más complicado.

Supe después que Eva lo había asumido tempranamente ya en su adolescencia en Polonia, andando en su moto junto con los motoqueros de la ciudad. Su vida no había sido para nada fácil. Aún antes de los nazis. El amor de María la salvó. Sobrevivió escondida por ella en el tambo de su familia, ocultándoles tanto que escondía a una judía como que se trataba de la mujer que amaba. Cuando terminó la Shoá y algunos quisieron tomar represalias con los polacos, le tocó el turno a Eva de salvarla. Dijo que era su cuñada y con ese engaño consiguió traerla a la Argentina haciéndola pasar por judía.

Me avergüenza hoy haberles seguido el juego a todos y hacer como que no sabía, no haberle preguntado cosas a Eva, no haberle confirmado que su sexualidad no era, para mi, ni buena ni mala, no haber hablado más con María y su sonrisa melancólica, sus ojos transparentes y tristes. Pero era el color de los tiempos. Me alivia pensar que las miraba con la mirada más límpida posible, nada de juicio ni crítica, nada de pensarlas como bichos raros. Admiraba a Eva. Era muy lectora, siempre tenía un libro cerca que leía con arrobo. Y fumaba, claro. Escuchábamos las tres juntas la novela de las 5 de la tarde de Radio Splendid y tenían una enorme colección de discos de boleros de los cuarenta. “Caminemos” era el preferido. Tomé mucho de Eva, fue un importante modelo de identificación, sin saberlo, una mentora de provocación, jutzpá y libertad; también del costo asumirse con honestidad y de sus consecuencias.

Y como dice al final del bolero…. “caminemos, tal vez la vida nos vuelva a juntar”.

Despacito... ¿con tu pareja?

¿Eso te dijo? ¿Que te quiere respirar el cuello despacito y decirte cosas al oído? ¡Ah! ¿y te lo dijo cantando? ¡Uau! ¡qué romántico! ¿El "mudo"? ¿y después de 23 años? Aunque... pará un poco, no te hagas ilusiones, capaz que te estaba cargando, con tus reclamos de siempre de que hacía las cosas rapidito, que ya no te sentías única, ni elegida ni adorada, que ya no te busca ni te seduce porque, total, estás ahí.

Aunque... ¿sabés que no sé?, por ahí él también extraña los mágicos momentos del enamoramiento cuando todo brillaba y estaba más vivo. Y, como vos, se pregunta qué pasó con el encantamiento, ¿cuándo se atenuaron las luces y todo se volvió un poco gris? No lo muestra y frente a tus reclamos hace como que no oye o pone cara de "¡Uf! ¿a estas alturas romanticismo? estoy cansado, dejame en paz". Me hace acordar a un amigo mío que se preguntaba cómo recuperar el romanticismo después de hablar con su esposa sobre el service del lavarropas.

Se sufre cuando la magia desaparece y ya no te quieren "desnudar a besos despacito y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito". Hay quien busca revivir la magia con otra relación en la ilusión de que, con la persona adecuada, se encontrará el amor verdadero con la promesa de plenitud, poder y felicidad eternos. Solo para descubrir que con una nueva persona la magia revive pero, como con La Cenicienta, tiene vencimiento.

¿Te acordás de "Los puentes de Madison"? Francesca vive una vida normal, rutinaria, con un marido que parece que no la ve, dos hijos adolescentes y nada apasionante a su alrededor, cuando irrumpe Robert, un fotógrafo aventurero y atractivo que enciende la llama del amor y la felicidad que ya estaba apagada. (Aviso, se viene un spoiler, si no viste la película me vas a matar). Pero Francesca elige quedarse con su vida rutinaria y conocida y renuncia a la promesa de la felicidad junto a Robert. ¿Fue por cobardía, no se animó? o ¿se quedó por lealtad y responsabilidad?. Yo prefiero pensar que fue sabiduría, que entendió que los encantamientos terminan y que sus tres amores cotidianos, aunque menos mágicos, eran anclas sólidas, sustento de su identidad. Sentís en el final de la película que te pincharon el globo, que la Princesa volvió a ser la Cenicienta y vos seguís siendo la misma que eras.

¿Viste que las historias románticas terminan con la muerte del héroe cuando es joven? Las más modernas llegan hasta el supremo momento en el que se resuelven las dificultades y se casan. No hay capítulos siguientes. Pero el amor no termina, cambia, se actualiza y las novelas no lo cuentan, no te preparan para ello. Por eso cuando la magia termina creés que se terminó el amor. Tu vida ya no es un perpetuo descubrimiento sino que son estos dos que se ven todos los días, menos sorpresas, menos excitación, bastante previsibles o sea un poco aburridos. Pero también estas rutinas te dan certezas que antes no tenías, son tranquilizadoras, no tenés que estar inventando algo a cada paso.

Entonces ¿cómo aplicar el "despacito" burlón, a esta vida tuya de hoy? Lo que yo hice después de más de 40 años de convivencia es patear el tablero de vez en cuando, hacer mi "despacito" onda juego para volver a reírnos juntos. Está en mis manos. Y en las tuyas.

Diana Wang

JUEVES 15 DE JUNIO DE 2017 •

00:11

http://www.lanacion.com.ar/2033518-despacitocon-tu-pareja

Presentación Cuadernos de la Shoá 7

El nuevo Cuadernos de la Shoá. Tapa y contratapa: Guillermo Kuitca

El orgulloso equipo de realización de Cuadernos de la Shoá compartiendo su nueva creación:

Parte del Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, colmada:

Bienvenida Institucional. Diana Wang:

Cada año que pasa, cada presentación que hacemos, me refuerza esta sensación de milagro.

Son muchos los milagros que nos acompañan.

El milagro de haber sobrevivido para los sobrevivientes que nos acompañan.

El milagro de haber nacido para los que nacimos de padres que sobrevivieron milagrosamente.

El milagro de haber encontrado un lugar que nos recibiera aunque debimos entrar muchas veces ocultando nuestra condición de judíos, pero, como decía mi mamá, “este país es maravilloso, el antisemitismo parece un chiste, decís que sos católico y te creen!”.

También es un milagro que aquel grupo de sobrevivientes que comenzó a reunirse en 1997 gracias al entusiasmo de Frida Levy y de Kati Kertesz no solo haya continuado sino que haya sumado a las generaciones de sus hijos y sus nietos y a docentes y estudiosos y se creara Generaciones de la Shoá. Todos los que trabajamos en organizaciones de voluntarios sabemos a qué desafíos debemos enfrentarnos cotidianamente. Desde hace veinte años, año tras año hacemos honor al milagro de sobrevivir, de inventar y de crear en gran medida gracias al apoyo de muchos de los nos están acompañando hoy acá.

La Shoá es algo que nos pasó, a nosotros y a la Humanidad toda. No lo decidimos, no lo elegimos. Nos pasó. Pero lo que hagamos con ello, eso sí está en nuestras manos, lo podemos decidir. Y hemos decidido usarlo como trampolín, pararnos sobre este desdichado suceso y conocerlo, aprender y tomar de él las lecciones que pueden hacer del mundo un espacio más amable y más humano para todos. Así hemos pensado nuestra misión.

Los que nos conocen saben que no nos juntamos para llorar por lo que nos pasó ni para regodearnos con el lugar de víctimas. Hay risas en nuestros encuentros, emoción, cariño y unas ganas potentes de compartir lo que aprendimos y transformarlo en una herramienta para el cambio.

Además de los testimonios, las clases y las capacitaciones, gestamos proyectos que nos permiten cumplir con nuestra misión.

La colección de Cuadernos de la Shoá es uno de ellos y este 7º ejemplar es otro de nuestros milagros. Nos preguntan cómo los hacemos puesto que no venimos del mundo de la edición, y nuestra respuesta es que desarrollamos y escribimos aquello que nosotros mismos querríamos leer y lo hacemos en la convicción de que nuestra sed de conocimientos es la misma de todos. Y no es ningún milagro, es trabajo, es entusiasmo, es curiosidad, es el placer de hacer algo que tiene un sentido de futuro. El equipo de diseño transforma nuestro trabajo en esta belleza que es cada uno de los números, belleza de imagen, de diagramación y de color que hacen que sea un placer hojear página por página.

Otro de nuestros proyectos amados y que nos enorgullece es el Proyecto Aprendiz, que permite que cada una de las historias de nuestros sobrevivientes siga siendo contada y compartida en la voz y la persona de adultos-jóvenes, sensibles y comprometidos con el objetivo de contar y transmitir. Nos hicieron hace poco un piropo impensado, nos dijeron que, además de esta misión, con el Proyecto Aprendiz creábamos nietos y es cierto. El Aprendiz y el sobreviviente se enlazan en una relación inédita que perdura muchas veces luego de terminado el proceso y se arman sorprendentes e insólitos vínculos familiares.

Lo dicho.

Milagros.

La Shoá no nos pertenece. Hemos sido sus víctimas pero eso no nos hace sus dueños. La Shoá es un producto y un derivado del mundo todo y que nos afecta a todos, un hecho que no tuvo precedentes pero, como dice el profesor Yehuda Bauer, es un precedente que debemos conocer y tener muy presente.

En eso estamos.

Presentes.

Gracias por creer en nosotros y en nuestro trabajo, por acompañarnos y darnos fuerza para seguir manteniendo vivo el milagro.

¿Por qué este Cuadernos de la Shoá? Aída Ender:

La Historia de la Humanidad es también la historia de sus migraciones.

Los primeros hombres de la prehistoria, originarios del África, se diseminaron hacia los cuatro puntos cardinales del planeta y se fueron amalgamando y fusionando entre sí. Los desplazamientos humanos cambiaron la demografía del mundo.

A diferencia de otros pueblos, el pueblo judío en sus recorridos por el mundo y en sus encuentros con otros pueblos y otras culturas, no se disolvió en su esencia, y mantuvo siempre un núcleo de identidad.

Los recorridos del pueblo judío, igual que todos los que debieron moverse de sus lugares, fue consecuencia de amenazas, guerras y persecuciones. La Shoá, es decir el intento de exterminio total del pueblo judío, así como las diversas persecuciones sufridas a lo largo de su historia, no consiguieron alterar costumbres y características culturales, y, a pesar de todo, siempre mantuvieron intactas sus leyes. Gestaron y desarrollaron fortalezas, capacidades y habilidades de interacción que determinaron un mutuo enriquecimiento inédito en la historia de la Humanidad.

El 7º Cuaderno de la Shoá habla de eso: de los recorridos del pueblo judío. De forma cronológica, va desde las primeras dispersiones hasta sus variados destinos después de la Shoá.

Está dividido en cuatro capítulos.

El primero desde la Antigüedad hasta 1933, muestra cómo el pueblo judío, desde su génesis, llegó a los cinco continentes desarrollando una gran diversidad lingüística, cultural y alimentaria.

El segundo toma el período que va de 1933 a 1939, y encara la emigración forzosa de los judíos alemanes y austríacos durante el período de ascenso y consolidación del nazismo.

El tercer capítulo toma los años de la Segunda Guerra, cuando estaban atrapados sin salida. Los caminos de escape, las deportaciones usando la red ferroviaria y las rebeliones desde campos y guetos.

El último capítulo abarca el fin de la guerra hasta 1950 y trata sobre los destinos de refugio y salvación; la mayoría hacia Palestina, incluso antes de que fuera el Estado de Israel, y el resto llegando a los cinco continentes.

En todas estas trayectorias están presentes, como lo hacemos en cada número, los sobrevivientes y sus descendientes, los que finalmente encontraron su destino, los que apostaron a la vida y sembraron las semillas para un futuro de paz.

En este Cuaderno ponemos especial énfasis en lo visual.

Hemos advertido que al hablar de la Shoá suelen perderse de vista los recorridos y las trayectorias. Mostrarlos, así como las distancias involucradas, permite comprender la magnitud de lo sucedido.

Con ese objetivo, la publicación se acompaña con 6 mapas desplegables en los cuales  los aspectos de tiempo y espacio son claramente visibles como excelente ilustración en la clase. Este Cuaderno está diseñado igual que todos los anteriores, primordialmente como material educativo, un apoyo al docente que le permitirá tener e impartir una clara imagen de la dimensión geográfica de la Shoá.

(filmina con foto de presentación del año pasado)

El equipo está constituido, de izquierda a derecha, por: Vivi Rosenthal, Fernando Ender, Melisa Berlin, Rosa Rotenberg, Angela Waksman, Susana Luterstein, Diana Wang, Aida Ender, Edit Salomón, Karen Rofchuc, Natalia Rus, Jose Blumenfeld, Ruty Fleischer, Jonatan Epsztejn.

Veamos los seis mapas desplegables que acompañan este séptimo Cuaderno de la Shoá que cada uno de ustedes se llevará hoy.

Mapas

 

En el primero se sigue la historia de Abraham el escriba y sus descendientes. Una familia judía a través de los siglos narrada en el libro La memoria de Abraham de Marek Halter, que muestra la dispersión del pueblo judío a lo largo de la historia.

 

 

 

 

En el segundo se grafica cómo escaparon los judíos de las restricciones y cercos crecientes del nazismo. Se ve la huida desde Alemania y Austria hacia diferentes destinos en todo el globo.  Los puertos de salida de Europa, puertos y ciudades de tránsito, puertos de llegada. Los trayectos por tierra y los trayectos en barco.

 

El mapa 3 muestra donde tuvieron lugar los principales levantamientos y rebeliones judíos, los partisanos, la brigada judía que vino desde Palestina, las huidas desde los campos y, por último, ante el avance del ejército rojo, las marchas de la muerte forzosas hacia el interior de Alemania.

 

En el mapa 4 puede verse el camino hacia la solución final, la red ferroviaria que hizo posible la deportación, la ubicación de los 6 campos de exterminio y los principales campos de concentración y trabajo, las ciudades con mayor densidad de población judía, las principales ciudades desde donde partían las deportaciones, el avance de los escuadrones de la muerte y el límite al que llegó la invasión nazi a la URSS.

Los dos últimos mapas muestran algunas trayectorias personales después del final de la Shoá para corporizar en personas concretas esta gesta colectiva en pos de la reconstrucción de la vida.

Se ve en este 5º mapa, el tortuoso y complejo regreso al hogar de Primo Levi; un destino exótico como Shanghai para Pedro Lievendag luego de atravesar la URSS en el transiberiano; el cruce de los Pirineos de Martin Nussbaum en su viaje a Buenos Aires; el variado recorrido, tanto geográfico como lingüístico-religioso con sus increíbles cambios de nombre de Roman Danon y el de mi propia familia de Varsovia a Siberia, de Uzbekistán a Polonia, de Bélgica a la Argentina.  

En este último mapa, se muestra la trayectoria de Susy Kessler desde Austria hasta La Paz cruzando el Canal de Panamá y entrando por Chile; el camino de Jack Fuchs desde Dachau a EEUU y Puerto Rico y finalmente a Buenos Aires; el de Rona Rosenthal desde la Europa ocupada hasta Melbourne, Australia pasando por el Canal de Suez y el novelesco viaje hacia Buenos Aires en un navío con bandera japonesa de Dina Ovsejevich luego de un largo trayecto desde Polonia, Lituania, atravesando la URSS en el transiberiano hasta Kobe.

La guerra dejó en Europa unos 8 millones de personas desplazadas.  Debieron abandonar sus hogares los que pudieron huir ante el avance invasor, los que fueron llevados como mano de obra esclava, los que se escondieron, los que cambiaron su identidad, los deportados a campos de trabajo, concentración y exterminio, Finalizada la guerra los movimientos migratorios incluían a quienes regresaban a sus países, a los refugiados alojados en los campos de desplazados, los que huían del régimen soviético que se había instalado en sus países y a los judíos, muchos de ellos apátridas, que buscaban un destino posible después de haberlo perdido todo.

La historia de los refugiados también nos interpela en la actualidad.

El fenómeno, lejos de haber quedado en el pasado, continúa hoy con los refugiados y desplazados de diversos conflictos bélicos, económicos, religiosos y políticos.

Son los nuevos migrantes, las consecuencias actuales de la ignominia. Desde todos los continentes son millones los que buscan salvarse y salvar a sus familias. La gente no quiere morir. Huye para seguir viviendo.

Los refugiados y desplazados de hoy comprometen a la comunidad internacional que está empezando a asumir que la responsabilidad es de todos. Vivimos en estos días frente a la amenaza de Estado Islámico que, como el Reich de los Mil Años, pretende someter al mundo entero y apropiarse de sus habitantes.

Nuestra responsabilidad es hacer lo posible para que se achique y alguna vez se cierre el temible agujero de la indiferencia.

Como dijo el Mahatma Gandhi: No hay caminos para la paz; la paz es el camino.

¿Europa nazi?

El doble rasero de la prensa internacional. Va la noticia y luego un comentario que fue publicado como carta de lectores en La Nación el 12 de junio.

  • Noticia del 4 de junio: Londres volvió a vivir en la noche del sábado momentos de pánico cuando tres hombres mataron al menos a siete personas e hirieron a decenas en un ataque que la policía ha calificado de terrorista. Sobre las diez de la noche (once en la España peninsular), los atacantes arrollaron con una furgoneta a una veintena de peatones junto a la estación del Puente de Londres. Después, continuaron circulando hasta el cercano mercado gastronómico de Borough Market, donde se bajaron y apuñalaron a varias personas. La policía mató a tiros a los tres terroristas, ocho minutos después de la primera llamada. Doce personas han sido detenidas este domingo en relación con lo ocurrido, según la policía.

El comentario. Los que acusan al Estado de Israel de genocida por defenderse de actos terroristas -bombas, cuchillos- callan hoy ante hechos similares. Si fueran consecuentes con sus críticas podrían haber dicho algo así: "El sábado 3 de junio la policía de Londres cometió un brutal acto represivo. Disparó a mansalva asesinando a tres combatientes que acababan de atropellar y acuchillar a algunas personas. Lograron matar a siete y dejaron muchos heridos, todos pertenecientes al mundo occidental, herético y pervertido que debe ser expurgado por el bien de la humanidad. La conducta de las fuerzas represivas obedece a políticas europeas, nazis y genocidas, destinadas a destruir a estos mártires que bregan incansablemente por imponer al mundo la luz y la fuerza de Alá. Denunciamos al gobierno inglés y a los que se solidarizaron con él por esta violenta represión perpetrada sobre luchadores de la libertad y el amor".

Corre frío, ¿no? El doble estándar corroe y duele, pero hay que señalarlo.

7 Reglas básicas de la netiquette para usuarios de grupos de whatsapp.

Los grupos de whatsapp son muy útiles en la comunicación cotidiana pero son tantos  los mensajes que terminan por no ser vistos, procesados y evaluados, que la aplicación termina siendo una molestia e incluso nos perdemos de saber lo que era importante. Para que esta valiosa herramienta recupere su utilidad y no abrumar a los contactos que participan seguramente de varios otros grupos, he aquí 7 reglas básicas de la netiquette para whatsapp.  

  1. Atenerse a la temática del grupo de manera breve y concisa absteniéndose de informaciones irrelevantes por más interesantes que parezcan. Para eso están twitter y facebook.

  2. Evitar las respuestas grupales, los “sí”, “no”, “ok”, emoticones de aplausos o corazones o similares, felicitaciones y tal. Enviarlo privadamente.

  3. Evitar en lo posible los mensajes de voz. Son más fáciles de enviar pero no de oír. Además, utilizan mucha memoria del celular.

  4. Evitar en lo posible las fotos y videos tanto personales como las cadenas de fotos y videos. El grupo del que se trate, a menos que sea un grupo familiar, no se ha armado para compartir fotos familiares o espirituales o de cualquier otro tema. Además, utilizan mucha memoria del celular.

  5. Atención a la hora en que se envía el mensaje porque puede interferir con el descanso de los miembros del grupo.

  6. No inundar el grupo con mensajes reiterativos. Evitar saludos (por cumpleaños, felicitaciones por nacimientos, bodas o premios).

  7. Lo personal o diálogo entre dos debe quedar fuera del grupo y ser enviado directamente con la persona involucrada.