Sobre la indiferencia.

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Los indiferentes están en el centro de los hechos genocidas. Los testigos que ven y hacen como que no ven. Los que no ven y no ven que no ven. Los que ven y creen que alguien resolverá lo que está mal. Los que ven y temen denunciarlo o intervenir. Los que ven y no les importa.

Cada tanto alguien recuerda el texto del pastor luterano Martin Niemöller. Hay distintas versiones de la fecha en que lo escribió, cierto consenso indica que fue luego de su internación en Dachau entre 1941 y 1954.

"Primero vinieron por los socialistas,

y yo no dije nada, porque yo no era socialista.

Luego vinieron por los sindicalistas,

y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los judíos,

y yo no dije nada, porque yo no era judío.

Luego vinieron por mí,

y no quedó nadie para hablar por mí"

Posteriormente agregó a la lista a otros colectivos designados como blanco: los comunistas, a los pacientes incurables, a los Testigos de Jehová, y a los civiles de los países ocupados por el nazismo que nada hicieron por impedirlo. Hay variantes anónimas del conocido poema que incluyen a los católicos, a las escuelas, a la prensa, los homosexuales, los masones, los gitanos…, e incluso, en 1968, un congresista de los Estados Unidos le agregó: "los industriales que no fueron perseguidos por los nazis y aceptaron vivir bajo esa tiranía".

Niemöller no era comunista. Si lo fue Bertolt Brecht a quien se le sigue atribuyendo el texto.

Pareciera que el malentendido empezó en los 70 y fue apropiado por la izquierda dizque progre. Todos recordamos a Cipe Lincovsky y su vibrante recitado junto a su declaración de que se trataba de Brecht. Interesante ver el cambio que introducía en el texto original. Helo aquí:

"Primero se llevaron a los judíos,

pero a mí no me importó porque yo no lo era.

Luego arrestaron a los comunistas,

pero como yo no era comunista, tampoco me importó.

Más adelante detuvieron a los obreros,

pero como no era obrero, tampoco me importó.

Luego detuvieron a los estudiantes,

pero como yo no era estudiante, tampoco me importó.

Finalmente detuvieron a los curas,

pero como yo no era religioso, tampoco me importó.

Ahora me llevan a mí, pero ya es tarde"

Respecto de los indiferentes, la situación se replica en los casos de bullying porque el corro que es testigo de la agresión, en el mejor de los casos observa y no hace nada y en el peor ríe y aprueba. El trabajo debe estar dirigido a la rueda de indiferentes, a la masa concesiva y aprobatoria.

Como dijo Edmund Burke: "Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada".

Una última cosa: Dante Alighieri en su camino al infierno, oye gemidos y gritos. Le pregunta a su guía, Virgilio, quiénes son. Son los Ignavos, los que por cobardía permanecieron quietos y no hicieron ni el bien ni el mal, están en el anti infierno donde van los que no tienen lugar ni en el cielo ni en el infierno porque no eligieron de qué lado estar.