El periodista mexicano Jorge Caballero Tellez (que tiene un programa en Radio Chilango, una emisora mexicana de jóvenes) visitó la página web de Julio Szeferblum, le hizo algunas preguntas que luego derivaron en el siguiente intercambio conmigo. Su propósito es hacer una emisión especial en su programa de radio centrada en la Shoá para lo cual quería saber algunas cosas. Es interesante ver cómo ha formulado las preguntas, cuáles son las ideas básicas que las sostienen y cuál es el trabajo que debemos hacer para esclarecer, explicar, informar y permitir comprender y ser útiles. A continuación el listado completo de preguntas y luego cada una con sus respuestas.JC - Preguntas para nuestros amigos judíos.
- Siempre se ha perseguido a la raza judía, para mí hay dos holocaustos. El primero realizado por los españoles, en tiempo de Torquemada y los reyes católicos. Algo similar con el trato que recibieron los indígenas americanos, por parte de los conquistadores. Estos eran hombres medievales, ya que las torturas que infringieron a los judíos las hicieron a los indios. De alguna manera estas dos razas se ven hermanadas por el dolor y el sufrimiento. El segundo el más atroz, el macabramente planeado, el sistemático, y por desgracia el más actual. Mi pregunta sería ¿por qué se ha perseguido tanto a los judíos? Me interesa saber lo que ustedes piensan, como ven desde dentro de la comunidad judía, este sentimiento.
- Sé que Hitler era un loco, pero tristemente con iniciativa. Que supo hacer muy bien su juego con el pueblo alemán. ¿Qué tan envuelto por la ideología nazi estaba inmerso el pueblo alemán?
- Este pueblo, que en mi opinión es uno de los más cultos e inteligentes del orbe, se dejó llevar por el nazismo. ¿Pero por que creen que denunciaban, humillaban, perseguían a los judíos? No puedo entender, y creo que pocos seres humanos podrían entender al pueblo alemán. Pero mandar a hombres, mujeres, niños ancianos al matadero, me parece la peor traición.
- ¿Qué sentían los judíos durante el inicio del nazismo? Hicieron confianza, pensaron que solo eran amenazas y que el odio que crecía no iba a ser perdurable.
- ¿Los hacían usar estrellas amarillas y les pusieron restricciones en sus derechos? ¿Cómo lo veían, y que sentían? ¿Pensaron en lo que podía ocurrir?
- Los aislaban del mundo en ghettos. ¿Cómo era la vida allí?
- Me duele decirlo, pero en libros, películas, series de tv, en documentales. Se ven a los judíos resignados a ir a los campos de trabajo, (para mi campos de infamia). ¿Por que creen ustedes que era así?
- Algunos por vivir un año más, un mes más, un día más, unas horas más, hacían trabajos para los nazis, en contra de los judíos, prisioneros rusos, gitanos etc.etc. ¿Cómo ven a esta gente? (traidores, carceleros)
- ¿Cómo era la vida, si se puede llamar así, en un campo de concentración?
- Despues de muchos años de esta tragedia, para un hombre, y pocos para una raza milenaria como los judíos. ¿Cómo se sienten al respecto como raza unida y en lo personal con este mundo tan revolucionado y con la constante amenaza islámica?
Ojala me puedan contestar estas preguntas, yo se que será difícil pues van a tener que recordar episodios muy trágicos, casi dantescos. Por lo que Cualquier respuesta será atendida y expresada textualmente en el programa. Es como oro molido cada palabra que lleve al radioescucha a ponerse en los zapatos de esas víctimas judías. Además les informare la hora y fecha de trasmisión del o los programas para que los puedan escuchar para ratifiquen o rectifiquen el contenido del mismo. Para mi es un honor tener la colaboración de todos ustedes, y espero servir a la comunidad judía como portavoz para impedir aquí en mí país para evitar más atrocidades para esta comunidad. Gracias, aunque esta palabra se me hace muy corta y vacía, para toda la ayuda que me otorgan. Pero no he encontrado otra más profunda. Atentamente Jorge Caballero Téllez ________________________________________ DW - respuestas de cada una (copiaré la pregunta antes de cada respuesta en el orden en que las ha enviado):
JC Pregunta 1.- Siempre se ha perseguido a la raza judía, para mi hay dos holocaustos. El primero realizado por los españoles, en tiempo de Torquemada y los reyes católicos. Algo similar con el trato que recibieron los indígenas americanos, por parte de los conquistadores. Estos eran hombres medievales, ya que las torturas que infringieron a los judíos las hicieron a los indios. De alguna manera estas dos razas se ven hermanadas por el dolor y el sufrimiento. El segundo el mas atroz, el macabramente planeado, el sistemático, y por desgracia el más actual. Mi pregunta sería ¿por que se ha perseguido tanto a los judíos? Me interesa saber lo que ustedes piensan, como ven desde dentro de la comunidad judía, este sentimiento. DW- La palabra raza. Los judíos no somos una raza. No existen las razas en los humanos, somos la misma raza, no hay diferencias genéticas entre nosotros, las diferencias son de maquillaje, exteriores. Lo semita son las lenguas, las raíces indoeuropeas se llaman arias. Lo semita y lo ario no son conceptos biológicos sino lingüísticos, traspolados sin vergüenza alguna de una disciplina a otra y tomados así por serios y supuestamente científicos. No es verdad que siempre se ha perseguido a los judíos, no es así en la antigüedad. No más que a otros pueblos ni con mayor éxito. Sí es verdad a partir del siglo IV y en Europa y luego en América como continuidad ideológica. No es apropiada la palabra holocausto. Se trata de un rito de purificación voluntaria por el fuego, purificación de algún pecado cometido, (se entregaba una víctima propiciatoria, en general un animal doméstico) lo que pondría a los judíos en culpables de su propio asesinato (los quemaron porque se portaron mal y además se entregaron voluntariamente al sacrificio, lo que es además de un absurdo una ofensa grave). Usamos la palabra shoá que significa desierto, devastación, nada, desolación. La similitud entre el genocidio de los pueblos originarios americanos y la Shoá efectivamente existe, básicamente porque los Reyes Católicos fueron los primeros que establecieron que un pueblo “inferior” fuera objeto de esclavización y asesinato como política de Estado, hay historiadores que ponen allí el verdadero comienzo de la Shoá en la civilización occidental. Hay varias diferencias entre cualquier genocidio y la Shoá. Si le interesa, pregúntelo y será respondido. La última parte de esta pregunta se refiere a por qué se ha perseguido a los judíos. Durante quince siglos la Iglesia ha difundido sus infundios que han hecho carne en todos los integrantes de la civilización occidental en forma de prejuicio antijudío. Ha construido en “el judío” el OTRO primordial, el negativo de lo que debe ser, el paradigma de lo diabólico, el no-humano. Todo comenzó con el emperador Constantino en el siglo IV quien impuso a la religión católica como política de Estado y a partir de allí operó en su plan de conquista y comenzó la Iglesia sus operaciones políticas maquiavélicas. Le recomiendo la lectura de “Constantine´s sword. The Church and the Jews” de James Carroll en donde verá toda la historia de los políticos e ideólogos cristianos en la construcción del enemigo judío y en el mantenimiento y acrecentamiento de su poder. Los fundamentos teológicos antijudíos son: los judíos son acusados de haber asesinado a Cristo, tienen el tupé de no aceptar su venida como el mesías y encima insisten en atenerse al así llamado “viejo” testamento (nombre impropio porque alude a que hay uno nuevo y que es, lógicamente, superador, verdadero, en consecuencia, el “viejo” está perimido, out, no va más), los judíos lo llamamos “Torá” o simplemente Biblia. La Iglesia ha debido mantener a los judíos en ese lugar porque también los precisaba como testigos de la anunciación, son los que legitiman la venida del mesías porque lo han anunciado en las “antiguas” escrituras. Es la Iglesia la responsable directa e indudable del odio acendrado hacia el pueblo judío del que hace gala todo el mundo occidental, es decir, todos los países en los que el cristianismo ha tenido o tienen el poder y ha tejido el entramado ideológico y cultural básico. El prejuicio antijudío, la sospecha, el odio, los estereotipos antijudíos, forman parte del mundo occidental y en ello hemos sido criados todos, judíos y no judíos. Del antijudaísmo religioso se pasó en el siglo XIX al así llamado “antisemitismo científico” a partir de la superchería del concepto de raza del que ya le hablé ut supra. Este “antisemitismo científico” fue el sustento de lo que después desarrolló, aplicó y llevó a grados imposibles de prever con anterioridad, el nazismo. Busque en el diccionario y encontrará por ejemplo la palabra “judeada”, también “ladino” (el idioma que hablaban los judíos en España) y muchos más y vea qué significado se les atribuye. A partir del concilio vaticano II la Iglesia ha comenzado a revisar sus ideas y hay hoy un cuerpo creciente de teólogos que no solo hacen el mea culpa sino que están proponiendo cambios drásticos en la doctrina.
Intercambio de emails a raíz de esta primera respuesta:
JC - primero muchas gracias por aclararme las palabras, que bueno que lo hace. para ir poco a poco derrumbando las barreras del lenguaje. Creo que la palabra shoà serà mucho más explícita para mis radioescuchas aunque el significado es muy crudo pues realmente fue una devastación. Me interesa que me explique desde su punto de vista lo que le cito en este párrafo: Hay varias diferencias entre cualquier genocidio y la Shoá.
DW- La Shoá fue un genocidio, pero no todo genocidio es como fue la Shoá. 1) No hubo ninguna razón geopolítico-económica para la planificación del asesinato de los judíos, no era un tema territorial ni económico que son los que habitualmente desatan los genocidios (turcos sobre armenios, españoles sobre pueblos originarios, etc). 2) No había ninguna razón relativa a conductas, no se trataba de algo que habían hecho o dejado de hacer, era simplemente por haber nacido. 3) En otros genocidios suele haber excepciones según conveniencias de diferente tipo, acá estaban destinados TODOS al exterminio, sin excepciones, todos los judíos por el mero hecho de haber nacido judíos estaban destinados a la muerte, todos, sin excepción. 4) No había forma de evadirlo, ni con promesas, ni con conversiones, ni con sobornos, porque lo habían definido como una cuestión genética, por ello, era inmodificable e insalvable. 5) La motivación supuestamente científica era una superchería, la teoría racial es un delirio desarrollado sin sustento alguno, no había una razón valedera que lo pudiera sostener con argumentaciones sólidas y confiables, todo estaba basado en la construcción del prejuicio y en la profusa campaña de la propaganda nazi, o sea, la causa era un delirio, una mentira. 6) El plan era el exterminio de los judíos no solo de Alemania y de Europa, de todo el planeta, serían buscados donde fuera que estuvieran sin importar fronteras ni países ni continentes. Todas éstas son razones que hacen a la Shoá un fenómeno único y diferente de otros genocidios. Muchas veces se arguye que el tema es la cantidad de víctimas y no es ésa la diferencia (en la Rusia soviética fueron asesinadas unas 20 millones de personas) sino las causas y sus alcances.
JC - Si estoy de acuerdo con su versión de que la Iglesia ha causado mucho mal por influenciar negativamente a los feligreses. Alguna vez leí un libro de jalil gibran jalil , se llama "Jesús el hijo del hombre". En el prefacio dice que cada 100 años se reúnen el Jesús de la iglesia y el Jesús hombre y se dan cuenta que están lejos el uno del otro. Si realmente pudiéramos preguntarle a Jesús de la opinión de estos conceptos quedaría horrorizado, de lo que han hecho. Ahora tenemos que recordar que Jesús era judío. Y si la Iglesia maldice a los judíos, pues también lo maldice a el. Por eso me agrado una frase del papa Juan pablo II en el que dice "los judíos son nuestros hermanos mayores". He recibido algunas respuestas más de gente que me está ayudando, y el que amablemente usted me está enviando. Platicando con los demás miembros de la estación nos surge una pregunta. Pensamos que Hitler, escribió en su obra de "mi lucha", mucho acerca del antisemitismo. Pero con fin comercial el de apoderarse de los bienes y capitales de los judíos., y con ellos financiar a Alemania. Pero la gran interrogante es el pueblo alemán, en que estaban pensando no entendemos como odiaron, denunciaron, presenciaron y contribuyeron en el shoá. No creemos, mis compañeros y yo en lo personal, que el régimen nazi haya hipnotizado a los alemanes en contra de los Judíos. Mi pregunta sería, ¿cuál es su opinión personal acerca de esto? ¿ Sintieron los judíos que no iba a crecer a tal grado el odio de los alemanes? ¿Cómo lucharon por evadirse de la situación? Para ni es muy difícil redactar preguntas con respecto a esto, porque más que un pensamiento es un sentimiento de incredulidad, repugnancia por la actitud de un pueblo "civilizado. Siéntase en la libertad de rectificar las preguntas, rehacerlas, pero me interesa sobre manera su sentimiento su opinión.
DW - Es una pregunta que enturbia nuestro pensamiento porque el país que era la cuna más elevada de la civilización, la cultura, la ciencia y el arte de aquel momento, produjo semejante espanto. Una de las consecuencias inevitables es pensar que la cultura, al menos una cultura que no se ocupe de valores, no asegura la convivencia y al respeto por el otro. Es una consecuencia aterradora porque seguimos viviendo en el mismo mundo que albergó a la Shoá, los valores siguen siendo los mismos, el peligro sigue estando vivo y seguimos sin hacer las cosas que habría que hacer, sin ocuparnos de educar en lo que verdaderamente hay que educar: en valores y en responsabilidad social. Hitler no tenía como objetivo primario un beneficio económico aunque el apoderarse de los bienes y capitales judíos fue muy útil, pero fue una consecuencia de una decisión previa, ideológica, la necesidad de construir el “enemigo interno”, una motivación fuerte, emocional que pudiera arrastrar a la gente y conseguir consensos para lo que iba a seguir. La construcción del “enemigo interno” es un fenómeno esencial de los estados totalitarios. La propaganda es central en ello, por ello el Reich instituyó un Ministerio de Propaganda, le dio esa jerarquía elevada porque comprendió la importancia de su acción sobre las masas. Respecto de cómo fue que tantos millones de alemanes siguieron esta ideología y se hicieron cómplices de la peor vergüenza de la humanidad, sigue siendo una pregunta abierta, aunque tenemos algunas respuestas que nos van indicando caminos posibles. 1) La gente es cómoda, conservadora, quiere mantener su vida lo más inalterable que pueda, que la dejen trabajar y seguir con la suyo sin moverse demasiado de sus casas y de sus hábitos conocidos y tranquilizadores. Esto sigue igual. 2) La gente suele ser crédula, toma lo que dicen los gobernantes y sobre todo los medios –diarios, radios y ahora la televisión e internet- como la verdad revelada, no tienen elementos para evaluar y criticar lo que se les informa, no pueden más que creer en lo que se les dice, no estamos educados en el ejercicio del juicio crítico, de la evaluación personal de los mensajes emanados de los medios; por el contrario, se nos insta a tomarlos por ciertos, a creer en lo que la autoridad indica, como si fuéramos niños y los gobernantes y periodistas fueran los adultos que nos indicarán qué hacer y por donde ir y nosotros debemos confiar en ellos porque si están donde están es porque supuestamente saben más que nosotros. Todo esto sigue aterradoramente vigente. Vea nomás cómo vota la gente en todos los países. 3) se han hecho experiencias de psicología aplicada (Milgram y Zimbardo) que indican sin lugar a dudas que la gente entrega de buen grado su responsabilidad social si hay alguien de autoridad que la asume, esto es lo que sostiene la obediencia debida, el obedecer órdenes que tienden al mal (muerte, tortura) por lo cual no se es responsable. 4) somos sumamente vulnerables a la propaganda, muchísimo más de lo que nos atrevemos a pensar y considerar, los que generan las campañas lo saben y conocen muy bien los resortes que deben tocar para que las campañas sean exitosas y consigan los avales necesarios para llevar a cabo luego las políticas y acciones pretendidas por los gobernantes de turno. El pueblo alemán es un ejemplo de todo lo que antecede y el grado de complicidad que asumió, el grado de negación y el grado de aceptación del estado de cosas es lo que verdaderamente debería espantarnos. Para mantener sus trabajos y seguir con sus vidas, mejor era hacer como que no veían y ponerse en manos de los que estaban en el gobierno que “seguramente sabían lo que hacían”, ¿para qué revolver y buscar? Mejor atenerse a lo de uno, mantenerse en su sector de la línea de producción, de la maquinaria, seguir siendo ese engranaje útil que permitiría seguir viviendo, sin preguntar, ni mirar al costado, del trabajo a casa y de casa al trabajo. Por otra parte, quién era cada uno para evaluar lo que decían los que gobernaban, los profesores y catedráticos, los artistas y miembros de la cultura que insistían con la toxicidad de los judíos y su necesidad de erradicarlos: si esas personalidades decían que había que echar a los judíos (porque no se decía que se los mataba, siempre se usaban eufemismos que no horrorizaran a la gente) debían conocer razones de alta política de estado que al ciudadano común se le escapaban. Por otra parte era sabido que “los judíos eran poco confiables, eran explotadores, banqueros, capitalistas y que traerían el comunismo y la disolución de todo lo que era bueno para un buen cristiano, además habían matado a Cristo y asesinaban a niños cristianos para sus fiestas y los desangraban y con ello hacían sus asquerosos rituales, además se vestían raro, comían raro y se ocupaban del dinero, eran sucios prestamistas y usureros…” Si el gobierno dice que se tienen que ir, deben tener razón. Es muy fácil someterse a la línea de producción, hacer lo suyo, ser un engranaje en la burocracia de una sociedad totalitaria, no mirar a un costado y asegurarse del sustento diario, de la escuela, la salud, y de proveer a la familia. Si oponerse de alguna manera significaba hacer peligrar algo de eso, mejor quedarse quietito en su casita y dejar que los que saben se ocupen. Esto fue la mayoría, pero no todos. No todos los alemanes fueron nazis ni todos los alemanes fueron cómodos o jugaron al estúpido. Pero no tuvieron la fuerza como para cambiar el curso de las cosas y por cierto lo pagaron muy pero muy caro. De todo lo que antecede puede verse cómo es primordial seguir con la educación porque la gente sigue siendo igual y los peligros nos acechan porque la codicia y los delirios de poder no han muerto con el nazismo, siguen vivos, bien vivos.
JC - También en otro correo me decían que el pueblo judío luchó contra los alemanes. Ratifico esta idea cuando usted me hace el favor de delinear las palabras perfectamente, pues tenemos la idea en el mundo moderno que fueron llevados a la muerte sin ninguna oposición. pero con el correo de jorge klaiman y el suyo me doy cuenta que no fue así. Me podría dar más datos de la lucha de los judíos en contra de los alemanes. Eso sería de gran importancia, para cambiar la idea del shoá.
DW - Esto llevaría toda una disertación, pero es cierto. Las resistencias judías fueron muchísimas y siguen siendo desconocidas. Habría que hablar de por qué siguen siendo desconocidas (¿seguir alimentando la imagen del judío usurero y cobarde? ¿cómo hacer ahora que desde Israel no se dejan echar al mar como lo han propuesto año tras año sus amables vecinos desde que las Naciones Unidas decidió en 1948 que por fin tuvieran una tierra que pudieran sentir como propia sin que nadie los vaya a intentar asesinar otra vez? Ah! Pues acusémoslos de genocidas!!! Siempre la misma porquería estos judíos, insisten en que quieren vivir, no se dejan matar ni humillar ni amedrentar… qué cosa! No aprendieron con Auschwitz. No tienen remedio) pero puedo hacerle un brevísimo resumen. Hubo variadas resistencias que pueden catalogarse en: resistencia armada, resistencia de subsistencia, resistencia espiritual y actos de rescate. Cada una tiene un gran contenido y en la actualidad muy bien documentado. - Resistencia armada: es la única que se conoce, hubo levantamientos en guetos (Varsovia, Vilna….) y en campos de concentración y de exterminio (en Sobibor, en Auschwitz), hubo movimientos clandestinos de sabotaje, hubo grandes grupos de partisanos en los bosques. - Resistencia de subsistencia: cocinas comunales, redes de contrabando que permitían la entrada de alimentos en los guetos, sistemas de salud que atendían las epidemias y los niños y ancianos, grupos de cuidado de niños mientras sus madres se ausentaban a trabajar. - Resistencia espiritual: profusa vida cultural en casi todas las circunstancias (coros, conciertos, conferencias, teatro, music hall, humor, talleres literarios, etc), se mantuvo la escolaridad todo lo que fue posible (estaba prohibida por el nazismo) en grupos rodantes, con sus maestros y profesores, siguiendo los programas de estudio que les permitirán a los niños reintegrarse normalmente una vez que todo hubiera terminado (se suponía que iría a terminar algún día), se seguían celebrando rituales (circuncisiones, bodas, bar mitzvá, todos prohibidos y penados con la muerte) y fiestas judías (día del perdón, año nuevo, pésaj… etc), había decenas de periódicos clandestinos, imprentas, periodistas, escritores, poetas, que arriesgaban sus vidas a cada paso manteniendo informada a la población, escritores que dejaron testimonio de este lapso en memorias y textos algunos de los cuales lograron llegar a nuestros días, todo esto permitía mantener la moral lo más alta posible y fue crucial en la supervivencia de muchos. - Actos de rescate: ésta es la parte menos conocida, todas las conductas que permitieron que se salvaran unos cien mil niños, que fueron colocados en orfanatos, entregados a familias cristianas, escondidos, cambiados de identidad, cuidados y finalmente salvados. Es preciso resaltar una nueva definición de amor parental como resultante de la Shoá: el amor se medía en la capacidad que tenían los padres de entregar a sus hijos a extraños con la esperanza de que así sobrevivieran. Algunos no pudieron y perecieron junto con sus hijos, porque una familia con niños casi no tenía chances de sobrevivir manteniéndose juntos.
JC - No sabe como he aprendido tanto con los correos de mis nuevos amigos judíos, (si me permite la confianza), y el de usted. Pero sin mentirle me sobrecoge un sentimiento de tristeza el conocer de cerca tantos acontecimientos dantescos. Pero esto me da fuerza para seguir con mi programa y decirles a mis radio escuchas "esto no debe suceder jamás".
DW- Estimado Jorge, gracias por llamarme amiga. Debo decirle, con todo el dolor de mi alma, que “esto no debe suceder jamás” es una expresión de deseo que aún está lejos de hacerse realidad. Seguimos vulnerables al Mal que continúa entre nosotros. Nuestras sociedades no tienen aún los anticuerpos necesarios para contrarrestar el Mal desatado. El siglo XX ha instituido la novedad de que las víctimas en las guerras son los civiles, no los ejércitos como solía suceder en las guerras tradicionales. Vietnam, los Balcanes, Timor Oriental, Ruanda, Irak, Sudán-Darfur, los terrorismos variopintos con respaldos de los dizque progresistas que escupen para arriba, los carteles de la droga, los niños soldados, los desactivadores de minas personales, la contaminación y ataques a la ecología planetaria …. es otra forma de manifestación del Mal. El Mal sigue vivo. No igual que en la Shoá, pero al menos debemos hacer lo posible por impedirlo como política de Estado y mover a la gente a que deje por un instante su comodidad, su miedo a perder lo que tiene y que salga a pelear por lo que le pertenece: su calle, su colonia, la escuela de sus hijos, su familia, su ciudad, su país, este mundo.
JC – Pregunta 2.- Sé que Hitler era un loco, pero tristemente con iniciativa. Que supo hacer muy bien su juego con el pueblo alemán. ¿Qué tan envuelto por la ideología nazi estaba inmerso el pueblo alemán? DW - Hitler no era un loco. Tenía sed de poder, una expectativa mesiánica y un resentimiento profundo unido a una fuerte determinación y elevada capacidad de liderazgo, manejo político e influencia. Juzgarlo como loco es hacerle un menudo favor, es quitarle responsabilidad y lógica a su empresa cuando la tenía y en alto grado. Un loco no podría haber arrastrado tras de sí a tanta gente. Las categorías psicopatológicas aplicadas a la política no son suficientes y a menudo oscurecen el panorama y no permiten comprender la complejidad de lo que estaba en juego. La ideología nazi tenía varias facetas. La única que se conoce es el odio a los judíos y el plan de su aniquilación. Pero era más que eso. Era una ideología fascista, populista, que prometía mejorar la vida de los alemanes, hacerles recuperar su alemanidad y su orgullo, volverlos la “raza” superior, lo que manejarán alguna vez al mundo entero. Venían de una derrota en la Primera Guerra Mundial, luego del Tratado de Versalles, Alemania debió pagar enormes fortunas en concepto de indemnización por haber perdido. Sube al poder la República de Weimar sin poder superar la debilidad política de los acuerdos que la formaron. A la humillación por la derrota se sumó la creciente pobreza, el desempleo, la desesperanza, y poco después se vino encima la crisis financiera del 29 y todo se vino abajo. La inflación fue tan enorme que lo que a la mañana permitía comprar una casa, a la noche no alcanzaba para un kilo de pan, a ese nivel fue la violenta depreciación. Se perdieron todos los ahorros, las fuentes de trabajo desaparecieron, había hambre, había hambre de verdad y ninguna perspectiva. En este contexto comienza el ascenso del partido Nacional Socialista, esos jóvenes que venían con el discurso de la recomposición del orgullo nacional, de recuperar fuentes de trabajo, de dar de comer a la gente y de echarles la culpa de todo a los judíos (en la construcción del enemigo interno, esencial para un movimiento totalitario que debe aunar a toda la sociedad en pos de los lideres, sin discusión ni oposición). Los judíos habían llevado a Alemania a la guerra y se la perdió. Los judíos ocupaban cargos en la débil República de Weimar y así les había ido. Encima los comunistas eran una fuerza política de cuidado y había judíos en sus filas. El partido nazi era la opción frente al ascenso del comunismo, lo que era muy temido en ese momento. Tanto es así que no pocos judíos apoyaron al nazismo en sus comienzos por oponerse al peligroso comunismo. El rearme –lo que estaba prohibido por el tratado de Versalles pero que Hitler desoyó y ningún país se lo reclamó- fue una de las herramientas de empleo una vez que estuvieron en el poder, un poder que le fue otorgado de manera absoluta por medio del voto y que a poco de asumir, se ocupó de anular toda oposición de todas formas posibles, hasta quedar como partido único. Los alemanes todavía hoy dicen que sí, que lo de los judíos estuvo mal, pero que había otras cosas que andaban bien en Alemania con Hitler, que los hizo salir de la peor crisis que habían sufrido. Muchos alemanes no eran nazis, eran simplemente indiferentes. Mientras hubiera trabajo y el sol saliera todos los días, no importaba. Había nazis convencidos, había nazis oportunistas, había idiotas útiles como los hay siempre y había una gran masa que se dejaba manipular y se ocupaba de hacer bien su trabajo para no ser echado y volver a quedarse desempleado.
JC – Pregunta 3.-Este pueblo, que en mi opinión es uno de los más cultos e inteligentes del orbe, se dejó llevar por el nazismo. ¿Pero por que creen que denunciaban, humillaban, perseguían a los judíos? No puedo entender, y creo que pocos seres humanos podrían entender al pueblo alemán. Pero mandar a hombres, mujeres, niños ancianos al matadero, me parece la peor traición. DW - Dentro de cada pueblo hay gente de diferentes niveles. Es cierto que Alemania era la cuna de los representantes más altos de la ciencia, la tecnología, el arte en todas sus formas, la filosofía y el pensamiento en general. Sigue siendo un tema que resulta aterrador, que precisamente allí hubiera surgido esta ideología asesina, que no pocos hayan tomado parte activa en ello y que tantos de sus conciudadanos lo hayan permitido. Se me ocurren dos cosas. Por un lado, la fuerte influencia de la propaganda emanada desde el Ministerio de Propaganda siguiendo las ideas de Joseph Goebbels, ideas que han sido pioneras en el mundo de la publicidad y que siguen vigentes y con buena salud. Los principios básicos enunciados y puestos en práctica en la Alemania nazi tocan todos los resortes de la emoción y la vulnerabilidad de las masas con el objetivo de conseguir que apoyen y consientan sus políticas de Estado como si les resultaran beneficiosas. El Ministerio de Propaganda controlaba todas, absolutamente todas las manifestaciones públicas que recibía el pueblo alemán (prensa gráfica, radios, cine, posters, teatro, usinas de rumores, chistes, juegos, libros, folletos, panfletos, campañas políticas, absolutamente todas las esferas posibles con llegada continua y constante a las masas, de modo que un medio confirmaba lo que decía el otro, sin brechas ni rajaduras). Mejoraron y llevaron a un nivel preciosista lo que había inventado la Rusa soviética y que luego sigue siendo usado por todos los gobiernos totalitarios y los no tanto, para conseguir los consensos que necesitan para llevar a cabo políticas impopulares o medidas non sanctas. Por otro lado, la sociedad occidental no solo no es un freno a situaciones de este tipo, sino que pareciera alentarlas. Valores como el individualismo (matar o morir, ganar o perder, salvo lo mío y que los demás se arreglen), el sometimiento a las órdenes, un pobre juicio crítico frente a consignas propagandísticas, la no asunción de la responsabilidad social que a cada uno le compete, la codicia de las multinacionales que en virtud del lucro rápido “escupen para arriba” y destruyen los entramados sociales solidarios, la ferocidad de la sociedad de consumo que alienta todo lo que antecede, se han incrementado desde las primeras décadas del siglo XX. Estos valores son mucho más fuertes que la cultura, la ciencia, la tecnología, las filosofías y las artes, que siguen un camino u otro según les sea indicado por estas axiologías esenciales. Son éstos los valores que hicieron posible la complicidad explícita o implícita, la aceptación del pueblo alemán de ese camino al infierno del que todavía no se pueden desprender y por el que siguen rindiendo cuentas. Sólo así se explica lo que usted llama “traición”. Es verdaderamente una traición a los valores del cristianismo en los que todo el pueblo alemán había sido educado, pero es que los valores sociales mencionados son muy potentes y tienen premios inmediatos y evidentes, mucho más que las declaraciones religiosas cuyo supuesto premio estaría en un más allá incierto y a largo plazo. JC – Pregunta 4.- ¿Qué sentían los judíos durante el inicio del nazismo? Hicieron confianza, pensaron que solo eran amenazas y que el odio que crecía no iba a ser perdurable. DW - Estimado Jorge, los judíos hemos sido criados y educados en medios con cierto grado de hostilidad implícita hacia nosotros. Forma parte de nuestra cotidianeidad. Desde el siglo IV se sospecha del judío en el mundo occidental y esa sospecha forma parte estructural de la ideología occidental. Se cuenta un chiste. Durante el imperio zarista, cada tanto se emitía algún decreto para quitar alguna libertad a los judíos, o, preferentemente, algún nuevo impuesto que los esquilmaba todo lo posible. Vivían en la miseria y tenían que entregar parte de sus magros ingresos a la codicia del zar. Cuando no era que en la leva del ejército se llevaran a sus hombres a un servicio militar forzoso que podía durar décadas privando a sus familias de su sustento. Ahora viene el chiste agridulce. Cada vez que se difundía alguna novedad, algún decreto nuevo o algún suceso imprevisto de cualquier orden los humildes judíos se preguntaban “¿y eso es malo para los judíos?” porque temían que al final terminara, como siempre, siendo un peso para los judíos. Durante el inicio del nazismo los judíos no pensaron que iría a ser diferente de cómo había sido otras veces. Nunca antes se habían enfrentado con un plan de exterminio orquestado oficialmente por un estado, ¿cómo habrían de sospechar que era eso lo que estaba por pasar? Los mismos nazis no lo sabían. Su plan original era echarlos de los territorios hasta que vieron que era imposible, que la única solución era el asesinato. Esta decisión fue tomada en enero de 1942 bajo el nombre de “solución final”. En los meses anteriores había habido matanzas masivas en los territorios ocupados del este, en su invasión a Rusia pero todavía no era una decisión política oficial. Los judíos no tenían cómo saberlo con anticipación. Imaginaron que era una ola de odio, como otras veces, y que se pasaría, como otras veces. No había registro previo de lo que estaba por suceder. A nadie se le ocurrió. A nadie se le ocurre que algo así pudiera suceder. Yo misma, viviendo en Buenos Aires durante la última dictadura militar, cuando escuché la primera vez que había campos de concentración, que se torturaba a mansalva, que se hacía desaparecer gente, no lo creí. No cabía en mi cabeza y en mi corazón que mis vecinos, mis conciudadanos, gente que hablaba mi idioma, que amaba las mismas comidas que yo, que cantaba las mismas canciones, que reía con los mismos chistes, hicieran lo que eran acusados de estar haciendo. En un primer momento no lo creí. Superaba lo que era capaz de creer. Y eso que se trata de algo de menor envergadura que el “tratamiento” sufrido por los judíos durante el nazismo. Es parte de la naturaleza humana creer en la bondad de los demás. No podríamos vivir sin ello. Los pesimistas son los que se cuidan pero no son los que viven mejor, no se vive bien si se tienen que desarrollar ojos en las espaldas, si se tiene que desconfiar de todo y todos, si se tiene que temer hasta de su propia sombra. El optimismo, la idea de que las tormentas pasan y pronto volverá a salir el sol, es parte de los que nos permite levantarnos todos los días de la cama, abordar el día con entusiasmo y no suicidarnos ante las evidencias. JC – Pregunta 5.- ¿Los hacían usar estrellas amarillas y les pusieron restricciones en sus derechos? ¿Cómo lo veían, y que sentían? ¿Pensaron en lo que podía ocurrir? DW - Había que señalarlos, había que hacerlos notar. Las teorías “raciales” no alcanzaban (porque eran falsas) para distinguir a la gente “bien” de los “judíos”. No era suficiente lo de las narices ganchudas, las orejas paradas, el pelo oscuro y enrulado, ciertas ropas (cubrirse la cabeza por ejemplo), ciertos hábitos (respetar el shabat, ayunar en el Dia del Perdón...). Los seres humanos tratamos de ajustarnos a los que podemos, de seguir viviendo lo mejor posible y a veces, hacemos oídos sordos a lo que va pasando y nos vamos acostumbrando a nuevos estados de cosas que luego tomamos como naturales hasta que sobreviene un nuevo peldaño que, al cabo de un tiempo será el nuevo standard que a poco ya será natural y así sucesivamente. Uno de pronto descubre que ha perdido libertades y movimientos, y a veces es demasiado tarde. Si se pone una rana en agua fría y se va calentando el agua muy lentamente, su cuerpo se irá acostumbrando a las nuevas temperaturas, adaptándose a ellas progresivamente y cuando el agua entre el ebullición será demasiado tarde, la propia adaptación impidió la defensa adecuada. Es una buena analogía de lo que nos puede pasar a los humanos. No sólo durante el nazismo. Pensemos en la Rusia soviética, en la Europa comunista, en los estados totalitarios de las distintas latitudes y en como uno va cediendo imperceptiblemente hasta que se da cuenta de que está con el agua al cuello y ya es demasiado tarde. Por eso es crucial enseñar, educar, en el respeto de las libertades básicas, en cuáles son y por qué es imprescindible defenderlas. JC – Pregunta 6.- Los aislaban del mundo en guetos. ¿Cómo era la vida allí? DW - Hubo cientos de guetos en los territorios ocupados. Se hicieron para “liberar” los sitios de judíos, concentrarlos en un lugar en donde pudieran estar controlados para de allí trasladarlos a otra parte. Las condiciones internas de los guetos fueron variadas según el gueto y según el momento. Hacinamiento, hambre, epidemias, desempleo, eran las características generales. En un principio no sabían qué hacer con esa enorme masa de población. Cuando se invadieron los países del este, en junio del 41 y cuando se decidió que los judíos serían exterminados, los guetos fueron el lugar de donde se los llevaba a los campos de exterminio. Vivían aislados del mundo exterior pero había fluidos intercambios con él mediante la intensa actividad de los contrabandistas –mayormente niños- que eran quienes entraban la poca comida al gueto y luego las armas. No se puede resumir en pocas palabras lo que fue ese primer descenso a los infiernos. Le sugiero que vea fotos cuya elocuencia superará con creces mi poquedad. JC- Pregunta 7.- Me duele decirlo, pero en libros, películas, series de tv, en documentales. Se ven a los judíos resignados a ir a los campos de trabajo, (para mi campos de infamia). ¿Por qué creen ustedes que era así? DW- Es la imagen que se ha transmitido y que oculta más que lo que revela. Los campos de concentración y de exterminio eran el último peldaño del descenso a los infiernos. Allí se llegaba en condiciones inhumanas de desnutrición y desesperanza. La resignación es en realidad cansancio, impotencia, debilidad corporal, hambre. La experiencia del hambre es tan atroz dicen que uno no puede más que pensar en comer, es lo único que se tiene en la cabeza. Suciedad, piojos, disentería se sumaban a este cuadro. Crueldad y arbitrariedad que podía llevar a la muerte por cualquier razón sin poder anticipar cuál conducta era la que podía mantener la vida. Todo esto no se ve en las fotos que muestran a los judíos “resignados”, son fotos que tomaron los mismos nazis para mostrar la subhumanidad de los judíos, para justificar su asesinato. En esas condiciones imposibles de imaginar, de describir y más aún de vivenciar en nuestras realidades protegidas y privilegio (tenemos techo, comida, vestidos y la expectativa probable de seguir vivos en las próximas horas), llevaron a cabo actos de resistencia inconcebibles por su valentía y arrojo. Hubo levantamientos en Treblinka y Sobibor, hicieron estallar un horno crematorio en Auschwitz… son historias que levantan la moral de lo humano y mantienen en algo la dignidad. JC- Pregunta 8.- Algunos por vivir un año más, un mes más, un día más, unas horas más, hacían trabajos para los nazis, en contra de los judíos, prisioneros rusos, gitanos etc.etc. ¿Cómo ven a esta gente? (traidores, carceleros) DW - Juzgar desde nuestro lugar es injusto porque no tenemos todos los datos que nos permitirían evaluar la situación adecuadamente. Ni yo ni usted podemos saber qué haríamos si nuestra vida estuviera en peligro, si alguno de nuestros hijos fuera amenazado y de lo que hiciéramos dependiera que siguiera vivo, no lo sabemos y espero que no lo sepamos nunca. Lo que sí debemos saber es que hay que medir las conductas según los contextos en los que fueron producidas. No disculpo a nadie. Pero tampoco culpo. Tengo claro, de forma meridiana, que nunca estuve en tales situaciones, nunca tuve que enfrentar los dilemas éticos a los que nazis enfrentaron a los judíos, nunca tuve que tomar decisiones de las que dependiera la vida de nadie ni la mía propia, así que no me siento en condiciones de evaluar ni de juzgar. El tema de los dilemas éticos está en el centro de esta respuesta: qué haría usted si un nazi le hace el “favor” de concederle la vida solo de uno de sus hijos, ¿a cuál elige? ¿cómo se sobrevive a ello y se siguen viviendo con ese recuerdo? Los dilemas éticos re-inventaron los conceptos del bien y el mal que en una realidad no dilemática como la nuestra, vuelven a ser claros y sencillos. JC – Pregunta 9.- ¿Cómo era la vida, si se puede llamar así, en un campo de concentración? DW - Otra vez, según el campo y según el momento. Hay tanto escrito sobre esto que es imposible resumirlo. Toda la iniquidad y abyección que imagine será poca. Era allí donde se ponía en juego la estrategia de deshumanizar a los seres humanos para poder darles muerte: cuando más se aleja una imagen de lo humano (mirada, aspecto, olor, gestualidad) menos culpa da su asesinato. Había 7 campos de exterminio e infinitos campos de concentración y trabajo. Le aconsejo leer “violación excrementicia” para tener una ligera aproximación a lo que esta realidad comportó y de qué manera ha quedado manchada la humanidad toda con ello. JC – Pregunta 10.- Después de muchos años de esta tragedia, para un hombre, y pocos para una raza milenaria como los judíos. ¿Cómo se sienten al respecto como raza unida y en lo personal con este mundo tan revolucionado y con la constante amenaza islámica? DW - Recuerde que lo de “raza” no se aplica a los humanos. Los humanos somos una raza, una sola, esto ha sido probado sin ninguna duda por el proyecto genoma humano. La teoría racial nazi era una superchería como ya le dije anteriormente, una pura fantasía. No nos diferenciamos genéticamente unos de los otros, nuestras diferencias son superficiales no constitutivas. La idea de que los judíos nos mantenemos unidos es un concepto antisemita, lamento decirle. Los judíos pertenecemos a todas las clases sociales, a los grupos profesionales y laborales más variados, a diferentes países y zonas del mundo y vivimos en cada sector como el sector en el que vivimos. Los ricos igual que los ricos, los pobres igual que los pobres, los religiosos igual que los religiosos, los laicos igual que los laicos, los de izquierda igual que los de izquierda, los de derecha igual que los de derecha, los médicos igual que los médicos, los actores igual que los actores y así sucesivamente. Lo único que nos ha unido es el antisemitismo que nos ve como si fuéramos una masa indiferenciada y uniforme. El odio antijudío unifica al judío en uno solo, estereotipado, a-geográfico y a-histórico. Cuando veo a un judío religioso y de derechas lo siento ajeno a mí que soy laica y progresista, en lo único que somos “familia” es que fuimos designados como blancos a ser asesinados por igual. No existe la pretendida unidad de los judíos. Dice un conocido chiste que si hay tres judíos hay cuatro partidos políticos. No puedo atribuir solo al odio nuestra persistencia como pueblo. Creo que es una definición parcial y negativa. Hay también aspectos positivos que nos han mantenido leales a nuestros orígenes: el cuerpo ético de nuestras leyes que mandan cuidar la convivencia y hacer de este mundo un espacio de paz y fraternidad. En toda casa judía la lectura y la escritura eran un mandato del que nadie quería ni podía escapar, superarse, ser mejor, aprender, responder a desafíos, ejercitar el humor y la expresión artística así como la creatividad científica, han sido columnas que nos han permitido sobrevivir en contextos no siempre amigables. Hemos sido forzados a dedicarnos al comercio y a las finanzas por la prohibición de poseer tierras y de ejercer ciertos trabajos, y ello nos ha permitido ser ciudadanos del mundo, poder movernos con comodidad en diferentes latitudes e idiomas, manejar varias lenguas simultáneamente y de movida, tener abierta y desarrollada la capacidad de adaptarnos e integrarnos en las distintas culturas, darles nuestros aportes y recibir de los suyos y enriquecernos mutuamente. Europa nos debe todavía a los judíos el reconocimiento de cuánto de su milenaria cultura ha provenido de nuestros hermanos y antepasados, de nuestra cultura y de nuestra forma de ver el mundo. Dice Pilar Rahola que la civilización occidental, por ende Europa, está sostenida sobre las columnas greco-romana, judía y el odio al judío, que la segunda, la columna judía, ha sido invisibilizada de manera militante y que se ha hecho visible la tercera, la del odio. Son teorías. Respecto de la amenaza islámica no soy amiga de demonizar a ningún pueblo. La gente quiere vivir en paz, toda la gente. Que los dejen criar a sus hijos, trabajar en sus trabajos, tener techo y comida. Somos todos igual. La mayoría de la gente no anda pensando en cómo matar mejor. Pero los hay. Hay gobernantes, líderes que arman ejércitos de fieles que se emborrachan con promesas e ilusiones, que quieren creer. Creo que se trata de los fundamentalismos, hoy les toca a los islámicos, a algunos, no a todos, a los recalcitrantes. Es de temer lo que están haciendo en las madrazas educando a sus poblaciones en el odio y el resentimiento. Pero es de temer a toda la humanidad, para este mundo que estamos armando y dejando a nuestros descendientes. Los fundamentalismos, los que creen que son dueños de la verdad y tienen las armas para convencer o matar, son un grave peligro para todos. Llámese los soviets comunistas, los nazis, la inquisición, llámese como se llame, quien cree que es poseedor de LA VERDAD es una amenaza para el género humano. LA VERDAD parte el mundo entre los que tienen derecho a vivir y los que no y termina siendo una masacre sin remedio. LA VERDAD da permiso para matar. Estamos infortunadamente lejos todavía de haber construido comunitariamente la conciencia de la conveniencia de vivir en un universo dialogal en el que reine la opinión y no se entronice a la verdad. La opinión establece que todos tenemos el derecho a pensar como nos venga en ganas y que ello no determinará nuestro derecho a vivir, a trabajar, a residir en algún sitio. La verdad es la imposición de lo único que dibuja la frontera de los incluidos y los excluidos. Es éste el grave problema que nos aqueja y que venimos arrastrando hace siglos. Y con esto doy por terminada la serie de preguntas. Traté de responder de la manera más suscinta y clara posible. Estoy a su disposición –diciéndolo al estilo mexicano- para lo que mande. Diana Wang