La Shoá esa enormidad que interpela a la Humanidad toda es para los judíos un absoluto, un baluarte sagrado que suele ser tratado con respeto y unción. Investido con el ropaje de lo sagrado sus reglas de conmemoración y actos de representación son ceremoniales, a menudo con grandes palabras, prolijidad y pudor (y –sin temor a la incorrección política- con algo de hastío, un “otra vez lo mismo” que algunos piensan pero que no reconocerán ni dirán jamás). Hay poco lugar para nuevas ritualizaciones, nuevos códigos que atenten tal vez con quitarle el halo sagrado de seriedad, que amenacen con arrugar lo que siempre aparece bien planchado. Se corre el riesgo de herir, ofender y/o irritar. En general nos cuidamos muy bien de todo ello y más ante cosas como la Shoá (pongámonos de pie) y peor aún si mentamos a los sobrevivientes.
A la artista plástica australiana Jane Korman, parece no importarle nada de esto. En este video clip casero y desprolijo, con la fuerza del conocido “I will survive” (que en castellano se tradujo “Resistiré”) muestra a su familia –su papá, sobreviviente de la Shoá, y sus hijos- siguiendo torpemente los pasos de una coreografía titubeante en los mismos escenarios de la Shoá. “Sobreviviré. Bailando en Auschwitz”, se llama este trabajo de 4´ que subió sin empacho ni timidez a Youtube, desde donde se difundió explosivamente y tuvo su momento de gloria con múltiples comentarios disímiles, hasta notas en diarios de todo el mundo.
· Muchos lo vieron como una ofensa a la memoria de las víctimas y una desacralización de los sitios de la Shoá señalando con vergüenza ajena los movimientos patéticos del sobreviviente intentando seguir los pasos de los más jóvenes, visto como una burla a su falta de habilidad y a las víctima que perecieron.
· En el otro extremo, otros recibieron con alborozo lo que leyeron como un canto a la vida de las tres generaciones que mantienen, como todos, una vida imperfecta pero con un ímpetu que la hace imparable a pesar de lo vivido.
· En el medio algunos reconocieron el valor de este video familiar siempre que quede guardado en la esfera de lo privado, pero lo desestimaron como mensaje público, tanto desde lo estético como desde lo filosófico.