Texto que circuló por internet sin mención de autor. Traducción: Diana Wang
Como sabés, el contrato que hiciste con Abraham debe ser renovado periódicamente. Este memorandum es para informarte que, tras varios milenios de consideración, nosotros, los judíos (el Pueblo Elegido) hemos decidido, respetuosamente, que ya no deseamos dicha renovación. Dejamos por sentado que este convenio no consta por escrito y que, a pesar de la creencia popular, nosotros (los judíos) no nos hemos beneficiado realmente demasiado con él. Si volvieras a la lejana época de nuestro arreglo, observarás que ya desde el principio todo comenzó definitivamente con el pie izquierdo.
No sólo Israel y Judea fueron invadidos casi cada año, sino que nosotros, los judíos (el Pueblo Elegido) tuvimos que invertir mucho esfuerzo para levantar no sólo uno sino dos templos. Y ambos fueron destruidos. Todo lo que quedó es una pila de piedras viejas llamada Muro de los Lamentos (por supuesto que sabés todo esto pero creemos que es bueno refrescarlo para dar cuenta de las razones por las que queremos declinar el honor que nos has conferido y concluir nuestro contrato).
Después los hititas, los asirios, los Goliats, etc, no sólo nos castigaban a diario sino que nos vendían como esclavos a Egipto, lo que nos hizo perder cientos de años de desarrollo.
Reconocemos que te pusiste en muchos problemas al mandarnos a Moisés para que nos sacara de Egipto, y a los pobres egipcios los castigaste con todas aquellas plagas. Lo que no conseguimos comprender es por qué tomó cuarenta años cubrir el trayecto que El Al hace ahora en 75 minutos. Además, y no deseamos parecer desagradecidos, durante años nos hemos preguntado ¿por qué Moisés nos llevó hacia la izquierda en lugar de hacia la derecha, al Sinaí? Si nos hubiera llevado allí, habríamos tenido el petróleo en vez de sólo el desierto!
Entendemos, el petróleo no era parte del trato, pero después vinieron los romanos y estuvimos in dredarain hasta el cuello. Es cierto que los romanos nos proporcionaron agua potable, acueductos y baños públicos, pero era desconcertante caminar bajo esas construcciones y al levantar los ojos ver a uno de nuestros amigos o familiares clavados en tres partes como si fueran estampillas o señales camineras.
Incluso una de nuestros príncipes, Judah ben Hur, fue capturado vestido de romano y anduvo dando vueltas como un loco en la arena del Coliseo. Tal vez por culpa de Hollywood o vaya uno a saber por qué, mucha gente juraba que Ben Hur tenía un inquietante parecido con Moisés! Y esto no es nada, encima de todo, uno de nuestros rabinos (maestros) se declaró a sí mismo “Hijo Tuyo” (sin mencionar siquiera a Abrahamcito) y antes de que nos despabiláramos, teníamos encima toda una nueva religión.
Y sobre llovido, mojado: fuimos luego dispersados por todo el mundo dos o tres veces mientras esta nueva religión se enraizaba más y más! Lamentamos mucho saber que los romanos lo ejecutaron igual que a tantos otros, pero..., -y esto te va a hacer reír por la reiteración del acontecimiento- adiviná a quién culparon. Sí, a NOSOTROS! En este tema preciso hay algo que no conseguimos comprender. Aquel rabino, hermano nuestro y tu propio hijo, siguió un camino curioso. Millones de personas lo reverenciaban y adoraban su nombre y enseñanzas... y sin embargo nos seguían matando por millones. Reclamaban que bebíamos la sangre de los recién nacidos y que controlábamos los bancos mundiales (Oy! Oy! Si tan sólo eso fuera verdad! Podríamos haberlos comprado a todos y controlar los medios de comunicación mundiales y más y más y se hubieran terminado nuestros problemas.)
¿Vas comprendiendo lo que queremos decirte?
Adelantemos entonces algunos siglos hacia las Cruzadas. ¡Mamita! ¡Otra vez quedamos como jamón del sandwich! Ellos, los Señores y Caballeros, venían de toda Europa para echar a los árabes y liberar los Santos Lugares, pero antes de que dijéramos “agua va” ya nos estaban matando a diestra y siniestra y también al centro junto con muchos otros más. Toda vez que un rey o un papa andaba mal en las encuestas, convocaban a una Cruzada o a una Guerra Santa y se mandaban una epopeya de asesinatos sobre nosotros. Hoy se llama Jihad.
Ya ves, nos pusiste un poco a prueba entonces, pero enseguida vino un brillante clérigo español y se inventó la Inquisición. Todos pensamos que era un nuevo show de entretenimientos pero otra vez nosotros y, debemos admitirlo, también algunos otros, fuimos usados como leña para la iluminación pública de las mayores ciudades de España. Está bien, eso terminó hace unos cien años o algo así. Visto en la perspectiva de la historia, cinco siglos no es mucho tiempo.
Pero mientras, cada vez que nos establecíamos en un país o en otro, nos pateaban y nos echaban! Y así vagamos unos siglos por ahí, pero la cosa no cambiaba.
Al final, nos quedamos en algunos países en donde insistieron en que viviéramos en guetos...Nos fuimos entonces a los guetos, cuando ¡ni te imaginás lo que pasó! Los rusos se aparecieron con los pogroms. Creímos que era una falta de ortografía, que lo que traían eran programas, pero estábamos fatalmente equivocados (lo de fatal no quiso ser un juego de palabras). Aparentemente, cuando no tenían nada más que hacer, la diversión era matar judíos (los así conocidos como El Pueblo Elegido, no sé si me entendés...).
Ahora viene una parte francamente fuerte. La estábamos pasando bastante bien, gracias, en un pequeño país europeo llamado Alemania, cuando a un pintor de casas se le ocurrió escribir un libro con ideas que prendieron en el pueblo y se volvió su líder... ¡¡¡Uau!!! Ése sí que fue un mal día para nosotros, ya sabés, tu Pueblo Elegido. La verdad es que no nos imaginamos dónde estabas en lo que en la Tierra eran los años 1940 a 1945. Sabemos que todos necesitamos un descanso de vez en cuando, incluso el Señor Todo Poderoso necesita un tiempo de relax. Pero de verdad, cuando más te necesitamos, no apareciste. Tal vez estés enterado de esto pero por si te lo olvidaste, unos seis millones de tu Pueblo Elegido junto con algunos otros no elegidos, fue asesinado entonces. Hicieron pantallas de lámparas con nuestra piel.
Mirá, no queremos insistir con el pasado, pero la cosa todavía se pone peor! Acá estamos, es 1948 y millones de nosotros vagan nuevamente desplazados y te mandaste una buena! Hemos recuperado por fin nuestra tierra! Sí!!!! Después de todos esos años, conseguiste que volviéramos a nuestro hogar! Pero, debemos confesarte que a veces tu sentido del humor se nos escapa, entonces los países árabes nos declararon la guerra.
Y ganamos todas las guerras, y ahora estamos en el 2002 y nada ha cambiado. Seguimos recibiendo los golpes, los secuestros, las acusaciones, los atentados, las muertes. Seguimos sin paz.
Nuestra paciencia se agotó. Ya es suficiente. Esperamos que comprendas que nada es para siempre (excepto vos por supuesto) y que desearíamos respetuosamente declarar nulo nuestro acuerdo verbal de ser tu Pueblo Elegido. Mirá, a veces las cosas funcionan y otras no.
Seamos tan sólo amigos los próximos eones y veamos qué sucede. ¿Qué tal si buscás por otro lado? Seguro que te acordás que Abraham tenía otra familia de parte de Ismael (los mismos que consiguieron el petróleo). ¿Qué tal si los hacés a ellos tu Pueblo Elegido por unos miles de años? Nos despedimos vos con todo respeto. Atentamente,
Los judíos.