March of the Living - 2019

A esto vinimos, a marchar por la vida con los vivos.

A esto vinimos, a marchar por la vida con los vivos.

Días previos en Varsovia, los hermanitos. Momentos deliciosos y comida ídem.

Días previos en Varsovia, los hermanitos. Momentos deliciosos y comida ídem.

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en el Museo Polin, una calle del gueto

en el Museo Polin, una calle del gueto

en el Museo Polin, un teatro del gueto

en el Museo Polin, un teatro del gueto

Ya por empezar la Marcha, el día anterior, visita al shopping que está cerca del hotel y encuentro un negocio que se llama Bytom.

Ya por empezar la Marcha, el día anterior, visita al shopping que está cerca del hotel y encuentro un negocio que se llama Bytom.

orfanato de Korczak

orfanato de Korczak

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Pisar las mismas piedras, pasar bajo los mismos árboles, ver los restos, constatar las ausencias, imaginar a los que aquí vivieron, amaron y soñaron... todo eso fue evocado y experimentado hoy. Orfanato de Korczak, gueto de Varsovia, Plaza de la Deportación, rebelión, relatos, historias, nombres, contextos, barbaridades imposibles de comprender mientras uno trata de descifrar esas palabras en polaco con tanta rz, sz, srcz de insólitas pronunciaciones en los nombres de las calles, lis afiches y la vida que fluye a nuestro alrededor. Porque la vida siguió. La vida sigue.

en el orfanato de Korczak con Aida y Andrea

en el orfanato de Korczak con Aida y Andrea

sobre estos adoquines caminaron los judíos que vivían acá, en lo que era el gueto de Varsovia

sobre estos adoquines caminaron los judíos que vivían acá, en lo que era el gueto de Varsovia

un viejo edificio del gueto, es casi lo único que queda… estamos en el hoif

un viejo edificio del gueto, es casi lo único que queda… estamos en el hoif

está viejo y abandonado…..

está viejo y abandonado…..

Monumento de Rapaport a los héroes del gueto, frente a la entrada del Museo Polin

Monumento de Rapaport a los héroes del gueto, frente a la entrada del Museo Polin

Yoel y su grupo en la Umschlagplatz, la Plaza de la Deportación

Yoel y su grupo en la Umschlagplatz, la Plaza de la Deportación

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Y a la tarde Treblinka donde se arrasaron casi un millón de vidas y se pretendió arrasar también la memoria. No pudieron con ésta última. Nuestras lágrimas, nuestros silencios, nuestra desolación y nuestra firme determinación de estar, de honrar y de construir son la fuerza de nuestra victoria sobre aquel plan asesino que fracasó. Treblinka y sus piedras. Treblinka y el rumor del viento en los bosques circundantes bajo un cielo límpido y azul como si nos dijera que vio lo que ahí sucedió pero que también nos ve a nosotros.


Relato leído en el acto en Treblinka.

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Staszek fue detenido y deportado a los 14 años. Lo descubrieron cuando se escurría por un agujero del muro del gueto de Varsovia tratando de entrar una bolsa de papas. Era parte de la red de niños contrabandistas que traía comida al gueto cuando el hambre ya era atroz. No solo traía las papas, también había conseguido un librito con historias y dibujos de colibríes, esos pequeños pajaritos multicolores que liban de las flores suspendidos en el aire, su hermanita Basia los adoraba y coleccionaba sus fotos. 

Staszek tuvo suerte porque no lo mataron como hacían habitualmente con todos los que descubrían entrando cosas de contrabando. 

Nunca más vio a su familia. Descubierto junto con Józek ambos fueron arreados al Umschlagplatz y luego empujados a un vagón donde había tanta gente que nadie se podía sentar. Staszek y Józek, no se resignaron y, aunque no sabían qué pasaría con ellos, donde iban ni cuánto duraría el viaje, no esperaron quedarse para averiguarlo. Lograron aflojar una madera del costado del vagón y arrancarla y luego otra y otra más hasta que hubo sitio suficiente para que se deslizaran por allí. Lo hicieron en una curva cuando el tren aminoró su velocidad. Sabían que había guardias vigilando por eso tiraron primero un saco al que los guardias atentos dispararon y luego se tiraron ellos. Primero Staszek y después Józek. Los guardias dispararon a ambos pero le dieron a Józek que murió en el acto. Staszek corrió y corrió sin mirar para atrás. Llegó exhausto a una granja donde pidió asilo y, milagrosamente, los campesinos, el Sr y la Sra. Koliber, lo recibieron. Tenían cuatro hijos chiquitos, tres nenas y un varón y aceptaron que se quedara con ellos con la condición de que se disfrazara de mujer para no levantar sospecha alguna. Como era rubio, al dejarse crecer el pelo, usar polleras y llamarse Halina nadie en las afueras de Wyszków hizo preguntas. Iban todos juntos a la iglesia los domingos, Staszek se aprendió todos los rezos y sobrevivió. 

Creía en los milagros porque el apellido de los granjeros, Koliber, quiere decir colibrí, el misterioso pajarito que amaba su hermanita Basia. 

Cuando terminó la guerra supo que ese tren del que se tiró iba a Treblinka que estaba a unos 45 km de Wyszków y que toda su familia había sido traída y asesinada acá. 

Llegó a la Argentina y luego de varios años colocó en el jardín de su casa una piedra donde dice Koliber en homenaje a los que lo escondieron y salvaron. Alrededor plantó geranios porque sus flores atraen a los colibríes. Así, en el verano, se sienta en ese lugar, espera a que llegue alguno y con cada colibrí dice una plegaria para su familia y su hermanita Basia que creía que los colibríes eran seres mágicos, todos asesinados acá, en Treblinka. Y, a escondidas, murmura un padre nuestro para los Koliber, que arriesgaron sus vidas y las de sus hijos gracias a quienes él no había sido asesinado también acá, precisamente acá. 

Staszek murió de viejo y en su cama, como debe hacerlo todo ser humano. 

Invoco su memoria hoy, en este lugar y si llegan a ver ahí entre las plantas un colibrí mírenlo con respeto, disfruten de su vuelo y recuerden a los cientos de miles asesinados y ocultados bajo esta tierra, defiendan la dignidad y la justicia y hagan como Staszek, planten geranios, atraigan tantos colibríes como puedan para que la magia del color y la vida los acompañe siempre.



en el acto en el monumento en Treblinka

en el acto en el monumento en Treblinka

Rumbo a Majdanek, ahí en la Polonia profunda cerca de Lublin. Viaje largo en el micro desde Varsovia. Nos levantamos muy temprano pero, contrariamente a lo que podría suponerse, nadie duerme, se oyen voces, la excitación de lo que se viene. Majdanek quedó intacto. Nada para imaginar. Todo para ver, incorporar, asimilar. El día es límpido y transparente. El sol está subiendo y va corriendo al fresquito que nos dio la bienvenida al salir. Todo está bien. Estamos vivos. Tenemos esperanzas. Todo está bien.

siempre una silla para mí, cuidada, mimada… estos chicos son soles

siempre una silla para mí, cuidada, mimada… estos chicos son soles

En Majdanek todo quedó tal cual estaba. La casa del comandante, la enorme superficie con esas barracas de madera y los camastros, los alambrados, las torres de vigilancia, la barraca de los zapatos, la barraca de los zapatos, la barraca de los zapatos y el llanto incontenible porque el olor es abrumador, el olor a cuero de los miles de zapatos que calzaban niños grandes viejos tristes asustados abandonados, y el llanto se vuelve himno y ceremonia colectiva. Abrazos, gemidos, chicas, chicos, rendidos ante la evidencia de tanto.

¿Están los hornos crematorios? ¡Están! ¡ESTAN! Y entramos de a uno, tímidamente como si temiéramos que aparezcan de entre las sombras monstruos espantosos y pestilentes.

¿Y esa cúpula enorme? Son las cenizas, 7 mil kilos de cenizas reposan ahí sin sepultura ni nombres que recuerden a cada de los que fueron gaseados y quemados. Prendemos una vela y nos parece tan poco como tan increíblemente enorme el horror de lo que allí pasó.

Se deja Majdanek con el sabor amargo de la pregunta que todavía no tiene respuesta: ¿cómo fue posible?

Ya estamos terminando esta aventura en Polonia. Lo que vimos, lo que oímos, lo que olimos, lo que conocimos, lo que compartimos, lo que nos llevamos son semillas, semillas que deben ser regadas, cuidadas, protegidas de las inclemencias. Y si alguna vez algo brota, aunque parezca chiquito y esmirriado, hacerle caso y dejarlo crecer, elevarlo a ese lugar nutricio que nos haga fuertes, generosos, buenos y amorosos. De eso se trata todo. Siempre. Fue un enorme placer y un alimento para mi vida haber compartido estos días con todos ustedes. Mi agradecimiento es infinito.

Auschwitz marcha hacia Birkenau

Auschwitz marcha hacia Birkenau

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en el museo de Auschwitz

en el museo de Auschwitz

4 millones de nombres de víctimas

4 millones de nombres de víctimas

cientos de Wang registrados como víctimas de la Shoá, dos hojas y media…. estaba Zenus con los datos que yo dí a Yad Vashem, fuerte verlo escrito

cientos de Wang registrados como víctimas de la Shoá, dos hojas y media…. estaba Zenus con los datos que yo dí a Yad Vashem, fuerte verlo escrito

Adolf, mi abuelo

Adolf, mi abuelo

Zbylitowska Góra, fosas de 800 niños

Zbylitowska Góra, fosas de 800 niños

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Esta carta me fue entregada en el bus, al volver de las fosas de niños en Zbylitowska Góra. Gestionada por Aida a mis espaldas fue un bálsamo y una caricia que excede el momento, que sigue alimentándome en los días posteriores. Judy me mandó un video de Alva en el que improvisa una canción encantadora repitiendo Babu una y otra vez.

Hola Babu!

Mientras tú estás ahí viendo una historia muy intensa, yo estoy acá en Tokio aprendiendo más sobre este planeta y los seres que viven aquí. Somos, generalmente, gente que ama a los niños, los animales, la naturaleza y el arte.

Tú, especialmente, eres alguien dedicada a recordar a los que no tuvieron la oportunidad de realizar esto. Es un trabajo difícil y, algunas veces, aterrador, pero es algo que nos ayuda a todos a mejor apreciar lo que tenemos y prevenir que hayan otras guerras que les roben las vidas a otros. Cuando me siento triste, siempre imagino la larga línea de mujeres cuyas acciones resultaron en mi nacimiento. Aunque no las logré conocer, tú y mi mamá bastan como ejemplos para saber que las mujeres en mi sangre son listísimas, poderosas e importantes.

Tomas problemas y se convierten en museos y libros impresionantes que tocan a los corazones.

Tomas una manzana y se vuelve el postre más rico del mundo.

Eres una máquina fantástica que toma todo lo difícil, terrible y ordinario y crea las cosas más maravillosas. Es raro que alguien sepa como usar las palabras con el increíble talento que las manejas y aún más raro que se dediquen a guardar la historia y hablar po los que perdieron sus voces.

Además de esto, logras ser chistosa, amorosa y hermosa. El mundo tiene mucha suerte de que hayas caído en él y yo mucha suerte de que pueda convivir contigo.

Espero que disfrutes más tu tierra materna.

Te amo siempre, Mijal

Cracovia 1946

Cracovia 1946

Cracovia 2019, mismo lugar

Cracovia 2019, mismo lugar

evaluación en el hotel

evaluación en el hotel