Januca 2022, milagros y suerte

(Invitada a encender una vela para Amigos de Israel).

Milagros y suerte. Dos cosas en las que pareciera que no tenemos ninguna intervención, que suceden “porque Dios lo quiso” o los astros o el azar. Ante los milagros y la suerte nos sentimos impasibles, sujetos de un destino que nos trasciende y sobre el cual no tenemos ningún control. De ahí las cábalas, los conjuros, las plegarias, los infinitos caminos que rozan la magia, la conquista de la benevolencia de los dioses o del más allá. 

Jacques Monod habla del azar y la necesidad y de cómo ambos coexisten y tantas cosas son imposibles de determinar por anticipado. Esto se ve en la física de las micro partículas pero también se ve en la vida cotidiana. Cuando sucede algo que parecía imposible decimos “es un milagro” o “fue una suerte” y algunas veces es así, pero no siempre.

La suerte y los milagros nos son más benévolos si los ayudamos. Lo acabamos de vivir con el Mundial en el que el trabajo previo, el espíritu de equipo, la confianza en que el esfuerzo tiene sentido, permitió que estos muchachos no claudicaran, superaran el mal momento del comienzo y entraran en cada partido con paso firme. Claro que no fue lo único pero sin eso el milagro no habría sucedido, la suerte no les hubiera acompañado.

Está bueno celebrar los milagros como éste de Jánuca porque nos recuerda que nada es imposible, pero comporta el peligro de creer que sin esfuerzo ni trabajo los milagros sucederán. Leo hoy el milagro de Jánuca desde la lente del triunfo en el Mundial que además del triunfo en sí mismo, permitió esta vivencia insólita de unanimidad que hacía tantos años que no vivíamos, otro milagro. La historia bíblica es un canto a la esperanza, nos convoca a confiar en que lo que parece imposible puede suceder, que como reza nuestro himno partisano, nunca creamos que estamos caminando el último camino. Pero para caminar nuevos caminos, para que lo imposible suceda, hay que estar atento, entrenarse para caminar bien e ir mejorando paso a paso, porque no sale solo y mejor que cuando el milagro suceda nos encuentre preparados para verlo y llevarlo adelante.