Visitar la Europa judía

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Hola Diana. Mi hijo David acaba de volver de un viaje a Polonia y Praga realizado con otros jóvenes para mantener viva la memoria de la Shoah. Ha vuelto muy conmovido y movilizado por esta fuerte experiencia y por esto quiero publicar sus vivencias para que puedan ser trasmitida a otros jóvenes que desconocen estos eventos. Quiero solicitarte alguna reflexión tuya sobre este tipo de experiencias para esclarecer mejor sobre la importancia de la memoria. Desde ya muy agradecido. Un gran abrazo. Guido Maisuls. 21/2/17

Lo que está y lo que ya no está.

Es conmovedor ir y estar en los sitios que fueron judíos durante tantos siglos. Restos de una vida rica, potente, heterogénea, estructuras que hablan de lo que allí hubo, de lo que pasó, pero también de lo que ya no está.

Pisar esos lugares en la vieja Europa, tocar las piedras, oler el aire, caminar los espacios, dejarse cubrir por el denso silencio, nos llena de una especie de mística intangible, de una añoranza con múltiples caras. Uno se queda quieto esperando ver aparecer a un hombre barbado, con traje y sombrero negros, murmurando sus oraciones mientras su cuerpo se bambolea hacia adelante, hacia atrás, en una coreografía ancestral. O quizás se asome por una ventana una mujer con un delantal manchado, las mejillas sonrosadas por tanto atender a su clientela tras el mostrador de su taberna en el cruce de caminos. O tal vez pudiera venir un hombre pobremente vestido, con las manos callosas, sudoroso y llevando una herramienta en sus manos, un martillo tal vez, buscando algún yunque en donde moldear las herraduras que le ha pedido su cliente. O una viejita con una falda larga y ancha, un pañuelo gris cubriendo su cabeza con una cesta llena de huevos que ofrece con un pregón melodioso. O niños con rulos negros y ojos profundos corriendo contra el viento y riendo junto a niñas traviesas y juguetonas con los zapatos embarrados. O un violinista apurado llevando su instrumento al ensayo, o un intelectual cargando pesados libros yendo a dar su clase, o una costurera con el dedal puesto en el dedo mayor o un filósofo mesándose la barba frente a preguntas que no acierta a responder. ¿Dónde quedó ese mundo de tantos millones de personas que alimentaron y enriquecieron a la civilización occidental con su trabajo artesanal, intelectual, comercial, artístico y científico?

Visitar esos lugares es honrar a quienes les dieron sentido y lo llenaron de anhelos, pujanza y realizaciones, es conocer y dejarse contagiarse por aquel florecimiento y aquellas luces. Pero también es advertir, con un golpe artero y sorpresivo, que ya nada de eso está, que cada construcción, cada sinagoga, cada cementerio, cada casa de estudios, son evidencias del tsunami nazi que arrasó con todo, que dejó a la Europa central y del este casi sin judíos, sin sus shtetlaj, sin su cultura, sin sus constantes estímulos y desafíos que tanto enriquecieron al mundo.

Es doloroso ver lo que hubo y ya no está. Pero es imprescindible ir, verlo, enorgullecerse y comprometerse a trabajar para que los hechos genocidas como la Shoá vayan quedando en un pasado vergonzoso de la Humanidad y los que seguimos, miremos al frente y sigamos haciendo el bien.

Diana Wang.

22 de Febrero 2017

 

27 de enero de 1945, el día del descubrimiento.

No fue liberación. Fue descubrimiento. Aquel 27 de enero de 1945, en su avance hacia el oeste tras el ejército nazi derrotado, el Ejército Rojo se dio con Auschwitz.Los altos mandos aliados sabían y lo ocultaron priorizando el frente bélico. Los ejércitos, los soldados, la gente, no sabía. Lo encontraron. Se chocaron, se toparon, se tropezaron con el pantano más maloliente de la Humanidad.

Los soldados rusos no podían creer lo que veían. La huida nazi había sido tan abrupta que no pudieron disponer de las pilas de cadáveres expuestos impúdicamente, de las montañas de objetos desparramados por todas partes, zapatos, prótesis, anteojos, maquinitas de afeitar, ropa de bebés, ropa de niños, ropa de adolescentes, valijas de cuero, valijas de cartón, valijas de tela, dentaduras postizas, restos inhumanos que alguna vez habían sido de alguien. Y junto con todo eso, en medio de todo eso, por sobre todo eso, unos esqueletos inmóviles que de pronto parpadeaban porque aún estaban vivos ya sin fuerzas siquiera para decir acá estoy. Eran los muertos vivos, los zombies, los aparecidos, seres casi transparentes sin grasa ni músculo, piel y huesos de verdad, no era metáfora, casi inhumanos en su naturaleza carcomida, vacíos y desesperanzados, ni siquiera impúdicos por  sus desnudeces vergonzantes. Vergonzantes no para ellos. Vergonzantes para los soldaditos rusos que no podían ni parpadear, también ellos paralizados, mudos, impávidos, vacíos de palabras y sentidos.

Así fue aquel 27 de enero de 1945 en Auschwitz.

En ese mismo día, los miles de judíos que diez días antes habían sido forzados a dejar el campo para que no quedaran testigos, eran arreados, caminando hacia la Alemania profunda, bajo la nieve, sobre campos helados, sin cobijo ni protección alguna. Se arrastraban para no desfallecer ni tropezar. porque la marcha no podía ser frenada, los guardias disparaban a todo el que caía.

Aquel 27 de enero fue para ellos el último peldaño del horror, las Marchas de la Muerte. Hubo muchas, no solo desde Auschwitz. Todos los campos y sitios de concentración y detención en Polonia fueron evacuados. La guerra estaba perdida, el Reich de los Mil años se había reducido a doce, no debían quedan huellas del plan macabro ni testigos que pudieran documentar o incriminar a nadie.

¿Liberación? Parece broma. Humor negro. ¿De qué estaban libres ahora estos tristes despojos? Tal vez para morir. Cuenta Jack Fuchs que después de que fuera encontrado por los aliados, ya internado en un hospital, limpio, habiendo bebido agua, entre sábanas blancas y rodeado de cuidados, se dijo “ahora me puedo morir”. Claro, recién entonces, si moría, su muerte sería humana. Porque hasta para morir se requieren algunas condiciones, rituales, cuidados y respetos.

En algunos sitios, como en Francia, hubo bailes y alegría por la liberación, la gente salió a las calles a festejar luego de los años de opresión pero la mayoría había mantenido un contexto de vida humano durante la guerra. No fue así con los judíos sobrevivientes devastados, aplastados, torturados, hambreados, enfermos, desgarrados y humillados por los nazis y que, en su mayoría, habían perdido a toda su familia y sus puntos de referencia.

Aquel 27 de enero de 1945 no hubo liberación alguna. Es una formulación edulcorada que encubre y oculta que el fin aún no había llegado, que los judíos seguían penando y muriendo. Es como llamar “noche de los cristales” al pogrom de noviembre, o “desaparecidos, seres sin entidad” a los asesinados. Y el mundo parece no darse cuenta y se festeja la fecha como si fuera un día de recuperación y alegría.

Aquel 27 de enero de 1945 no hubo liberación sino un escalofriante descubrimiento que se repitió en todos los campos con los que se chocaban los ejércitos aliados. Auschwitz, Bergen-Belsen, Buchenwald, Mauthausen, Gross Rosen, Ravensbrück y tantos otros confrontaron a los soldados con escenas igualmente agónicas que revelaban la magnitud de lo sucedido. Un descubrimiento, como el de América, inesperado, no planeado ni buscado y que ha sido una bisagra en la comprensión de lo humano. Llamarlo liberación es dar por buenos los espejitos de colores y luego de los actos y discursos, dejarlo descansar hasta el siguiente año en el que se repetirá lo mismo. Y mientras el mundo sigue bullendo y el MAL sigue siendo amo y señor.

El 27 de enero de 1945 la Humanidad recibió un golpe del que aún no se ha podido reponer y del que todavía no ha conseguido extraer las lecciones para que el soñado “nunca más” sea finalmente eso: nunca más.

Ver "Auschwitz no fue liberado" de Jack Fuchs, 2005 :

https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-46681-2005-01-27.html

El nombre

Lo vio por primera vez en enero. Ese lunes le tocaba el primer piso. Golpeó la puerta de su habitación justo cuando él salía. La dejó pasar con una sonrisa y un gesto galante, dijo algo que ella no comprendió y se fue. Una vez adentro, le sorprendió que la cama ya estuviera hecha, que las toallas colgaran en su lugar, que todo se viera ordenado. No era común en los turistas, menos en los jóvenes. Se miró al espejo y su piel oscura se encendió el evocarlo, alejándose por el pasillo, rubio, con la barba incipiente y tímida, los ojos transparentes, igualito igualito al Jesús de la estampita que repartía el pastor. Verlo y enamorarse perdidamente fue todo uno. No sabía su nombre. No se animó a preguntar en la recepción. No lo volvió a ver.Volvió a mediados de marzo. Él tampoco sabía su nombre. La recordaba de aquel día de enero, prendado de su belleza color tierra, de su altivez y el desafío de esos ojos oscuros un poco achinados y su media sonrisa seductora. No salió del cuarto, la esperó. Ya se animaba con algunas palabras en castellano. Pensé en vos estos dos meses, dijo, te traje algo, ¿te lo puedo dar?. Hubo un sí en la hondura de sus ojos negros y recibió en sus manos una cajita que guardaba una pequeña flor de amancay tallada en piedra. Volvió al día siguiente sabiendo que la estaría esperando. Cruzaron solo un saludo y sonrisas ruborosas. Al tercer día ella se atrevió a mostrarle la estampita, el documento incontrastable del anuncio y la confirmación, con los bordes ajados de tanto anhelo y mirada. Él vio con sorpresa y algún deleite su enorme parecido con aquel Jesús iluminado. Verlo acunando en sus manos suaves la estampita, ahora concreta, ahora viva, la invitó a acercarse, como si tuviera derecho. Dibujó con sus dedos el perfil de su cara, acarició sus mejillas y fue arrimando su cuerpo en una sucesión natural, como el día que sigue a la noche, la calma que sigue al dolor, el derrame que sigue al deseo. Olía a araucarias, olía a tierra, olía a deshielo cordillerano. Sus labios se entreabrieron y lo invitaron a entrar. Quiero un niño así de lindo, así de rubio, así de ojos claros. Quiero mi niñito Jesús. Y él se hundió en ese nido tibio y húmedo, como si hubiera llegado por fin a la tierra de la leche y de la miel.

Se amaron todos los días hasta que se fue, llevándose consigo la estampita que ella no precisaba más.

No le sorprendió la primer falta. Había soñado con un milagro y cada mes encendía una nueva luz que lo hacía realidad. Mientras pudo se guardó la noticia, pero el brillo de su mirada y su creciente redondez hicieron que su secreto ya no fuera tal. Acusada por el pastor de haberse dejado tentar por el demonio, de haber caído en las tinieblas del mal, nunca se sintió en pecado ni se arrepintió ni pidió perdón ni hizo acto de contrición alguno. Por el contrario, se deslizaba ligera e iluminada como el Jesús de la estampita, rozando apenas la tierra, como si levitara, como si ese vientre henchido fuera un escudo mágico que la protegía contra todo y contra todos.

El niño nació el 25 de diciembre, un poco después de la medianoche, ya en Navidad. Hasta eso le fue concedido. Lloró el primer llanto desde sus ojos claros, tendido sobre su madre que acariciaba, como un mantra, la pelusa rubia en su piel. El cacique y sus padres no entendieron por qué lo había llamado Nissim. Eso no es un nombre mapuche, dijeron. Quiere decir milagro, les tradujo, Nissim quiere decir milagro en hebreo, en el idioma del padre.

januca-navidad

januca-navidad

Si de magia se trata, un comentario adicional. Una de mis nueras, Mariana, embarazada esperando un varón, me contó que dos días antes de leer este cuento, León, su hijo de 5 años, se había acercado a su cama a la noche y había murmurado: "ma, ya sé que estás dormida, pero pensé ¿qué tal si le ponemos Milagritos al bebé?". Milagritos, además de que es nombre demujer, nunca fue mencionado en la casa como nombre posible para el futuro bebé.

Entrevista a Gerry Garbulsky

Autor: Andy Miguens

Autor: Andy Miguens

 audios en mp3: Parte 1Parte 2Parte 3Parte 4Parte 5 

Hace unos días, Diana Wang (con quién conversé el episodio #014) me mandó un email diciendo algo así como ¨¿y si hacemos un episodio de Aprender de Grandes en el que intercambiamos roles y yo te entrevisto a vos?¨ ¡Me gustó el desafío y éste es el resultado!

Cuando miramos el reloj, resultó que ¡habíamos conversado durante 3 horas!, así que lo separé en más partes que de costumbre y acá abajo puse un menú por si quieren escuchar alguna parte en particular. ¡Hablamos sobre un montón de temas!

  • Parte 1: Hacer que la gente brille

  • Parte 2: La próxima forma de ponerme nervioso

  • Parte 3: La bomba de la paz

  • Parte 4: Lo aprendí en Aprender de Grandes

  • Parte 5: Bombardeo de preguntas

Links de este episodio
Cuando las ideas tienen sexo (charla TED con subtítulos en español).
En esta charla que di en TEDxLaFalda (ya un poco añeja) cuento cómo fui tomando las decisiones de cambios que menciono en este episodio.
El famoso discurso de Steve Jobs en Stanford. Si todavía no lo escucharon, pongan pausa en Aprender de Grandes, véanlo (15 min) y después vuelvan. En inglés con subtítulos en español.
Algunas de las charlas TED que vi hace ya muchos años y que me generaron adicción: Ben Zander sobre el amor por la música, Ken Robinson sobre la educación, Dan Gilbert sobre la felicidad, Malcolm Gladwell sobre la salsa de tomates, Barry Schwartz sobre cómo elegimos.
El artículo que escribí en febrero de 2009 proponiendo hacer algo parecido a TED en la Argentina.
Los boletines de TED en Español y la opción de suscribirse.
El Mundo de las Ideas, el curso que damos junto a Melina Furman.
TEDxRíodelaPlata, los videos de las charlas y todo lo que hacemos.
Clubes TED-Ed, el proyecto de capacitar a docentes para replicar la experiencia de los oradores TED con chicos de secundarias.
Los audios de todas las columnas que hicimos con Santiago Bilinkis en Basta de Todo.
Las dos charlas de Diana Wang en TEDxRíodelaPlata: Los aprendices de la historia y En la pareja la culpa la tiene el otro. Si quieren profundizar en este tema, ¡escuchen el episodio #014 de Aprender de Grandes, en el que conversamos con Diana sobre esto en más profundidad!
Los episodios con Mariano Sigman y con Andrei Vazhnov en los que hablamos sobre formarnos opiniones.
El libro Free Play, la improvisación en la vida y el arte sobre cómo la improvisación en la vida se parece a tocar jazz.
Los 73 números que hicimos de Oblogo, gratis, en pdf.
Hablamos sobre procrastinar (esperar hasta último minuto para hacer las cosas). La charla TED de Tim Urban sobre este tema está genial.
El episodio con Gustavo Pomeranec en el que hablamos sobre mi incapacidad musical.

Los libros que me transformaron
Ciencia ficción: El fin de la infancia de Arthur C. Clarke, El fin de la Eternidad de Isaac Asimov (en este episodio se los cuento, por si no quieren leer el libro, pero Asimov ¡lo cuenta mejor!), La trilogía de la Fundación de Isaac Asimov (la psicohistoria), El hombre ilustrado de Ray Bradbury.
Ficción: Siddartha y también Narciso y Goldmundo, ambos de Hermann Hesse, varios libros de Vargas Llosa, García Marquez, Borges.
Ciencia: Cosmos (serie y libro) de Carl Sagan, La conexión cósmica también de Carl Sagan, los tres tomos de física de Richard Feynmann, El gen egoista de Richard Dawkins, La hipótesis de la felicidad de Jonathan Haidt.

Si solamente tienen 3 minutos, escuchen estas partes muy cortas
Los que dan y los que quitan (givers and takers).
Garpa ser abierto.
Hacer que otra gente brille.
Un traje a medida para nuestros hijos.
Me emocioné cuando hice una conexión entre mi segundo grado y el de mi hijo.
La transición a la democracia en la secundaria (el Pelle).
En la secundaria me hacían bullying.
La matemática, la física y una falsa sensación de control.
Durante el doctorado, me quedé solo.
El salto a la consultoría de negocios.
La distancia entre las personas en cada cultura.
La historia de Oblogo, la revista de los blogs.
El Mundo de las Ideas, el curso que damos con Melina Furman.
Mi visión de cómo mejorar el mundo (burbujas y la bomba de la paz).
El día en que me confundieron con Diego Maradona.
Cómo TED me abrió la cabeza y me hizo correr la sangre de maneras que nunca me hubiese esperado.

Personas que mencionamos en este episodio
Luis Pescetti, Patrick Tepesch, Jerry Seinfeld, George Carlin, Diego Wainstein, Lucho Mellera, Alejandro Angellini, Fer Sanjiao, Natalia Carulias, Steve Jobs, Gustavo Faigenbaum, Sonia Faigenbaum, Ken Robinson, Ben Zander, Adrián Paenza, Chris Anderson, Steven Spilberg, Bill Gates, Juan Enríquez, Elon Musk, Jeff Bezos, Kelly Stoetzel, Harrison Ford, Larry Page, Sergei Brin, Donald Trump, Santiago Bilinkis, Melina Furman, Andrei Vazhnov, Mariano Sigman, Gustavo Pomeranec, Sergio Meller, Matías Martín, Cabito, Diego Ripoll, Juan Ferrari, Waty Frignani, Tommy Druetta, Diego Maradona, Al Gore.

Organizaciones que mencionamos en este episodio
Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Banco Hipotecario, BCG, McKinsey, Bain.

La foto del día en que me confundieron con Diego (acá lo cuento)

La foto del día en que me confundieron con Diego (acá lo cuento)

Grabando la conversación con Diana Wang, sentados al revés

Grabando la conversación con Diana Wang, sentados al revés

después de la entrevista

después de la entrevista

Stress ante tests (exámenes). Un tema común que tiene solución

"No podré", "no me acuerdo de nada", "tal vez apruebe pero no con la nota que querría". Son pensamientos tóxicos que envenenan la mente y provocan angustia, nervios e impiden que el rendimiento sea acorde con lo que se ha estudiado. La mente está en blanco, bloqueada, mientras ves a tus compañeros ya escribiendo. Te bombardeás con“¿cómo puede ser, si ayer lo sabía?”, sin poder pensar sólo te vienen pensamientos como“reprobaré”, “ voy a fallar”, “no sirvo para estudiar”, “soy una inútil”. De pronto una enorme pared se levantó entre lo que sabías y el papel y lo que sabías quedó escondido detrás, aparentemente fuera de tu alcance.

Tests, una amenaza. Muchos dicen que en un test lo que más se mide es la capacidad de respuesta ante el stress más que los conocimientos sobre el tema del test. Pero los tests existen y no solo en la escuela, también en la vida laboral y en la vida en general y hay que aprender a controlar las propias reacciones de angustia para evitar que la angustia lo controle a uno y tome decisiones que no son adecuadas.

Un test es una amenaza porque uno se siente evaluado, mirado, criticado, como si quedara expuesto y vulnerable. El cuerpo lo vive como un ataque y se defiende. ¿un nudo en la garganta?, ¿molestias gastrointestinales?, ¿dolor de cabeza tensional?, ¿diarrea? ¿ganas de vomitar?. A algunas personas les tiemblan y/o les sudan las manos y el corazón les late más deprisa de lo habitual mientras esperan a que les repartan el examen.

Es importante comprender cuál es el mecanismo para poder modificarlo.

¿Qué pasa en realidad? Hay gente que responde mejor que otra ante la presión. Para los que les resulta más difícil, la situación es odiosa, se enojan consigo mismos, se acusan de incapacidad y se cubren con pensamientos negativos y auto acusatorios. Un test para ellos es una seria amenaza. Se dispara automáticamente el mecanismo de defensa de cualquier mamífero ante una situación de peligro: la adrenalina inunda el sistema neurológico. Si a los efectos corporales (tensión, sudoración, angustia) se suman los pensamientos negativos, el cóctel es explosivo porque reduce la capacidad para pensar y razonar de forma clara.

¿Qué lo provoca? Toda ansiedad es una reacción ante algo estresante. Bajo estrés el cuerpo libera una hormona denominada adrenalina, que lo prepara para reaccionar ante el peligro (lo que a veces se denomina reacción de "lucha o huída ").

Que sintamos ansiedad ante un test no es negativo. Son emociones básicas que suelen aparecer como respuesta a una situación de peligro o amenaza. Para un cazador en el paleolítico era muy útil sentir ansiedad al escuchar un ruido a su espalda: podía ser una bestia a punto de atacar. Esa emoción le preparaba para dar una respuesta rápida, bien fuera salir corriendo o enfrentarse al peligro. De ahí que esas emociones se hayan mantenido como una estrategia adaptativa evolutiva.

El stress es una reacción normal ante situaciones de exigencia. Cuando sentimos stress, aumenta la frecuencia cardíaca para bombear más sangre al cerebro, a los pulmones y a los músculos, lo que a su vez aumenta la capacidad de concentración y la velocidad de reacción. Una activación del sistema nervioso es beneficiosa, puesto que nos hace estar más alerta, atentos, preparados, y se ha visto que es capaz de mejorar nuestro rendimiento en una tarea. Un cierto grado de stress ayuda a prevenir y evitar las amenazas, un test lo es. Pero, cuando la adrenalina supera el nivel de utilidad, se vuelve en contra, paraliza y bloquea, impide la correcta defensa.

El mayor flujo de adrenalina suele deberse a los pensamientos negativos que anticipan el fracaso. Son pensamientos que se suman a la situación de peligro y son tan poderosos que  chupan la energía disponible para pensar en cómo responder a las preguntas del test, no queda espacio en la mente para concentrarnos en ello, sólo se piensa en el malestar y en cómo evitarlo.

Se vuelve un círculo vicioso porque cuanto más se piensa en el malestar peor uno se siente. En consecuencia, hay que aprender tres cosas:

1) a manejar y controlar la tensión corporal,

2) a ahuyentar a los pensamientos negativos y

3) a concentrarse en un punto específico, las preguntas del test.

Veamos entonces las tres cosas a aprender y modificar.

  • Aprender a relajarse. La respiración, la llave maestra.

No sabemos cómo respirar para relajarnos, hay que entrenarse y aprenderlo. Entre 5 y 10 minutos cada día sin interferencias (celular por ej). Enseñale a tu mente a concentrarse. Si no sabe cómo, ayúdala con este truco tan sencillo y útil, la respiración conciente.

  1. Sentate cómoda y cerrá los ojos

  2. Respirá profundamente

  3. Nota cómo inspiras (el aire entra en tus pulmones lentamente)… escucha cómo espirás (el aire sale lentamente de tus pulmones)…

  4. Seguí pendiente de tu respiración. Nota cómo inspiras… y cómo espiras…

  5. Si te das cuenta de que tu mente se va a otro sitio, eso está bien. Simplemente volvé a fijarte en la respiración. De forma tranquila. Sin frustraciones. Sin brusquedades, vuelta a la respiración

  6. Seguí así un mínimo de 5 minutos

2) Aprender a generar pensamientos positivos.

Los pensamientos se pueden controlar. Está probado que la angustia se reduce si se tienen pensamientos positivos. “Sé todo, seguro que lo haré muy bien”, “otras veces ya lo conseguí”. Está bueno escribir este tipo de pensamientos que funcionen a modo de mantra. Toda vez que descubras que un pensamiento negativo te invade, oponele los positivos que ya tenés preparados.

Todos nos podemos equivocar, tenés que mandarle un mensaje a tu cerebro perfeccionista y exigente de que sea más benévolo con vos y menos crítico. El error es una de las mayores fuentes de conocimiento y un importante motor para la ciencia. No es una evidencia de alguna falta personal ni un defecto. Sé más buena con vos misma y con tus errores, no te enojes con ellos o con vos, aprendé de cada uno.

3) Aprender a focalizar sin distraerse.

Aprender a administrar el tiempo. Hacer simulacros del test a enfrentar, o uno previo, e ir midiendo el tiempo que se va necesitando para controlar el propio rendimiento y poder administrar mejor el tiempo necesario.

Aprender a focalizar. Tenemos tantos estímulos que a veces es difícil focalizarse solo en una cosa. Acá algunas ideas útiles para entrenar a tu cerebro a hacerlo.

Imagen. Pensar en una figura geométrica sencilla (cuadrado, triángulo o círculo) y se representará mentalmente de la manera más fiel posible; lo importante es que la idea permanezca y no sea borrada por el flujo de ideas sobre los acontecimientos del día, responsabilidades o pendientes.

Color. De igual manera, visualizar un color previamente establecido y pensar un rato en él y verlo. Se puede unir colores y figuras geométricas: pensar en un triángulo rojo rodeado por un círculo blanco en un fondo verde, por ejemplo.

Entrecejo. Enfocar toda la atención en el propio entrecejo.

Punto. Dibujar pequeño círculo negro en una hoja en blanco; fijar la mirada en él durante algunos minutos, luego cerrar los ojos y verlo en la mente.  

Sonidos. Concentrarse en un sonido constante, como el canto de algún ave en un parque o el tic-tac de un reloj; muéstrese muy atento al sonido y a los silencios que se crean.

Consejos, tips.

En la preparación del test.

  • Hacer tests similares e irse probando tanto en tiempo como en contenido

  • ver qué puntos o temas los conocés y no te ofrecen problemas

  • ver qué puntos o temas resultan más problemáticos y que tenés que preparar mejor

  • entrenarse en relajación respiratoria y focalización

Antes del test.

  • No preguntarse en los minutos anteriores si uno sabe lo suficiente.

  • Evitar a los que se vean ansiosos, es contagioso.

  • Observarse si hay alguna parte del cuerpo tensa y centrarse en su relajación con los ejercicios de respiración.

  • Hacer huir los pensamientos negativos y poner positivos en su lugar, por ejemplo “ya antes tuve tests y los hice bien” o “estudié lo suficiente”, “hice todo lo que podía hacer, me irá bien”.

  • Si no se puede reducir la tensión, irse por unos minutos a un sitio tranquilo, sin nadie (al baño por ejemplo) y practicar durante 5 minutos las técnicas de relajación y respiración.

Durante el test.

  • Si no se ha conseguido antes,recuperar una sensación de bienestar y tranquilidad mediante la respiración, cerrar lo ojos y hacer el ejercicio. No es una pérdida de tiempo, por el contrario, recuperar el nivel de adrenalina útil favorecerá la mejor comprensión y rendimiento (demasiada adrenalina bloquea).

  • Leer bien las instrucciones que te hayan entregado y asegurarse de entender todo. Preguntar al profesor cualquier duda.

  • Encarar primero las respuestas de las que estás segura, dejar las dudosas para después, primero asegurate de tener tiempo para contestar las que seguro están bien.

Paper especial para Clara.

De Babu con amor. Noviembre 2016

En la pareja la culpa la tiene el otro. Charla TED

Pensando en las parejas, encontré esta metáfora sencilla y maleable que me resulta muy útil, tanto para la pareja conyugal como para cualquier pareja humana en cualquier actividad que hagan juntos.

English subtitles click the "on" sign and then click configuration, the clog that's down in the right, choose "subtitles" and select English. The full transcription is scrolling down this page after the Spanish one.

22 de octubre 2016, Tecnópolis, Buenos Aires.

Transcripción de la charla en castellano:

"En la pareja, la culpa la tiene el otro"

Estando en pareja queremos cambiar al otro. El otro tiene la culpa de todo lo que está mal. Emprendemos la tarea de cambiarlo con ganas, con optimismo, con mucha onda. ¡Vamos a poder! ¡Claro! ¡Podremos!

Pero a medida que pasa el tiempo nos vamos desanimando, porque, por más que lo intentemos, no cambia, sigue siendo tal cual es. ¡Qué frustración! ¡Qué rabia! ¡Cuánto sufrimiento! TODO MAL.

Nos quedan cuatro alternativas: el suicidio, el asesinato, la separación o la terapia de pareja, entendida, claro está como el último y desesperado intento de cambiar al otro, que es lo pedimos al terapeuta, y el terapeuta sabe perfectamente de qué le estamos hablando porque también quiso cambiar a su otro y tampoco pudo.

Después de más de 40 años de casada y de algunos más como terapeuta, encontré un modelo que me es muy útil para pensar a las parejas: el barrilete y la estaca.

Al barrilete le encanta volar lejos de la tierra, es creativo, original, estimulante,  divertido, también imprevisible, inseguro,  necesita probarse cosas, necesita estímulos, desafíos, cambios. A la estaca no le gustan los cambios, es rutinaria, un poco aburrida, pero es estable y ordenada, no tiene que probarse nada y está feliz con los pies en la tierra. Estas dos funciones “barrilete” y “estaca” son esenciales para que una pareja se mantenga viva. Cuando somos barrilete volamos felices y tranquilos porque está la estaca que nos sujeta y nos trae de vuelta y cuando somos estaca mantenemos todo en orden mientras miramos el vuelo colorido del barrilete que sabe que a su regreso estará todo en su lugar.

Pensarnos como barrilete-estaca nos permite elegir, a cada paso en qué escenario queremos vivir, en la guerra o en la paz. Nos regala, además, la noción liberadora de que “cada uno es como es, no me lo hace a mí” lo que baja enormemente el sufrimiento porque dejo de pedirle peras al olmo.

Si nos pensamos como barrilete y estaca no nos tomamos tan en serio, hasta podemos reírnos de nosotros mismos. Como nos pasó con mi marido, hartos de discutir por ver quién de los dos contaba la historia como en realidad había sido, ahora nos decimos: “¿cuento yo y vos corregís o contás vos y corrijo yo?”.

Claro que discutimos, cuando a los dos se nos da por ser barrilete y no queda estaca que nos sujete. O cuando diferimos acerca del largo del piolín, porque el piolín es la clave, porque el piolín mide la distancia óptima que es cómoda para vivir, cuán cerca, con cuánto control, durante cuánto tiempo. El piolín es puente y frontera entre uno como individuo y como miembro de la pareja.

Así eran los ovillos que hacíamos en mi infancia.

Así eran los ovillos que hacíamos en mi infancia.

En las noches o cuando nos cubren cielos tormentosos, nos cobijamos bajo una misma manta, no sin antes revisar, cm a cm, el piolín que nos une, a ver si está deshilachado, si corre riesgo de partirse en algún lugar. Y recién después lo ovillamos prolijamente y con mucho cuidado para que a la mañana siguiente, cuando el barrilete remonte vuelo otra vez, esté seguro de que tendrá donde volver.

ENGLISH TRANSCRIPTION

“As a couple, one’s partner is always to blame”.

When we’re in a relationship, we want to change the other. Whatever is wrong, they are to be blamed!. We start with enthusiasm, optimism, full of energy. We can do it! Of course we can! We will!

But as time goes by, that enthusiasm begins to wane because---despite our best efforts---our partner won’t change; they’re still the same. How frustrating! How infuriating!! EVERYTHING IS TERRIBLE.

We are left with four options: suicide, murder, separation, or couples therapy, understood---obviously---as the final and desperate attempt to change your partner, which is what we ask therapists to do. And therapists themselves know exactly what we mean because they too have tried to change their partner and failed.

After 40 years of marriage, and a few  more as a therapist, I’ve found a model that is highly useful to me in terms of thinking about  couples: a kite and its stake.

The kite enjoys flying far above the earth.  It’s creative, original, and fun, but it’s also spontaneous, insecure; craving to prove it can do anything. The kite needs stimulation, challenge, and change. The stake, however, does not like change. It enjoys routine and is perhaps a bit boring, but it is stable and organized, with no need to prove anything, and is happy with its feet firmly on the ground. These two elements, kite and stake, are essential for the survival of a relationship. When we are the kite, we fly happily and in peace thanks to the stake, holding us firmly and reeling us back in when needed. And when we are the stake, we ensure that everything is in order while we gaze at the colorful flight of the kite that knows that everything will be in its place upon its return.

Considering ourselves as a kite-stake system allows us to choose, step by step, in which scenario we want to be: war or peace. It gives us the liberating notion that “people simply are who they are, they aren’t doing it TO me” and therefore the pain is strongly reduced for I can stop expecting pears to come from an apple tree.

If we see ourselves as a kite and a stake, we might stop taking ourselves so seriously; we can even laugh at one another. As it happened with my husband and me, exhausted from arguing over which of us was telling the “true” side of the story, we now ask ourselves instead: “shall I speak so that you can correct me, or you speak so that I can correct you?”

Naturally, there are arguments, especially when we both want to be the kite and there is no stake to hold us in place. Or when we disagree on the length of the string. Because the string is the key. It measures the optimal distance in which we feel comfortable living together: how close, how controlled, and for how long. The string is both the bridge and the border between you as a person and you as a partner in the relationship.

At night, or when stormy skies threaten us, we cuddle safely under the same blanket, not without checking first, inch by inch, the string that unites us. Is it fraying? Could it break? Then, we wind it back together, smoothly and carefully, so that in the morning, the reascending kite can be fully confident that there will indeed be a place to return to.

El antisemitismo. El futuro de las comunidades judías en Europa.

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El odio que comienza con los judíos nunca termina con los judíos. Es lo que quiero que se entienda hoy. No fueron solo los judíos los que sufrieron a Hitler. No fueron solo los judíos los que sufrieron a Stalin. No son solo los judíos los que sufren a ISIS o Al Qaeda o a la Yijad islámica. Cometemos un gran error si pensamos que el antisemitismo constituye una amenaza solo para los judíos.

 

Se trata de una amenaza, antes que nada, a Europa y las libertades que el continente requirió de siglos para conquistar. El antisemitismo no es relativo a los judíos. Se relaciona con lo antisemitas. Es relativo a las personas que no pueden aceptar sus responsabilidades ante sus propios fracasos y eligen culpar a un tercero. Históricamente, si eras cristiano en la época de las Cruzadas, o alemán después de la Primera Guerra Mundial y vieses que el mundo no se condujo del modo en que creías, culparías a los judíos. Es justamente lo que está pasando hoy. Y todo lo que yo pudiera decir es poco en cuanto al peligro que esto entraña. No solo para los judíos sino para todos los que valorizan la libertad, la compasión y la humanidad.

 

El surgimiento del antisemitismo en una cultura es el primer síntoma de una enfermedad, una señal prematura que avisa sobre un colapso colectivo. Si Europa permite el florecimiento del antisemitismo será el inicio de su fin. Y lo que pretendo hacer con estos breves comentarios es simplemente analizar un fenómeno repleto de incertidumbres y ambigüedades, porque necesitamos precisión y comprensión para entender por qué los antisemitas están convencidos de que no lo son.

 

Primero, definamos qué es el antisemitismo. Que no gusten los judíos no es antisemitismo. Todos conocemos personas que no nos gustan. Está bien, es humano, no hay ningún peligro. Segundo, criticar Israel no es antisemitismo. Hablando hace poco con alumnos de una escuela, me preguntaban si criticar a Israel era antisemitismo. Dije que no. Y expliqué la diferencia. Les pregunté: ¿Creen ustedes que tienen derecho de criticar al gobierno británico? Todos levantaron la mano. Pregunté a continuación: ¿Quién cree que Inglaterra no tiene el derecho a existir?, nadie levantó una mano. Entonces ahora saben la diferencia, les dije. Y estuvieron de acuerdo.

 

Antisemitismo significa negar a los judíos el derecho a existir colectivamente como judíos con los mismos derechos que los demás. Esta negación asume diferentes formas en los diferentes momentos de la historia. En la Edad Media los judíos eran odiados por su religión. En los siglos XIX y XX eran odiados por su raza. Hoy somos odiados por nuestro Estado-nación, el Estado de Israel. El antisemitismo asume diferentes formas pero sigue siendo lo mismo: la idea de que los judíos no tienen derecho a existir como seres humanos libres igual que todos los demás.

 

Ninguno de nosotros esperaba que el antisemitismo re apareciera en Europa con el Holocausto tan vívido aún en nuestra memoria. La razón para ello era que Europa emprendió el mayor esfuerzo colectivo en toda la historia para asegurar que el virus del antisemitismo jamás volviera a infectar al cuerpo político. La legislación antirracista, la educación sobre el Holocausto y el diálogo inter religioso fueron una empresa colosal. Con todo eso y a pesar de todo eso, el antisemitismo volvió.

 

El 27 de enero de 2000, representantes de 46 gobierno de países de todo el mundo se reunieron en Estocolmo y emitieron una declaración conjunta para establecer la recordación del Holocausto y la continuación de la lucha en contra del antisemitismo, el racismo y los prejuicios. Pero llegó el 11 de septiembre y en pocos días las teorías conspirativas inundaron internet con la idea de había sido obra de Israel y de su servicio secreto, el Mossad. En abril de 2002, en Pesaj, estaba en Florencia con un matrimonio judío parisino que recibió un llamado de su hijo diciendo: “mamá, papá, es hora de dejar Francia, aquí ya no estaremos seguros”.

 

En mayo de 2007, en una reunión privada en Bruselas, le dije a los tres líderes europeo de entonces, Angela Merkel, Presidente del Consejo Europeo, José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión Europea y Hans-Gert Pöttering, Presidente del Parlamento Europeo, que los judíos de Europa se estaban empezando a preguntar si había futuro para ellos en Europa. Fue hace nueve años. Desde entonces, las cosas empeoraron. Ye en 2013, antes de algunos de los peores incidentes, la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea reveló que casi ⅓ de los judíos de Europa pensaban emigrar debido al antisemitismo. En Francia, el número era del 46%, en Hungría, 48%.

 

Permítanme preguntarles algo, a judíos, cristianos o musulmanes: ¿se quedarían en un país donde fuera necesaria la presencia de la policía para protegerlos cuando fueran a orar? ¿donde sus hijos precisaran de policías armados para protegerlos en la escuela? donde, su llevaran algún símbolo de su fe en público se arriesgaran a ser insultados o atacados? donde, si sus hijos llegaran a la universidad serían insultados e intimidados por algo que ocurre en otra parte del mundo? donde al expresar un punto de vista propio sobre la situación fueran silenciados a los gritos?

 

Esto es lo que les está sucediendo los judíos en toda Europa. En cada uno de los países de Europa, sin excepción, los judíos temen por el futuro de sus hijos. Si esto continúa, los judíos deberán dejar Europa hasta que Europa termine volviéndose Judenrein, limpia de judíos.

 

¿Cómo pasó esto? Pasó igual a como los virus siempre vencen al sistema inmunológico humano, o sea, por mutación. El nuevo antisemitismo es diferente del viejo de tres maneras. Ya mencioné a una, los judíos fueron odiados por su religión Después por su raza. Hoy por su Estado-nación. La segunda diferencia es que el epicentro del antiguo antisemitismo era Europa, hoy es el Medio Oriente y se transmite globalmente por las redes sociales. La tercera es especialmente perturbadora. Voy a explicar. Odiar es fácil, lo difícil es justificarlo públicamente. A lo largo de la Historia, cuando las personas pretendían justificar el antisemitismo lo hacían recurriendo a las más altas autoridades de la cultura. En la Edad Media esa fuente era la religión. Había, entonces, un antijudaísmo religioso. En la Europa del post iluminismo, esa fuente fue la ciencia. Eran las dos bases de la ideología nazi, el darwinismo social y el así llamado estudio científico de la raza. Hoy, la mayor fuente de autoridad en el mundo son los derechos humanos. Es por eso que Israel, la única democracia en pleno funcionamiento en el Oriente Medio, con una prensa libre y un poder judicial independiente, es acusado, con regularidad, de los cinco pecados capitales de los DDHH: racismo, apartheid, crímenes de lesa humanidad, limpieza étnica y tentativa de genocidio.

 

El nuevo antisemitismo tuvo una mutación tan grande que cualquier adepto puede negar que sea antisemita. Dirá “no soy racista, no tengo nada contra los judíos ni contra el judaísmo, mi único problema es con el Estado de Israel”. Sin embargo, en el mundo hay 56 países musulmanes y 103 cristianos y hay solo un Estado judío, Israel, que constituye el ¼ del 1% de la extensión de tierra del Oriente Medio. Israel es el único entre los 193 países-miembros de las Naciones Unidas que tiene su derecho a la existencia constantemente cuestionado teniendo, además, a un país como Irán y muchos otros grupos, comprometidos explícitamente en su destrucción.

 

Antisemitismo significa la negación del derecho de los judíos a existir como judíos con los mismos derechos que todos los demás. La forma en que se viste hoy, es el antisionismo. Hay naturalmente una diferencia entre sionismo y judaísmo, entre judíos e israelíes, pero esa diferencia no existe para los antisemitas. Fueron judíos y no israelíes los asesinados en los ataques terroristas en Toulouse, París, Bruselas y Copenhague.  El antisionismo es el antisemitismo de nuestros días.

 

En la Edad Media los judíos fueron acusados de envenenar los pozos, de diseminar la peste y de matar niños cristianos para usar su sangre. En la Alemania nazi fueron acusados de controlar el capitalismo de los EEUU y el comunismo de la URSS. Hoy somos acusados de dirigir al ISIS y a los EEUU. Todos los antiguos mitos fueron reciclados, desde el Libelo de Sangre hasta los Protocolos de los Sabios de Sion. Las caricaturas que inundan al Oriente Medio son clones de las publicadas en Der Stürmer, uno de los principales vehículos de la propaganda nazi entre 1923 e 1945.

 

El arma fundamental del nuevo antisemitismo es asombrosamente simple. El Holocausto no deberá volver a pasar, pero los israelíes son los nuevos nazis, los palestinos son los nuevos judíos, todos los judíos son sionistas, por ello, ¡los verdaderos antisemitas de nuestros días son, ni más ni menos, que los propios judíos! Y no se trata de ideas imaginarias. Están diseminadas en todo el mundo musulmán incluidas sus comunidades en Europa que van infectando, de a poco, a la extrema izquierda, a la extrema derecha, a los círculos académicos, los sindicatos y hasta a algunas iglesias.  Habiéndose curado del virus del antisemitismo, Europa está siendo re-infectada desde partes del mundo que nunca hicieron el autoanálisis hecho por Europa cuando los hechos sucedidos durante el Holocausto fueron conocidos.

 

¿Cómo tales absurdos llegaron a ser creíbles? Estamos entrando en un campo vasto y complejo. Escribí un libro sobre ello pero la explicación más simple es la que sigue. Cuando a un grupo les pasan cosas malas, sus integrantes pueden hacerse algunas de las siguientes preguntas: “¿Qué hicimos mal?” o “Quién nos hizo esto?”. Todo el destino del grupo dependerá de la pregunta que elijan. Si preguntan: “¿Qué hicimos mal?” habrán dado el paso inicial de una autocrítica esencial para una sociedad libre. Si preguntan “Quién nos hizo esto?” el grupo quedará definido como víctima y buscará un chivo expiatorio a quien culpar de todos los problemas. Clásicamente, los judíos.

 

El antisemitismo es una forma de fracaso cognitivo que sucede cuando determinados grupos sienten que están perdiendo control sobre su mundo. Comenzó en la Edad Media, cuando los cristianos advirtieron que el Islam los vencería en lugares que consideraban propios, siendo Jerusalem el principal. Fue cuando, en 1096, yendo hacia Tierra Santa, los Cruzados se detuvieron en el camino para masacrar a las comunidades judías del norte de Europa. En el Oriente Medio nació en la década de 1920 ante el colapso del Imperio Otomano.  

 

En Europa el antisemitismo resurgió en la década de 1870, durante un período de recesión económica con un nacionalismo renacido. Y está reapareciendo en Europa actualmente por las mismas razones, recesión, nacionalismo y una reacción hostil frente a los inmigrantes y otras minorías. El antisemitismo ocurre cuando la política de la esperanza deja el lugar a la política del miedo que se transforma, rápidamente, en política de odio.

 

Se reduce el problema complejo, entonces, a cosas simples. Divide el mundo en blanco y negro viendo todas las fallas de un lado y todo lo que sufren las víctimas del otro. Selecciona a un grupo al que culpar entre centenares de potenciales criminales. El argumento es siempre igual, nosotros somos inocentes, ellos son los culpables. Se deduce de ahí que para liberarnos de ellos, de los judíos o del Estado de Israel, deben ser destruidos. Así dan comienzo los grandes crímenes.

 

Los judíos fueron odiados por ser diferentes. Eran la minoría no cristiana más visible en una Europa cristiana. Hoy somos la presencia no musulmana más visible en el Oriente Medio islámico. El antisemitismo siempre fue la incapacidad de un grupo de dar lugar a la diferencia. Ningún grupo que adopte esta línea podrá jamás crear una sociedad libre.

 

Terminaré por donde empecé. El odio comienza con los judíos pero nunca termina con los judíos. El antisemitismo es contra los judíos solo de un modo secundario. Primero tiene que ver con el fracaso de algunos grupos en aceptar las responsabilidades por sus propios fracasos y de construir su propio futuro con su propio esfuerzo. Ninguna sociedad que promovió el antisemitismo mantuvo su libertad, los derechos humanos o la libertad religiosa. Toda sociedad movida por el odio comienza buscando destruir a sus enemigos pero termina destruyéndose a sí misma.  

 

La Europa de hoy no es fundamentalmente antisemita. Pero permitió que el antisemitismo entrase con los nuevos medios electrónicos. No pudo reconocer que el nuevo antisemitismo es diferente del viejo. No estamos hoy de nuevo en la década de 1930 pero estamos cerca de 1879 cuando Wilhelm Marr fundó la Liga de Antisemitas en Alemania; cerca de 1886, cuando Édouard Drumont publicó La France Juive; y cerca de 1897, cuando Karl Lueger se convirtió en el alcalde de Viena. Fueron momentos-clave para la difusión del antisemitismo y lo que es preciso hacer hoy es recordar que lo que se dijo entonces sobre los judíos está siendo dicho hoy sobre el Estado Judío.

 

La historia de los judíos en Europa no siempre fue feliz. El tratamiento que este continente dio a los judíos agregó ciertas palabras al vocabulario humano: disputas, conversión forzada, Inquisición, expulsión, autos de fé, gueto, pogrom y Holocausto, palabras escritas con lágrimas de sangre judía. Y con todo eso, los judíos amaban Europa y contribuyeron en su enriquecimiento con algunos de sus mayores científicos, escritores, académicos, músicos y formadores de la cultura occidental moderna.

 

Si Europa se deja arrastrar nuevamente por ese mismo camino, así será la historia en tiempos futuros: primero vinieron por los judíos, después por los cristianos, después por los gays, después por los ateos, hasta que no quede nada del alma de Europa a no ser una nostalgia lejana y moribunda.

 

Intenté acá darle voz a quienes no la tienen. Hablé en nombre de los asesinados de los Roma y los Sinti, los gays, los disidentes, los discapacitados mentales y físicos y de un millón y medio de niños judíos asesinados en virtud de la religión de sus abuelos. Todos sabemos donde termina este camino. No nos dejemos arrastrar nuevamente por él.

 

Ustedes son los líderes de Europa, su futura está en sus manos. Si no hicieran nada, los judíos se irán, la libertad europea morirá y quedará una mancha moral en el nombre de Europa que toda la eternidad no conseguirá apagar. Deténganlo mientras haya tiempo.

 

Discurso del Rabino Lord Jonathan Sacks en la Conferencia “El futuro de las comunidades judías en Europa”, en el Parlamento Europeo, Bruselas, 27 de septiembre de 2016. http://rabbisacks.org/mutating-virus-understanding-antisemitism/

 

Traducción Diana Wang.

 

El Rabino Lord Jonathan Sacks, es el Rabino Jefe de las Congregaciones Judías Unidas del Commonwealth y Av Beit Din (presidente del Tribunal Rabínico) entre 1991 y 2013. En 2009, fue designado como un par vitalicio con asiento en la Casa de los Lores, con el título de Barón Sacks de Aldgate, City of London. Desde que dejó el cargo de Rabino Jefe, trabaja como Profesor de Pensamiento Judío en la Universidad de Nueva York y Profesor de Derecho, Ética y Biblia en el King’s College de Londres.